PUPPET| Parte 30

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»-» Lía «-«


Brillo, brillo y más brillos por todas partes. Habiéndose acabado la tarea de luz en el último minuto ésta mañana, corremos de la mano hasta el auto. Era mi culpa porque había olvidado por completo la tarea pendiente, y nos la habíamos pasado jugando todo el fin de semana junto a vernon quien ya no se encontraba con nosotros dado que su trabajo requería de estar presente fuera de la ciudad constantemente.

-¡Mamá apresurate! ¡llegaremos tarde!.- dijo luz con su pequeña voz, saqué las llaves de mi bolso y presioné el botón para saber dónde rayos se encontraba estacionado mi auto.

Porque sí, no lo recordaba debido a todas las cosas pendientes que tenía en mi cabeza precisamente ahora.

-¡Ahí está!.- corrimos nuevamente e hice que luz entrara en su asiento trasero y luego la aseguré en su silla, corrí hasta el copiloto y tiré mi bolsa y tacones ahí para entrar luego en el asiento del volante y poner el vehículo en marcha.

-Si no usas tus zapatos, las bacterias entraran por tus pies, mami.- advirtió mi pequeña recordando la misma frase que todas las mañana le recito cada vez que sale de su cama sin las pantuflas, y luego sube los pies al sillón.

-Lo sé, mamá los usará luego.- Replico sin prestarle mucha atención y tomé el control del volante sin tener tiempo de ponerme los tacones, y sin más, conduje como una loca desquiciada que se ha escapado de algún manicomio sin respetar a los semáforos ni letreros de stop.

8:45 am

Bien, habíamos llegado algunos minutos tarde pero dentro de la hora establecida. Dejé a luz en manos de una de las maestras y las vi mirando mi rostro de manera extraña, como si tuviese un payaso pintado en la frente, pero no le tomé importancia y seguí con mi camino. Cuando al fin llegué a la empresa tomé mis tacones y bolso para correr descalza lo más que pude hasta el ascensor, no sin antes saludar a Do woo, el guardia de seguridad, a Min su y Sun jo las muchachas de recepción.

Mientras subía a mi piso un montón de gente entró conmigo al elevador, aprisionandome hasta la parte trasera del mismo e impidió que pudiera terminar de ponerme los tacones y arreglar mi alborotado cabello. Sólo esperé a que bajaran y cuando estuve en mi piso salí con un tacón en mano y acomodando el otro en mi otro pié, mientras pretendía sostener mi bolso aún sobre mi hombro.

-Bien, ya les di una pequeña reseña sobre el nuevo jefe así que todos deben ser respetuosos. Recuerden la reverencia y eviten las preguntas incómodas.- anunciaba Williams a todos en una pequeña reunión mientras entraba por la puerta con sumo silencio.

-¡Llegaste al fin!.- vociferó mirando hacia el techo y luego posando ambas manos sobre sus caderas en forma de jarra, todos voltearon hacia mí.

-Lo siento, ha habido un percance.- indiqué terminando de poner mis tacones y dejando mi bolsa sobre uno de los escritorios mientras sigo los pasos precisos de Williams, quien me guía por la sala.

-Escuché que hablabas sobre el nuevo jefe, quisiera tener un poco de conocimiento sobre ello...- Fui interrumpida por Williams dejándome con la palabra en la boca.

-No hay tiempo, toma asiento en la mesa.- me arrastró hasta una de las sillas más cercanas a la que encabezaba la enorme mesa rectangular en la sala de juntas.-El estará aquí en...

Empezó la cuenta regresiva.

La puerta de la sala se abrió repentinamente y dos hombres vestidos con trage negro entraron para luego dejar pasar a quién sería el nuevo jefe de " Kim's Generation"

Terminó la cuenta regresiva.

-...ahora mismo.- concluyó Williams con sus ojos pegados en aquella persona y susurrando a mi lado para luego caminar de manera apresurada hasta él, hacer una pequeña reverencia por ambas partes en señal de un cordial saludo.

