»—» Lía «—«
El silencio nos sume en la incomodidad y me fuerzo a carraspear la garganta pero sin decir una sola palabra, él por su parte, sigue analizando mis torpes movimientos como si quisiera grabarselos en la memoria. Saca la mano derecha de los bolsillos de su pantalón y la dirige hacia mis mejillas para hacer un toque delicado en esta.
Me quema, me desequilibro.
Trato de mantenerme con los pies clavados en el piso, pero los tacones de punta hacen aún más difícil poder mantener el equilibrio. Me estremesco ante la caricia de su dedo pulgar y anular en mi piel, y bajo el rostro en signo de querer evitarlo.
—Tienes brillantina purpura en las mejillas.— índica y de manera desconcertada lo miro a los ojos, pero pronto recuerdo la tarea que estuve elaborando para luz y supe que se me había pasado por alto limpiarme.
Lo limpio con mis manos, pero también intento limpiar la sensación que acababa de dejar en mi piel. No quería tener nada que ver con él, lamentablemente el destino nos había vuelto a unir después de tres años de lucha constante para borrarlo de mi memoria.
No funcionó, pero logré acabar con los sentimientos que tenía por él.
—Un pencarse hace un momento.- le hago saber y nuevamente el silencio nos lleva consigo,— debo volver al trabajo.— aviso mientras recojo las hojas de la mesa e intento echar a andar, su mano se enrrosca en mi antebrazo e impide que siga caminando.
—Lía...— pronuncia mi nombre y provoca que mi corazón estalle y un sinfín de emosiones me recorran de la cabeza hasta los pies, pero que al mismo tiempo duela como un demonio.
¿Era posible que una sola persona provocará todo eso en mí?, no era amor, me sentía incómoda, ajena a él.
—He vuelto por ti.— habló teniendo en cuanta que aún no daba la cara y permanecía de espaldas a él, porque girar, sería permitir que viera lo derrotada que me encontraba al escuchar esa sola frase. Porque era capaz de volver, él era capaz de volver y decir lo que le viniera en gana porque no vivió lo que yo.
Porque no tenía ningún derecho a decir que había vuelto por mí.
—Con qué derecho lo dices.— me mantuve fuerte, pero por dentro estaba más vulnerable que nunca. Tomé valor y respiré profundo apretando más el nudo que se formaba en mi garganta.
Un nudo que me dejaba sin aliento.
Su agarre se fue desvaneciendo poco a poco pero su precencia se mantenía ahí, frente a mis ojos, clavándose en mí como las espinas de una rosa cuando se clavan en la piel sensible, cada vez que dejaba salir palabras de su boca.
—Sé que fui un idiota y te lastimé, lo sé Lía.— siguió hablando sin tener una pizca de conocimiento sobre mi vida en estos últimos tres años.
Qué demonios pensaba al creer que volviendo a mí abriría mi roto corazón nuevamente, no lo haría. Comprendí, superé, y pude seguir. Aunque no esté sana del todo, podía seguir mi vida sin él.
—Eres un idiota.— quise descargar toda mi ira hacia él pero cesé mis palabras al percibir que no tendría sentido hacerlo, dado que nada de lo que le dijera haría que el pasado cambiara y que las mentiras que me había dicho no existieran más.
Aquellas promesas eran mentiras.
Porque recordaba perfectamente cada una de ellas y deseaba que esas mismas palabras que había escuchado como música, y habían hecho saltar mi corazón, sólo hubiesen sido verdad. Pero lastimosamente era todo lo contrario y aunque lo desee con todo el alma nada podría cambiar.
Nada volvería atrás.
Había volado y me había sentido única cuando decía que me amaba, cuando decía que molestarme era lo único que podía hacer para permanecer cerca de mí. Pero luego caí, me estrellé contra el piso y me destrozó descubrir que todo había sido una mentira y se había aprovechado de mí antes de huir lejos de Corea.
