Capítulo 16

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Jessica subió a su cuarto, cerró la puerta y caminó hacia el centro de su gran habitación, dejó al gatito en el suelo y el corrió hacia una punta de la sábana que sobresalía de la cama de Jessica y comenzó a jugar con ella.

Jessica meditaba profundamente sobre todas las respuestas sobre su familia que le han dado a lo largo de su vida.

Nunca son concisas o firmes.

Jessica nisiquiera se ducho, ni se cambió de ropa, sólo se quitó los zapatos y se acostó en su cama y se quedó dormida.

Despertó temprano la mañana siguiente, despertó a las 5:00am el sol comenzaba apenas a salir.

Miró a su derecha y el gatito estaba acurrucado en su brazo.

Jessica se levantó y tomó su toalla y se metio al baño.

Dentro del baño se miró en el espejo, y vio un alma cansada, un alma que reflejaba días de caminata en un desierto buscando un oasis donde saciar sus sed.

Cepillo sus dientes y se metió a la ducha, no sin antes quitarse la ropa.

Tomó champú y lo puso sobre su cabeza, restrego su cabeza, provocando espuma en su cabello.

Lavó su cabello y terminó de bañarse para luego salir del baño.
Fue a su vestidor y tomó una blusa de hilo, manga larga de un color salmón muy pero muy claro tanto que parecía un rosado muy débil.

Cogió una falda negra de algodón, era una bonita falda olgada que le llegaba justo arriba de las rodillas.

Metió su camisa debajo de la falda y...
Se veía hermosa.
Los tonos resaltaban muy bien.

Fue a su peinadora y tomó un cepillo, comenzó a peinar su cabello con rizos dorados.

Pareciera otra persona.

Recogió la parte de en frente de su cabello hacia atrás y puso encima un bonito  lazo rojo puro.

Se veia muy linda, mucho más linda de lo normal.

Abrió una gabeta de su peinadora y sacó una cajita de marfil con grabados en verde y rosado.

La abrió y sacó un collar sencillo que tenía en su centro una mariposa azul.

Hacia años que tenía esa cajita llena de prendas de desconocida procedencia.

Se miró al espejo de su peinadora y vio lo hermosa que estaba, fue a su armario nuevamente y de allí sacó unas muy bonitas sandalias con correas que llegaban un poco más de 3 pulgadas arriba de su tobillo.

Se miró por última vez, se dio vuelta beso la frente del gatito que aún dormía profundamente y tomó su mochila y salió de la habitación dejando la puerta abierta.

Bajó las escaleras y fue al gran comedor.

Dejó su mochila en una de sus 14 sillas, sí  era muy grande aquel comedor.

Fue a la cocina y apenas estaban los sirvientes preparando las cosas para iniciar la jornada.

-Buenos días señorita Jessica. Wao! Que linda esta hoy!-dijo la cocinera.
-Buenos días, gracias, tu también estas hermosa.-

***

-Le llevaré estas sobras de vegetales a los caballos-dijo uno de los sirvientes
-Esta bien.-respondió la cocinera, accediendo a su acción.

Esas palabras hicieron que los nervios de Jessica hicieran un clic, su corazón comenzó a latir muy rápido y fuerte.

-NO!!-dijo Jessica deteniendo al sirviente en la puerta trasera que da al patio trasero.
-Que pasa señorita?-preguntó el sirviente
-Si que pasa señorita Jessica?-pregunto la cocinera.
-Yo lo llevaré! Si yo lo haré!-dijo Jessica con el corazón en su garganta.
-No... ese no es trabajo para usted señorita..-dijo el sirviente.
-Te ordenó que me dejes hacer eso por ti!-dijo firmemente.
-Esta bien como usted quiera...-dijo el sirviente dándole la caja de sobras a Jessica.

Jessica la cogió y empujó la puerta con sus caderas y salió al patio trasero.

Entró a los establos y comenzó a aventarle a los caballos las sobras en sus caras.
Sin darse cuenta caían en todos lados menos dentro de los cubículos de los caballos, provocando un desastre total.

Camino ciegamente hacia el último cubículo y el enorme Amarok aun dormía, todavía pareciera que fuese la primera vez que lo veía, era tan sorprendente que era imposible no asombrarse de verlo.

-Bue... buenos días Gran Rey...-dijo Jessica susurrando.

Amarok balanceo su cabeza de medio lado, despertandose poco a poco.

-Buenos días... Gran rey sólo me dice mi pueblo y mi gente.-
-Bueno ahora soy una más.-respondió -Pequeña, entre menos te involucres, mejor.-

Jessica puso mala cara a su comentario, pero decidió ignorarlo.

-Como esta tu pierna?-Preguntó Jessica
-Mejorando... sabes. Necesito volver a mi reinado cuanto antes, eso debe ser una locura.-respondió.

Y Amarok no estaba equivocado, en su reinado cundia el pánico, preguntándose todos donde estaba el Rey, Si estaba muerto o si algo le había sucedido.

-No te apures, primero es tu Salud.-
-No. Primero esta mi reino. En cuanto pueda correr, me iré.-
-Esta bien...-respondio Jessica un poco triste, le estaba gustando la compañía de Amarok.

-Estas muy linda.-dijo con esa voz tronante y gruesa.
-Gracias Amarok... tu tambien estas guapo...-dijo sonriendo.
-Jessica... cuando me vaya... tienes que saber que no nos volveremos a ver nunca más.-
-Que? Porque?-
-Es mejor si nuestras razas se mantengan distantes...-
-Ósea que sólo estas aquí por interés? Por si se te vuele a abrir tu estúpida herida!-dijo Jessica presionando la herida de Amarok con el dedo índice de su mano derecha.

Provocando dolor a Amarok, este gruño fuertemente, los caballos se asustaron y comenzaron a relinchar mucho, Jessica tenía en su rostro una poderosa mandíbula capaz de triturar su cráneo con un mínimo esfuerzo.

Nunca antes alguien le había hablado así a Amarok el líder y rey de los Arcanos.
El estaba furiosos, quería matar a Jessica de la rabia que emanaba de su ser.

-Anda matame y así me libras de seguir viviendo mi vida.-dijo Jessica sin una gota de miedo.

Jessica estaba arrodillada ante Amarok, fácilmente pudo haberla matado.

Amarok se calmó, su respiración comenzó a regularse y volvió a su ser...

-Deberías... de... no volver aquí jamás. En pocos días me curare y ya no necesitaré de tu cuidado.-
-Oh que agradable, sabes existe una palabra que utilizan los humanos en recompensa para otra persona que ha hecho algo por ti... ¿quieres saber cual es? Es Gracias.-Jessica se levantó de donde estaba y se fue.

Cuando estaba justo por llegar a la entrada de los establos escuchó una voz.

-Sólo te protejo.-dijo Amarok.
-Se cuidarme solita...-
-No, no sabes.-

Jessica se volteó y miro hacia donde estaba Amarok, lo miró a los ojos y caminando rápido hacia el dijo.

-Me arrepiento de haberte salvado la vida. Hubieras sido un excelente proyecto de Ciencias para mi nota final.-

Amarok sonrió.

-Mejórate pronto. Para que te vayas de mi casa.-dijo Jessica.

Lo que Jessica no comprendía era en el riesgo que se enrollaba cada vez que tenía contacto con Amarok, Amarok  tenía razón, sólo la protege.

Hermosa-MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora