PUPPET| Parte 28

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«—« Lía »—»
«—« Tres años más tarde »—»


Los años pasan y cada vez luz se hace más grande, sus pies ya no son tan diminutos al igual que sus manos, las palabras que salían de su pequeña boca, eran más entendibles y consisas.  Ahora podía saltar y correr por doquier por sí sola, había aprendido a cantar la música de los ojos y a contar hasta el siete con sus pequeños y regordetes dedos.

—Bien, ¿pero podría porfavor darme esta noche libre?, ¡por favor!.— supliqué a mi gefe a través de la línea telefónica, el silencio que invade el móvil me indica que no está del todo cconvencido, ya que hace un par de semana atrásbme había autorizado a faltar y esta vez no sería lo mismo.

Pero para mi suerte accede.

—Sólo por esta vez.— abvierte y chillo de la emoción seguramente dejándolo sordo de un oído, el motivo de mi felicidad se daba a que hoy mi pequeña luz tenía una importante presentación en su escuela de danza, y siendo yo la única familir de ella no podía dejarla sola.

Tomé mi bolso emocionada y salí de la oficina con unas cuantas hojas de trabajo pendiente por hacer, que claramente terminaría en la madrugada, mi móvil vibra en la falda de mi bolsillo y no lo tomo sino hasta que llego a la puerta de mi auto y descanso mi bolsa y hojas encima del capote del auto.

Reviso la pantalla y una enorme sonrisa se dibuja en mi rostro al ver él nombre del remitente, abro el mensaje y me tomo el tiempo de leerlo.

—¡Voy en camino!.— cierro el mensaje y corroboro la hora en mi reloj de mano, 18:47.

«¡Joder!,  si no llego a tiempo me perderé la primera presentación de luz» me recuerdo mentalmente y tomo mis cosas aún sobre el capote, mi móvil vibra nuevamente ésta vez en mi mano y abro el mensaje para nuevamente leer. El mismo remitente.

—Por cierto, llevo flores y chocolates para mis nenas. Atentamente tu amado Vernon.— mi sonrisa se expande hasta mis orejas mientras guardo el móvil, subo al auto y lo pongo en marcha.

Mientras conduzco no puedo dejar de pensar en lo maravilloso e importante que se ha vuelto vernon para mí, está claro que nos habíamos despedido hace tres años atrás por causa de su carrera como jugador de fútbol americano profesional, sin embargo sus visitas eran frecuentes durante todo mi estado de gestación, e incluso  cuando nació Luz. 

Gracias al apoyo de mi madre y los cuidados que le brindaban a Luz, pude concluir mis estudios junto a mi maravilloso amigo Jackson, el cual terminó por formalizar su particular relación junto a la maestra Kye Hyo.
Naturalmente seguí con mi vida.

Pero como por arte de magia o lo que sea, el destino volvió a darnos una nueva oportunidad  a Vernon y a mí, ya hace dos años atrás, permitiéndome volver a amarlo como antes y el a mí.

Luz en su corta vida había aprendido a quererlo y se había encariñado tanto con él, que ahora cada vez que tenía que viajar al exterior se quedaba triste y esperando a su regreso, y él por supuesto, la amaba como si fuese su propia hija.

Llego a casa y lo primero que hago es despojarme de esos molestosos tacones de punta que taladran mis talones y depositar mi bolsa y saco en el perchero, la casa está totalmente oscura así que palmeo por unos segundos la pared hasta encontrar el interruptor y todo se ilumina. Voy corriendo hacia la bañera y en quince minutos me he bañado por completo, aunque no del todo bien.

Tomo nuevamente otros tacones azules junto con unos jeans del mismo color, una blusa de seda perla y un collar a juego. Dejo mi cabello suelto con las ondas al aire y termino de maquillarme para luego tomar mi bolsa e irme corriendo nuevamente.

¿Quién dijo que tener hijos era fácil?

Y luego de casi media hora de conducir me encuentro en el evento con alrededor de doscientos cincuenta padres ansiosos por ver bailar a sus pequeñas con un tutu rosa por primera vez.

—¿Te han dicho que eres la más hermosa de las mamás?.— dijo vernon tras mi oreja, y al girarme sobre mis talones lo veo con un enorme ramo de rosas rojas y un pequeña caja se chocolates infantiles que tal vez serían para luz.

Mis ojos destellan al verlo.

El blazer negro que porta lo hace parecer un poco mayor de lo que es, pero contrasta suavemente con sus camisa blanca, vaqueros ajustados y zapatos de cuero negro. Su cabello medio húmedo cae suavemente por su frente y su delicada sonrisa le da un aura armoniosa y angelical. 

—Tu deberías ser modelo y no jugador profesional de fútbol americano.— rronroneo en su oído mientras lo abrazo y luego dejo un tibio beso sobre sus labios, manchando éste de labial rojo carmesí.

—Lo he estado pensando.— dice de manera picarona y me devuelve el beso para luego guiarme hasta nuestros asientos en cuanto empieza la música y las pequeñas empiezan a salir.

—Woah~ ¡luce hermosa!.— vocifera con emoción cuando tras la cortina aparece mi pequeña encabezando la alineación de danza. Contengo las lágrimas y no se me ocurre mejor idea que sacar las cámara de vídeo y capturar el momento.

—¡graba todo! Esto la avergonzará en cuanto cumpla dieciséis y se lo enseñe a sus amigos.— dice con emoción mientras la ve dar unos pequeños saltitos donde sus pequeños piesitos apenas se despegan cinco centímetros del suelo.

—Claro que no lo harás.—digo mientras río y enciendo la cámara, el vídeo va a la perfección y me emociona muchísimo, pero al ver a vernon morir de ternura a mi lado por luz, creo que me emocina aún más.

De hecho los dos me llenan de alegría.

—Claro que sí, espantaré a todos los buitres que quieran acercarsele.—  habla de manera sobre protectora mientras aplaude precipitadamente.

Lo miro de reojo y dejo que una sonrisa se me escape de los labios al percatarme que no necesitaba de Taehyung en estos momentos, luz lo tenía todo: una mamá, a vernon que era como su propio padre y amor de ambos. No lo necesitaba a él.

—luz te matará por esto.— advierto teniendo en cuenta que el carácter de mi pequeña es igual al mío. 

—Comprenderá que será por su bien.— enunció guiñandome su ojo derecho como si le estuviese picando,  y me lanze a reír.

Realmente era muy sobre protector y lo había comprobado, ya que la vez pasada no dejó que luz se sumergiera  en la piscina sin flotadores, y ni que hablar cuando se encontraba a diez centímetros lejos de la orilla. Todo sin contar que se la pasó cerca de ella con más flotadores de repuesto por si se le pinchaba alguno.

Realmente era el mejor.

—Te amo.— solté sin más cuando la función terminó.

—Te amo mucho más.— correspondió y me atrapó en sus brazos para soltar un pequeño beso sobre mis labios.

Un beso cálido que me hizo bien, que me dio todo lo que necesitaba saber. Únicamente se había convertido en mi todo desde siempre y solamente me había percatado de ello ahora.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora