»—» Taehyung «—«
Al llegar a mi sombrío departamento me dejo caer sobre la silla giratoria de mi despacho, la tristeza e importancia se apoderan de mi y me hacen esclavo de los sentimientos de amargura que calan mis huesos. La sangre aún sigue drenada por completo en las puntas de mis pies, mis manos se mantienen heladas pero no se lo atribuyo a la corriente de aire que se filtra entre las cortinas del mirador.
De hecho, ni siquiera siento el frío.
Bebo una vez más el amargo licor que contiene mi copa pero no es suficiente para mí, así que tomo la botella entera por el cuello de esta y lo llevo hacia mi boca, ascendiendo la botella para que el líquido caía con facilidad en mi garganta. Trago con amargura y frunzo mi ceño al sentir el sabor mientras dejó caer mi cabeza hacia atrás en el respaldar de la silla.
¿Qué tan jodido me encuentro?
Sin saber una espesa lágrima cae por mi mejilla y, como si fuera poco, me permito llorar como un niño pequeño porque estoy débil, porque soy una jodida mierda, porque por más que quiera cambiar mi propio destino, ya está escrito sobre papel con sangre.
Mi propia sangre.
Odio a mi padre, sin embargo su cuerpo inerte yace bajo quince metros bajo tierra y no hay nada que pueda reclamar, pero me veo a mí, estoy yo moribundo y me recuerdo que soy el único culpable de mi propio destino, un destino que le perteneció a Soo Hyun y que ahora es mi legado. A mi mente acuden los recuerdos de aquel último día cuando me despedí de ella.
¿Cómo fui tan idiota para dejarla?
También, de repente recuerdo a Jimin, quien fue mi mejor amigo durante mi juventud y que ahora había dejado de hablar conmigo porque también creí al igual que Lía, que yo era un completo imbécil. Tomo otro trago de la botella y la suelto con fuerza sobre la madera del escritorio, busco mi móvil en mis bolsillos y empiezo a teclear torpemente el número telefónico de Park. Cuando finalmente lo consigo solo espero que después de tres años no haya cambiado de móvil.
Y es así, sigue siendo el mismo.
—¿Taehyung?.— inquiere como si realmente no supiera que soy yo, mi ceño se frunze e intento pronunciar las palabras de manera correcta.
—¡Maldito hijo de puta!.— vocifero a través de la línea inevitablemente arrastrando las sílabas en mi boca.— ¡¿Por qué no me lo dijiste nunca?!, !¿por qué dejaste que me siguiera alimentando de una jodida mentira?!.— cuestiono con enojo, como si él estuviera ahí para ver cuan amarga es mi expresión en ese momento.
—¿Estás borracho, Taehyung?.— inquiere finalmente sin darle importancia a mis preguntas, como si nada de lo que haya dicho antes tuviera valor.
—Eres un jodido traidor.— hablo, ésta vez sin gritar, tan solo las palabras salen de mi boca como si fuesen mi último suspiro.
—¿Decir qué, Taehyung?— me rodea de una nueva pregunta y la bilis sube y baja dentro de mí, ¿es posible que no lo recordara?, simplemente me amarga.
—Hoy conocí a la hija de Lía, ¿sabes? Es tan hermosa como su madre...— y antes de que pueda hablarle sobre Vernon, me corta desprevenidamente.
—Te advertí cuando estuviste a punto de casarte.— dice del otro lado de la línea con amargura.— No tienes derecho sobre ellas ahora, Taehyung.— concluye.
—Lo sé, no tengo ningún derecho sobre ellas, ¿cómo podría?.— Jadeo del dolor que se apodera de mi pecho entumecido.— Dejaste que la mujer que amo hiciera una vida junto a otro hombre.— mis ojos se nublan y como si mis lágrimas fueran enormes cristales tapando mis ojos, finalmente se rompen y caen escandalosamente sobre mis mejillas hasta mi barbilla.
Debía verme patético ahora mismo.
—Lo siento, te lo advertí de mil maneras. Simplemente no escuchaste, Taehyung.— Dice por última vez y cuelga el móvil antes de que pueda objetar algo al respecto.
