Capítulo 75

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Jessica se encontraba en un escenario totalmente diferente, se sorprendió y miro asustada a su alrededor.

Se comenzaron a ver figuras de personas.

-Jessica... soy Diana.-
-Donde estoy, que sucede?-
-Entre a tus recuerdos y retocedi a tus recuerdos bloqueados.-
-Que?-
-Te traje al día del accidente.-
-No puede ser...-
-Todo es posible.-

Jessica miro a su izquierda y había una niña sentada con una sonrisa muy iluminadora.

-Hola...-Dijo Jessica a la niña.
-No pueden oirte, ni verte, ni sentirte.-dijo Diana

Jessica se dio cuenta que esa niña era ella, comenzó a oír que conversaban en los puestos de adelante.

Su corazón iba a mil, claramente estaba escuchando la voz de los que iban en ese auto ese día, oía a su mamá y a su papá.

Levantó la mirada y allí los vio, tan alegres, su madre era hermosa, idéntica a ella.
Y su padre deslumbraba con esos ojos azules profundos que heredó Jessica de él.

Pasaron unos 3 minutos y el escenario cambió otra vez, Jessica estaba en una intersección, veia como el auto donde iba ella de niña y sus padres se acercaba y a su derecha se acercaba un camionero distraído con una carga nada ligera.

-No, No, noooo! ALTOOO!!!! ALTOOOOOOO NOOOOOOOOOO!!!!!!!!-gritaba Jessica rogando por que alguno se detuviera pero no fue así.
Colisionaron, muy fuertemente. En ese segundo, el escenario de Jessica cambió nuevamente, entonces ahora estaba dentro del auto, vio desde adentro como en cámara lenta estaba siendo aplastado el auto como un juguete.

Sus padres, como dos almas totalmente coordinadas, durante los microsegundos de la colisión, se voltearon a donde jessica estaba sentada, y la cubrieron con sus brazos y cuerpos para protegerla, Jessica no sólo sobrevivió con suerte sino por que sus padres se sacrificaron.

Mientras veía esto Jessica rompió en llanto, no pudo soportarlo más y simplemente se quebró.

Su escenario cambio nuevamente y ahora estaba en medio del pavimento, frente a la colisión, arrodillada y con las manos en el rostro.

-No se detuvieron!-Exclamó con rabia.
-Era lo que tenía que suceder Jessica, era su destino.-dijo Diana apareciendo frente a ella.

Jessica levantó la mirada y vio a Diana mirando hacia la colisión.

-Nunca había visto a un humano llorar.-dijo Diana.
-Ellos... Me cubrieron... Me salvaron...-dijo Jessica.
-Esto no es lo único que te mostraré.-dijo Diana.

Pisó el suelo con fuerza y el escenario cambió, Jessica estaba en un sofá, a su derecha su madre y a su izquierda su padre. Y la pequeña Jessica en el suelo, mientras veía su programa favorito.

-Mamá, algún día me mostraras algún avión a los que subes?-dijo la pequeña
-Claro amor mío, volaremos juntas! Ven aquí!-dijo su madre extendiendo sus brazos.
La pequeña corrió hacia ella y la abrazo fuertemente.

-Te amo cariño-dijo su madre a su oído.
-Yo también mami!-dijo la pequeña
-Veo que a mi nadie me quiere...-dijo el padre de Jessica.
-Vamos no te pongas sentimental-dijo la mama de Jessica entre risas.-Ven aquí tu también-dijo dándole besos en todos lados. Mientas la pequeña estaba siendo aplastada de puro cariño.

En instantes Jessica se encontraba en otro escenario.

Estaba de pequeña sentada jugando con un par de muñecas, su madre estaba en la cocina.
Mientras lavaba los plato comenzó a cantar una bellísima canción, tenía una voz preciosa. Igual a la de Jessica.

Jessica se quedó asombrada, Jessica se acercó aún sabiendo que su madre no podía verla y tampoco oírla, pero tenía que admirar más de cerca tal voz.

Hizo que el corazón de Jessica se contrajera cuando escucho la letra de la canción, era la misma que cantó cuando Amarok la rescató de lago helado.

Sonaba como una sinfonía de Ángeles coordinados cantando a Dios.

Jessica derramó lágrimas al oírla.

Hermosa-MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora