Continuación 2

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Jessica quedó anonadada con tanto lujo y esplendor, miró una vez más alrededor del salón y cayó en cuenta en donde estaba, en una cena muy, pero muy lujosa.
La mujer rubia que los había recibido en el lobi, dio dos pasos hacia adelante y se detuvo, se dio vuelta hacia Jessica y su abuelo.

-Siganme, los llevaré a su mesa...-dijo
-Oh, si..-dijo el abuelo de jessica, tendiendo su brazo flexionado hacia ella...
Jessica lo tomó y camino con él, atravesando el salón.

Quién lo diría.

La mujer se detuvo en una mesa céntrica, había un hombre de smooking negro, que estaba alrededor de los 58 años, a su derecha, un joven de alrededor de 15 o 16 años, vestido con un traje igual al mencionado, y frente a ellos dos, se encontraban dos hombres más que mantenían una plena conversación, parecían muy cómodos, por como se veían.

El abuelo de Jessica se sentó junto al hombre de 50 y algo de años... y Jessica a su derecha, al lado de los hombres de la plácida conversación.
El hombre ya mencionado miró al abuelo de Jessica con mala cara, rodó los ojos...

-Pero mira la compañía que tenemos...-dijo murmurando.
-No seas marica, sé un varón y dilo en voz alta!-dijo el abuelo de Jessica levantando ligeramente la voz.

Jessica se asustó un poco, parecían ser rivales...

-Dije... QUE TE PUSISTE MUY GORDO JEREMÍAS!! JAJAJAJAJA DE VERDAD QUE LA EDAD TE CAYÓ!-dijo el hombre
-Y TÚ NO TE QUEDAS ATRÁS MALDITO CALVO, RICHARD SÓLO MÍRATE! PARECES UN FÓSIL! JAJAJAJA-dijo el abuelo de Jessica mientras sonreía y abrazaba al otro hombre.

Parecían ser rivales al principio, pero la verdad es que son grandes amigos, desde la infancia el señor Richard T. Rivera. Dueño de varias petroleras alrededor del mundo.

Jessica abrió los ojos como platos al ver semejante presentación, miró fijamente el mantel blanco y se perdió en él...

-Ella debe ser tu nieta, tiene que ser, porque si  tu nueva esposa tendré que llamar a la policía Jeremías!-dijo entre risas
-Calla! Si es mi nieta, su nombre es Jessica Thompson.-dijo el abuelo de Jessica mientras la miraba fijamente.

Jessica salió de su pequeño trance y le sonrió al señor Richard, le extendió la mano, seguido:

-Es un placer...-dijo Jessica
-El placer es mío, eres una chica muy hermosa...-
-Pues gracias...-dijo Jessica sonrojandose.
-Oh, el es mi hijo, Ian Rivera.-dijo el señor Richard señalando a su hijo, que estaba sentado a su lado, era un chico de tes más o menos café claro, ojos oscuros, cabello muy negro y se cargaba una mirada muy egoísta.

-Hijo, saluda a Jessica...-dijo el hombre.

Ian apenas levantó la mirada...

-Hola.-dijo Ian.
-Mucho gusto...-dijo Jessica.

Parecía ser muy arrogante, orgulloso y desconsiderado.

"Que maleducado y grosero."-pensó Jessica

Jessica comenzó a examinar el salón más detalladamente, miró hacia su derecha y enfrente vio una pequeña tarima esquinada con cinco músicos que tocaban difrentes instrumentos, pero hacían una sola melodía que era acogedora, siguió llevando su mirada hacia en frente y entonces vio el frente de todo el salón, una gran tarima, con unas cortinas rojas de terciopelo que lo cubrían desde el techo hacia el suelo...

Hermosa-MenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora