Capitulo 24

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Luego de casi media hora después de que Jessica se fue, Amarok quedó meditando sus opciones disponibles.

Respiró profundo y se levantó.
Miró a su izquierda la salida trasera del establo y admiro el bosque.
Se veía tan desafiante y fuerte.

Dio pasos hacia la salida y sin mirar atrás ni en ningún momento, decidió salir de los establos.
Camino hasta la frontera del bosque y la finca y olfateo el ambiente.
Olía a muerdago y a Pino, pero también olía a dientes, a carne y a un pelaje sucio y mal oliente.

Saltó la cerca y dio unos 7 pasos entrando lentamente al bosque, recordando todo, de donde procedía su alma.

De repente sentimientos se desbordaron del cuerpo de Amarok y recordó a su reino, a sus soldados, a Afrodita.
Todos ellos lo necesitaban y Amarok también necesitaba una buena explicación.

Amarok cerró sus ojos, y cuando los abrió, ya sus enormes patas estaban preparadas.

Comenzó a acelerar el paso adentrándose más y cada vez más al espeso bosque, en busca de su reino.

Comenzó entonces a correr, sus patas gigantes que chocaban contra el piso les hacia saber a cada demonio del infierno que Amarok estaba pasando por allí.

Con el corazón a mil, continuaba corriendo ancioso, emocionado, exaltado y contento.
Contento de regresar, de ver a los suyos otra vez.

Aceleró cada vez más las velocidad tanto que sólo su sombra era capaz de seguirlo.

Y entonces frenó de repente, viendo desde unos cuantos metros la colina, la colina donde esta su cueva, donde esta su trono aguardando por la llegada de su rey, de su amo, de su propietario.

El sabía que justo a los pies de la cueva se encontraba su gente, sus Arcanos, viviendo día a día.

Decidió rodear la colina y a la población que reinaba, ya podía ver apenas a algunos de ellos.
Pero quería hacer su requerida entrada.

Rodeó el lugar y llegó a los pies de la colina sin ser visto por nadie, era muy silencioso y ágil.
Subió a la cueva por un pasadizo que sólo el nadie más que el conocía.

El pasadizo daba a la parte trasera del trono.
Amarok pudo ver a Afrodita, mejor dicho la hermosa y frondosa cola de Afrodita sobresalir de uno de los mangos de el trono.

También vio a su confiable Arvak a su diestra, acompañandola.

Amarok sonrió.

-Será que podré ser atendido por mi Reina?-pregunto susurrando.
Amarok estaba en la oscuridad total.

Afrodita y Arvak de inmediato se voltearon, sólo veían oscuridad.

-Quedese aquí reina mía iré a ver.-dijo Arvak preocupado, ya preparado para lo peor.
-Quien esta allí?-pregunto Afrodita
-Extrañé tu voz, Afrodita.-dijo Amarok saliendo de la oscuridad con su cabeza gacha.
Levantó su cabeza y podía verse fácilmente sus ojos, uno casi negro y el otro azul marino.

-OH POR LA LUNA!! ESTAS VIENDO ESTO ARVAK????!!!!--ARVAK CONTESTAME ES REAL???!-

Arvak solamente no lo podía creer, era él después de que ya todos creian que lo habían perdido, era el.

Era lo mismo que tener la misma alucinación.

Afrodita paso por encima del trono con un sólo brinco, y luego saltó sobre Amarok, tumbandose los dos en el suelo de la cueva.

-Eres un maldito!!!-gritó Afrodita
-Lo soy.-contestó Amarok
-Como te atreves a dejarnos de esa... estas muerto... no eres real.-dijo Afrodita
-Mi leal Aravak... haz acompañado a Afrodita, te lo agradezco.-dijo Amarok mirando a Arvak a los ojos.

El se mantenía perplejo.
-Rey Amarok es usted? Esta vivo?-
-Ven aquí mi cachorra.-dijo sonriendo
Arvak se lanzó sobre Amarok de un sólo saltó y comenzaron a morderse las colas como pequeños cachorritos contentos.

Lo hicieron por unos minutos y luego volvieron a ellos.
-No puedo creer que estas vivo AMAROK! Eres un bastardo.-
-Yo tampoco lo creo.-

Amarok miró nuevamente a Afrodita que estaba sentada junto a la pared de la cueva en shock completamente, con la cabeza mirando el suelo y unas cristalinas lágrimas bajaban por su nariz.

Amarok se acercó a ella.
-Con la cabeza en alto.-le susurró en su oreja.
Ella la levantó.
-No lo puedo creer Amarok... que estés aquí.-
-Yo tampoco.-
-Mi rey.-dijo haciendo una reverencia ante él.
Amarok volteó y Arvak también la hacía.

-No.-dijo Amarok-Levantense.-
-Que pasa?-
-A ustedes les debo esa reverencia.-

En efecto Amarok se inclinó antes él los dos, haciendo una elegante reverencia.

Amarok se levantó y miro a Afrodita.
-Donde has estado todo este tiempo?-pregunto ella.
-Tengo una larga historia por contarte mi reina.-
-Es tiempo que el reino se enteré de que su verdadero Rey ha regresado.-
-Si.-

Amarok, Arvak y también Afrodita salieron a la entrada principal de la cueva.

-ESCUCHEN!! TODOS ARCANOS.--Tenemos para ustedes una noticia muy buena.--Amarok nuestro Rey, nunca estuvo muerto como todos creían!!--EL HA REGRESADO!!!!!!!!!!!!-exclamó Arvak.

Al decir Arvak lo último Amarok sacó a relucir su penetrante presencia.
Haciendo que todos se quedaran perplejos por completo.

-Espero y me perdonen, he vuelto, lamentó haber sido débil. Pero estoy aquí para todos los Arcanos-

Todos sonreían, estaban en completo shock, muchos no lo podían creer.
Y díganme ¿Quién lo haría?
Hacerse la idea y creer firmemente que alguien que forma parte de tu día a día esta muerto.

Pero luego reaparece? Como arte de magia?

El reino no había sido lo mismo sin la precencia de Amarok, todos estaban contentos de que regresará, ya Su miedo se había ido por completo al saber que el lobo más poderoso que existe cuidaba de ellos.

Su anhelado y justo rey había vuelto pero, algo notó Amarok, no había comida por ningún lado.
Cargaban sus lenguas afuera, señal de sed y hambre.

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