Capítulo 63

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Amarok volvió a la entrada y se sentó de espaldas a Afrodita.

-Y ahora me duele verla así... Me destruye. Y me siento tan inútil.-
-No puedes meterte en los sentimientos de los humanos, ellos son... extraños, son... tan ingenuos y desconsiderados y... egoístas, ignorantes, orgullosos...-
-Pero también tienen fe, aman, sienten, sufren y... lloran.-
-Tienes razón.-
-Tu también tienes razón, no debería meterme en los sentimientos de una humana, pero es que, no puedo dejarla sola, por ser... humana ella no me dejo sólo por ser una bestia, cuidó de mi Afrodita, me enseñó a ver el mundo diferente. Y ahora me toca a mi pagarle eso.-
-Reconozco su cuidado hacia ti cuando Garm te atacó, y es valiente de su parte.-

Los minutos pasaban lentamente por el frío, la noche tenía cara de que duraría una eternidad.
Mientras que en casa de Jessica todo empeoraba.

-Entonces me dirá que va a hacer para encontrar a mi nieta?!-exclamó el abuelo de Jessica al teléfono con el oficial.
-En este momento el clima está muy descontrolado, no enviaré a mis hombres por una niña que problablemente volvera en 5 minutos.-
-Me está diciendo que no hará nada para encontrar a mi nieta?!!-
-No. Sólo protejo a mis hombres y no tengo la culpa de sus problemas familiares.-seguido de estas palabras el oficial colgó el teléfono.

El abuelo de Jessica entró en un ataque de ira y lanzó el teléfono al suelo.
Ana lo observaba, estaba aprentandose los dedos, preocupada por Jessica.

Mientras que Jessica se recuperaba en el regazo de una loba hermosa, en compañía de Amarok.

Fueron pasando las horas... Y Jessica apenas y se movía, el frío estaba a punto de reclamar su alma.
En su casa la buscaban, en el patio, en los establos, los alrededores, pero no hallaban nada cercano a ella.

Mientras Ana, los demás sirvientes buscaban a Jessica en el patio bajo la nieve, el frío y el viento..
Escucharon que los arbustos se movían, en dirección a la cerca perimetral, algo se acercaba a la finca, algo desconocido.

Unos segundos después asomó su cabeza entre la espesura del bosque la yegua de Jessica, Meghan, había regresado a casa luego de ver que su dueña no volveria.

Ana y los sirvientes corrieron hacia ella al verla, sujetaron sus riendas y la guiaron,  sacando del bosque esperando ver a Jessica sentada en la silla, pero no vieron más que una montura vacía y llena de nieve.

Llevaron a Meghan a los establos para que descansara y continuaron buscando, esperando, a ver si un milagro sucedía de repente pero pasaban las horas y nada pasaba. Estaban empezando a rendirse.

Pasaron unas dos o tres horas, casi cuatro. Cuando fue el momento en el que Jessica abrió los ojos.
Su cuerpo había retomado su calor, estaba desnuda pero con vida aún.

Luego de que despertará y se reincorporara como se describió,  Jessica miro hacia su alrededor y vio a Amarok. Siguió mirando y vio que estaba sobre Afrodita.

Afrodita la miraba fijamente, sin expresión.

-Afro...-dijo débilmente Jessica
-Es mejor que te relajes.-
-Mi ropa...-
-Lo siento ya no tienes ropa.-
-Oh.-dijo Jessica acurrucandose entre las patas de Afrodita.

Amarok se volteó hacia atrás y vio que Jessica se movía.

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