Capítulo 86

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Las discusiones habían cesado, de alguna manera Jessica había logrado apaciguar los ánimos con su espectáculo, se oía sólo tranquilidad y la cena pudo continuar.
Luego de un par de minutos, salieron docenas de meseros por una puerta blanca casi invisible que había en el salón, se acercaban a las mesas, dejando el aperitivo.
Dejaron el plato frente a Jessica y por su mente pasaron, como relámpago todas esas clases de etiqueta que tomó de niña.

A su diestra una copa elegante donde sirvieron nada más, ni nada menos que jugo de uva, era una menor de edad aún, no podía beber.

A Ian le sirvieron vino blanco, junto con su comida.

-Que tal esta el juguito de uva?-pregunto él, siendo sarcástico y burlándose.
-Muy bien.-respondió Jessica, sentía que con cada segundo que pasaba Ian se volvía más odioso.

La conversación siguió fluyendo haciendo del entorno un lugar más cómodo, entre palabras y más palabras entre Jeremías y Richard, salió a flote una idea.

-Que tal si nos acompañan mañana a la tarde? Pasan medio día con nosotros y disfrutamos la cena por la noche?-dijo el abuelo de Jessica
-Por supuesto me encantaría, espero que tus sirvientes sepan hacer algo bueno de comer...-
-No subestimes a mi personal.-respondió
-Es buena idea, así Ian y Jessica pueden conocerse mejor, después de todo somos familia!-dijo Richard

Jessica cerró los ojos, suspiró e imagino la tediosa tarea de tener que oír a Ian y a sus comentarios sarcásticos.
Pero de repente...

-Mañana tengo que practicar con Lomus, lo olvidaste?-dijo Ian, un poco disgustado.
-Oh, si... se me olvidaba mencionar que Ian es jinete, carreras y apuestas ya saben... Pero olvidalo Ian, no te morirás si no prácticas por una vez...-dijo su padre.
-Tenemos caballos, por si acaso...-dijo el abuelo de Jessica
-Si vienes puedes tomar uno e irte... muy lejos.-dijo Jessica.
-Bien...-dijo Ian

Pasaron las horas y los platillos, llegaron al postre y ya nadie podía más, ni el más hambriento podría con tanta comida.

Ya eran casi las 11 de la noche mas o menos, Jessica comia su pastel de fresa y mermelada, mientras que su abuelo y Richard seguían hablando sobre negocios.

Jessica terminó con su postre y puso las manos sobre sus muslos, levantó La mirada y Ian jugaba con su tenedor.
Miró a su abuelo y pensó en que había cambiado en esa noche, su actitud, esa sonrisa amable, halagos y demás.
Era algo confuso... Pero que importaba, se sentía muy bien... después de todo era algo que ella necesitaba, algo de amor paternal.

La cena terminó, no se habló ni una palabra más sobre las tierras nulas, como las llamavan, los presentes comenzaron a retirarse poco a poco, primero unos cuantos y luego en parejas, luego de un par de minutos, ya casi no quedaba nadie...

El abuelo de Jessica y el padre de Ian, habían tenido una conversación muy abierta, como si se estuvieran poniendo al día de muchas cosas, ambos se levantaron al mismo tiempo..

-Pues, creo que ya es hora de que nos vayamos, Jessica...-dijo el abuelo de Jessica
-Si, vamos Ian...-

Estos dos se levantaron y juntos, los cuatro caminaron hacia la gran puerta y los mayores no dejaban de hablar, Ian hacia comentarios de vez en cuando.

Salieron del salón y entraron al ascensor, bajaron al lobi, salieron del hotel, hacía frío, pero el invierno no era tan cruel como en el pueblo donde vivía Jessica, allí si que era cruel...

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