—Y tuve que irme, pero no quería hacerlo, yo no tenía más opción...— lo interrumpí, no quería escuchar más mentiras. ¡Vamos! ¿quién hace cosas contra su voluntad?, siempre hay un punto de quiebre, un punto donde deseas hacerlo pero te niegas a aceptarlo.
Lo reprimes.
—Supe que te casaste.— dije sin más y proseguí sin darle tiempo a defenderse,— fue por eso que me dejaste. ¡Lo supe porque intenté buscarte como una idiota pero lo dejé, dejé que fueras feliz como querías y te quité un estorbo del camino!.— vocifere descargandome en él, recordando como quise volver a él y pensado en luz.
—No es así, Lía.— intentó rectificar mis palabras,— ¡nada de lo que estás diciendo es verdad!.— vociferó irritado por tratar de hacerme entender.
—¡Si lo es, Taehyung!.— enuncie poniéndome al nivel de su potente voz,— ¡todos me lo dijeron, todos lo sabían menos la estúpida de Lía!.— Jadee queriendo evitar soltar las lágrimas, pero inevitablemente salieron de mis ojos y quemaron mi mejillas como ácido siempre que lloraba por él.— Pero...te busqué.
Taehung pasó sus manos por su cabello peinándolo hacia atrás lleno de frustración, y soltó un susprio poniendo ambas manos en las caderas.
—¿Porqué maldita sea creíste en los demás?, ¿sabes cuántas veces te intenté llamar? ¿cuántas veces estuve al borde de la locura por no saber de ti?, lo mucho que me arrepentí...— bajó el tono de voz al llegar a sus últimas palabras, y se acercó más a mí con la intención de adueñarse de mis labios, pero no lo permití.
No volvería a permitirlo.
—Arrepentirse no sirve de nada ahora— masculle y me alejé de él limpiando con mis manos las últimas lágrimas que seguían cayendo por mis mejillas.
—No tienes idea de nada.— musitó entristecido.— no tienes idea de lo que realmente pasó hace tres años.— guardé silencio y con los ojos clavados en la punta de mis tacones seguí escuchándolo, porque aunque no debía, quería hacerlo.
—Si te amé, Lía.— mi corazón estalló nuevamente y un remolino de emociones se formó en mi estomago.— cuando te dije que molestarte era la única forma de permanecer a tu lado, era verdad.— gesticuló cada una de las palabras como si las hubiese sacado perfectamente de mi cabeza.
Mantuve el silencio una vez más, contemplé el negro de sus ojos y el brillo que ahí se producían cuando hablaba de lo que sentía. Me permití sumirme en su ojos y evocar las veces que de la misma manera me elevaba hasta el cielo.
Sus labios oscilantes seguían el compás de las letras que salían de su boca, como una música y quien la baila. Y yo, una espectante más, un asiento vacío entre la multitud o un asiento lleno entre la soledad. Quería creele y poder decirle cuanto lo había extrañado, pero no podía.
Porque sería mentirle como lo había hecho conmigo.
—Nunca pude dejar de pensar en ti.— me obligué a dejar de divagar en mis recuerdos y pensamientos. sus labios guardaron silencio igual que los míos y cerré mis ojos para evitar caer en su juego de siguir mirándolos.— prometí volver y aquí estoy.— concluyó.
Mi corazón dolió una vez más, tan solo si hubiese sido sincero, tal vez si no hubiese mentido, tal vez todo sería diferente. Mi corazón lastimosamente ya no le pertenecía a él, alguien más había enmendado las heridas de mi corazón y había sanado parte de mis dolencias con con sonrisas, me había llenado la memoria de bello recuerdos dejando de lado esos que me lastimaron tanto. Pero no los había borrado.
—No te he olvidado, Lía.
—Yo sí, yo si te olvidé...
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PUPPET [ T#1 TERMINADA ]
RandomEste es mi pequeño mundo. Donde no supe mantener el vuelo junto a ti y corté tus alas de repente, donde te ví caer mientras aún mantenías la esperanza y luego te hice pedazos por completo. Aún así, ¿Te quedarias conmigo?. Por favor... ⚠no copia ni...