Capítulo 32

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Amarok atravesaba caminando a su reino, todos esos lobos le hacían reverencia.

Siguió caminando hasta la frontera de su reino, miró hacia atrás y Afrodita lo miraba fijamente.

Amarok siguió su camino, comenzó a atravesar ese espeso bosque, árboles de todo tipo lo llenan completamente.
No existe lugar más acogedor que ese.

Amarok se dirigia a solamente un lugar, a ver a Jessica.

Ahora más que nunca su conexión se vuelve cada vez más fuerte.

Era sábado aquel día, el sol ya se estaba metiendo y la luna comenzaba a salir.

-AYUDA!!! AHH!!!-ese grito estremeció todos los músculos de Amarok, ese grito se hizo sentir en lo más profundo de su alma, su corazón se aceleró tanto.
-Jessica...?-dijo confundido y alterado.
Amarok se conectó con ella y lo que vio fue lo más escalofriante.

Jessica, estaba corriendo hacia adentro del bosque, huyendo.

En un minuto miro hacia atrás y... ¿recuerdan a esos tres chicos que una vez venían tras ella mientras hiba a la escuela?  Si lo recuerdan uno de ellos dijo  que se volverían a ver y obviamente no es para pedirle disculpas.

Amarok se llenó de rabia al ver sus rostros y todos sabemos que el no dejaría que lastimaran a alguien que ama.

Sabía donde estaba Jessica exactamente.

Bajó  la mirada un segundo y alineó sus sentimientos, levantó su cabeza y en un sólo segundo cambió su destino, hacia donde jessica se encontraba.

Sus patas levantaban el polvo, su corazón latía desesperadamente, deseaba que cuando llegará no la encontrará muerta.

-Jessica... No dejes que te atrapen, estaré allí.-dijo fríamente.

Verían a Amarok enojado y quien alguien los libre de ese infierno.

Sus músculos eran roca, se movía tan rápido casi a la par al viento, nada lo detenía.

Con su corona dominantemente Posada sobre su cabeza, se movía a su ritmo.

Amarok no se detenía y hiba cada vez más rápido al no escuchar ninguna otra respuesta.

-Amarok... por favor! AYUDAMEE!!!!- exclamó Jessica, agitada, seguía corriendo, desesperada, sin detenerse, asustada y sola.

Los chicos corrían tras ella, sus intenciones no eran nada buenas.

Amarok subió su velocidad entonces ya la vista no podía alcanzar al verlo por lo rápido que hiba.

Ya estaba cerca, el ruido de las patas chocando contra el suelo despertaba y asustaba a las aves que dormían en las copas de los árboles.

Amarok subió su nariz y podía sentir el olor del cabello de Jessica.

Ya estaba muy cerca.

Mientras Jessica corría  deliveradamente, no vio una imprudente roca que estaba frente a ella y se tropezó.

Cayendo en el suelo y dando ventaja a los chicos.

Jessica se levantó lo más rápido que pudo, pero su rapidez no fue suficiente, la habían atrapado.

La sujetaron por sus antebrazos, uno sujetaba el  izquiero y el otro el derecho.

Dejándola impotente y indefensa.

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