Capítulo 61

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Se sumergió más hasta que unos metros delante de el pudo ver con dificultad el suéter blanco de Jessica, ella estaba allí, hundiéndose cada vez más.

Amarok movió sus patas más rápido acercándose a ella, pero era como si estuviesen tan lejos, pero a la vez tan cerca, como si tuvieses eso que tanto Anhelaste durante años, justo en frente de ti pero que no puedas tocarlo.

-Jessica...-susurró Amarok en su mente.

Jessica no respondió, sus ojos estaban cerrados, sus brazos extendidos y sus hermosos cabellos flotaban como si de viento fueran.

Amarok bajo el agua, unos 3 o 4 metros debajo de ella, pudo por fin tomar con sus colmillos la parte del cuello de Jessica.

Al tomarla comenzó a nadar hacia la superficie, que parecía eterna, Amarok vio la grieta por donde cayó Jessica y notó como la Luna iluminaba el lago, nadó hacia aquella grieta y pudo sacar su cabeza, aún con Jessica en sus colmillos.

Cuando esté apoyo sus patas sobre el hielo para salir del agua, este se rompió al instante haciendo que cayeran al agua nuevamente, Amarok volvió a nadar hacia la superficie y esta vez lo hizo hasta la orilla, sacó sus patas fuera del agua, incorporándose y sacando a Jessica del agua congelada, su cuerpo estaba tieso.

Amarok terminó de sacar su cuerpo del agua y movió su tronco y su cabeza, deshaciendose del agua fría que tenía en su cuerpo, como tal lo hace un perro domesticado.

Amarok vio a Jessica que estaba en el suelo, boca arriba, su piel estaba más blanca de lo normal, no se movía ni daba señales de vida.

-Jessica...-susurró Amarok acercando su hocico a su rostro.
Muy cerca de sus labios, tratando de sentir algún suspiro.

-No...-dijo Amarok mirando a Jessica, miró hacia el cielo, donde la Luna expresaba su amor con una luz blanca hermosa.
-Ayúdame.-susurró nuevamente Amarok mirando hacia la luna.

Pasaron unos segundos cuando el cuerpo de Jessica se contrae, haciendo que esta levantará su torso y escupiendo de su boca chorros cortos de agua, seguido de una tos y luego de un crujir de sus dientes por el frío intenso que hacia.

Amarok rebozaba en felicidad, su corazón volvió a entrar en órbita al ver que Jessica seguía con vida.

-Por... Que... por...-dijo Jessica tartamudeando por el frío.
-Que?-
-Porque... Me... Me salvaste?! QUIEN TE.. TE.. CRE... TE CREES?!-
-Que es lo que te sucede? Deberías estar agradecida.-
-Pues... n... no! Era... m... mi de... decisión! No la tuya! Quería morir ese es el asunto!-dijo Jessica, bajo su cabeza un unas lágrimas salieron de entre sus ojos. -Era mi decisión... porque quieres que siga sufriendo?...-
-Entra en razón Jessica!-exclamó Amarok, haciendo que el bosque retumbara ante su voz, golpeó sus patas delanteras contra el suelo, enojado.

Jessica lo miro a los ojos, no podía hacer más nada. Se levantó y comenzó a caminar hacia su derecha.

Amarok se quedo mirándola mientras difícilmente daba pasos, no sentía sus pies por el frío del agua.

-A donde vas?-
-No lo sé. Dejame sola... al menos dame eso.-dijo Jessica dándole la espalda a Amarok

Jessica se interno al bosque, caminando sin ruta alguna, llegó hasta donde el lago terminaba luego de varios minutos caminando y llorando en silencio.

Amarok la vigilaba desde varios metros de distancia para no ser percibido por ella, pero a pesar de la petición de Jessica el aún cuidaba de ella.

Amarok quitó la mirada un segundo y entonces ya no volvió a ver a Jessica, comenzó a entrar en pánico cuando intentaba percibirla pero no daba ningún producto, comenzó a pasar su aguda mirada por el llano, donde se suponía estaba Jessica pero no era así.

Jessica caminaba, saliendo de la mirada de Amarok, camino bajando el lago.
A unos metros de ella, al nublarse su vista de repente vio una figura blanca a lo lejos, a unos 9 o 10 metros de ella, no podía distinguirla, sus vista se volvió inservible.

-Quie.....-no pudo terminar de pronunciar esta palabra, antes de que cayera al suelo cubierto de nieve blanca, se desvaneció en el suelo, producto del frío que la envolvía. Tal vez tuvo un ataque de hipotermia.

Pero, ¿quién era esa figura blanca?

Hermosa-MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora