PUPPET [ T#1 TERMINADA ]

PUPPET| Parte 1

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Otro día de clases, un día más de humillación por parte de él.

Me levanté de mi cómoda cama para luego meterme a una fría lluvia artificial

¡esta fría!

Salí de la ducha envuelta en una toalla luego de unos largos minutos, para después colocarme el uniforme y arreglarme el cabello en una coleta alta como todos los días. Por último coloqué mis lentes y pude divisar mi reflejo un poco mejor en el espejo, mi uniforme no se entallaba a mi cuerpo, al contrario, me quedaba bastante grande al igual que mi falda larga que llegaba hasta por debajo de las rodillas y mi blusa tres o cuatro tallas más grandes que yo. Luego estaba mi saco.

Todo caía de manera holgada sobre mi cuerpo.

Al ver mi saco, no pude evitar hacer una comparación de aquello. Pues parecía una sábana echada sobre mis hombros, aun así, todo esto me hacía sentir cómoda. No entendía cómo es que las chicas del instituto podían pasearse por los pasillos con sus faldas extremadamente cortas.

Podría decirse que estaban semidesnudas.

A veces me hacía querer intentarlo, pero dado al clima intensamente frío, prefería no hacerlo. Aunque algún día de estos lo haría y nada me detendría. Después de tomar el autobús y esperar treinta minutos en el camino, al fin llegué al Instituto y me dirijí a mi salón como de costumbre.

clase A-24.

Busqué con la vista mi pupitre que se encontraba terriblemente al fondo de la clase porque odiaba tener que sentarme allá atrás, con chicos que lo único que hacían era molestar y lanzarse bolas de papel de un lado a otro.

Y algunas de ellas siempre caían sobre mí.

—¡Miren, llegó la nerd!— se escuchó una voz en todo el salón, una voz gruesa y rasposa, una a la que mis oídos estaban acostumbrados ya.

Y es así como mi dolor de cabeza empieza.

Pasé a su lado intentando ignorarlo como siempre lo hacía y presioné más contra mi pecho los libros que traía en mis brazos dándome una especie de seguridad, pero él jaló inmediatamente de mi brazo muy bruscamente, lastimándome la piel sensible de ésta.

No dije nada.

—¿Te comieron la lengua los ratones? ¿uh?— preguntó burlándose de mí, intentando ponerme en ridículo en frente de todo el salón a expectativas de la escena.

—Déjame pasar por favor— musite titubeante, con mis ojos puestos en las puntas de sus zapatos, tan perfectos como él.

—¿Porqué lo haría?—indagó nuevamente— ¿Te pongo caliente?¿eh?— susurro las palabras de manera tan perversa que las chicas del salón empezaron a murmular unas con las otras.

—No es eso—  aclaré con mis voz temblorosa, pero ésta vez mirándolo a los ojos, perdiéndome en los viejos recuerdos de hace un año atrás.

¡Rayos! no podía ser que todavía no olvidara esa tonta carta.

—Si no es eso, entonces no sé que sea— murmura de manera socarrona y luego muerde sus labios de manera que consigue que mis mejillas se tornen de un rojo carmesí.

—sé que todavía hago que tus Braga se mojen— mordió su labio inferior nuevamente y se acercó a mi más de lo normal, con su mano derecha acarició indebidamente mi cuello erizando cada vello de mi cuerpo
—podríamos estar juntos, tu y yo —susurro en mi oído.