Si, lo recordaba ahora mismo, el mensaje en mi móvil diciendome que me arrepentiria de aquello. Pero nada de eso devolvería el tiempo, nada de eso haría que Lía vuelva a mi porque ya era demasiado tarde. Solo me permiti cerrar mis ojos en medio de la oscuridad y entonces cosí mis heridas por mi mismo, sin anestesia, sin prisa y sin compasión.
Me obligué a no sentir más, aunque eso no fuera posible, pero quería limitar a mi inquieto corazón y tratar de superar lo que la maldita vida tenía para mí.
—¿Qué tan jodido estoy?.— volví a repetir esta vez en voz alta, quería escucharme y poder contestar a mi propia interrogante.
...
La mañana siguiente las copas cobraron factura y una fuerte jaqueca se apoderaba de mi cabeza, como si estuviera a punto de partirse en dos. Dejé que mis ojos lentamente se acoplaran a la luz de la mañana que me azotaba el rostro y traspasaba mis finos párpados.
Mire por encima del escritorio, debido el mareo y cansancio de la noche anterior, concluí que fueron los factores principales que no me permitieron si quiera moverme hasta mi habitación, así que había terminado dormido en la silla rotatoria de mi despacho oliendo a alcohol y con la misma ropa del día anterior, como si fuese un vagabundo.
9: 30 am.
Había pasado toda la mañana entera sentado en el mismo lugar observando la botella de licor que yacía vacía sobre mi escritorio, y junto a ella, el fino collar con la piedra brillando ante la luz tenue del sol. Recordando todo una vez más como si mí vida hubiese acabado en un par de segundos, lentamente la culpa recaía sobre mí y la impotencia se apoderaba de mis venas porque deseaba con tal fuerza volver a atrás, volver al momento donde la tenía completamente y no supe manejarlo.
Tal vez Vernon la merece más que yo.
al verme podría pensar que era un cuerpo inerte tirado sin cuidado sobre la silla, pero la realidad no era muy distinta, era un alma inerte con conciencia y dolor. Sin más me obligue a levantarme de ahí y arrastrar mis cansados pies hasta el cuarto de baño y, aunque no quisiera, debía asistir a la empresa. Yo era la cabeza de todo, yo no tenía tiempo de pensar más y saquiera podía pensar en mí porque todo se resumía a ella.
Al estar completamente listo tomé las llaves del auto y caminé en dirección a la puerta pero, repentinamente el incesante brillo de aquel collar captó mi atención por milésima vez. Regresé ahí y lo miré con recelo, como si el objeto fuese el culpable de todo y sin más lo tomé en un puñado para tirarlo cuando me encuentre lejos de casa pero durante el trayecto no tuve la valentía de hacerlo. Me aferraba a eso teniendo en cuenta que era lo único que me quedaba de ella.
Presione el botón de mi piso y en cuanto estuve ahí busqué a Lía una vez más, la busqué pero no se encontraba aún presente en su horario laboral así que esperé y le indiqué a la señorita de recepción que le avisara que la necesitaba en mi oficina. Y así fue. La puerta se abrió y mientras me encontraba de espaldas pude sentir que era ella, su dulce aroma se filtraba por mis fosas nasales de manera osada y podía sentirla enteramente.
Ella guardó silencio.
—Supongo que era eso.— apunté haciendo referencia a lo sucedido del día de ayer. Una vez más guardó silencio pero en cuanto quise acotar algo más me cortó repentinamente.
—¿Creías que estaría para ti toda la vida?.— dijo duramente, sin una pisca de dolor en ella.
—Creí que depués de todo te podría recuperar.— dije conteniendo todas las ganas de quebrarme, mis ojos critalisados eran la evidencia de aquello pero, aún así me mantuve firme.
—Ha pasado tanto tiempo desde que te dejé de amar, Taehyung...
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PUPPET [ T#1 TERMINADA ]
De TodoEste es mi pequeño mundo. Donde no supe mantener el vuelo junto a ti y corté tus alas de repente, donde te ví caer mientras aún mantenías la esperanza y luego te hice pedazos por completo. Aún así, ¿Te quedarias conmigo?. Por favor... ⚠no copia ni...