¡Maldita sea!

Y mientaras todos se levantaban de sus asientos para hacer la reverencia que Williams habia indicado minutos atrás, yo seguía muda e inmóvil en mi silla, con mis ojos atónitos perdidos en su presencia. Williams rápidamente se giró cuando se percató que la mirada de aquel hombre se centraba en la única persona que permanecía sentada, dado que toda su atención acaparaba a mi persona.

-¡Lía!.- mascullo pero no pude escucharlo debido a que seguía perdida en los ojos de él, y era totalmente inevitable.

-¡Lía!, ¡la reverencia, Lía! - volvió a mascullar y esta vez si ganó mi atención.

-Lo...lo siento.- hice la pequeña reverencia sin quitar mi ojos de encima. ¿Cómo era posible que él fuese el dueño de la empresa, ¿cómo nunca lo supe hasta ahora?

-Como y deben saber, seré su nuevo jefe a partir de hoy. El señor Williams, quién nos a servido desde tiempos inmemorables, hoy tendrá la oportunidad de partir hacía una nueva meta laboral. Por supuesto seguirá trabajando con nosotros mismos, en diferente país. -indicó mientras todos escuchaban y aplaudían con alegría y atención, el señor Williams del mismo modo, rrebozo dicha en sus ojos y no pude evitar sonreírle.

Pero de la misma manera, mi sonrisa se esfumó.

-Mi nombre es Kim Taehyung y espero, trabajemos todos juntos.- Todos se levantaron e hicieron una referencia mientras aplaudían nuevamente.

Volvimos a tomar asiento y él ocupó la silla principal, mis ojos espectantes seguían al pendientes de los suyos, ¿cómo es que había cambiado tanto en tan solo tres años?, tenía tantas preguntas ahora mismo. Sus facciones parecían ser más duras al igual que su comportura, y su voz más demandante, tremendamente maduro. Nada que ver con aquel chico rudo e inmaduro sin ganas de darle importancia a las cosas realmente importantes.

Volvió a dirigir su mirada a mí y baje el rostro en dirección a mis papeles que yacían en la mesa, tenía la esperanza de que no me hubiera reconocido y tal vez más tarde pediría la renuncia y buscaría otro empleo. Quería alejarme de él lo más rápido posible, porque aunque el tiempo hubiera pasado, el dolor era latente e imposible de olvidar.

No podía olvidar como jugó conmigo.

-...eso es todo por hoy.- concluyó y en cuanto supe que podía retirarme lo intenté, pero su voz dura me inmovilizó hasta los huesos al pronunciar las letras de mi nombre.

Intenté actuar como si no lo hubiese escuchado y seguir con mi camino, pero Williams se interpuso en el medio de la puerta y yo y me obligó a prestarle toda mi atención a el nuevo jefe.

-La has cagado y en tu primer día junto a él, Lía.- susurró con preocupación en mi oído, llevandome hacia él y regalándole una sonrisa de disculpa por mi incompetencia momentos atrás.

Luego de arrastrarme hasta la boca del lobo, Williams se fue del lugar dejándonos sólos a ambos. No dije nada puesto que no tenía nada que decir o preguntar, todo lo que había querido saber me lo había dicho su mejor amigo Park Jimin cuando intenté buscarlo por todos los medios en cuanto supe sobre luz.

Se acercó con ambas manos en los bolsillos de su pantalón perfectamente sin arrugas y su aroma varonil me golpeó el rostro como una hola de recuerdos que habían estado intactos en un rincón de mi memoria. Su aroma era el mismo, no había podido olvidarlo y me preguntaba inconscientemente si la textura de sus labios rojos seguían igual, si sus manos tocaban igual, porque todo él había cambiado.

Instintivamente retrocedí algunos pasos al sentirlo demasiado cerca y no logré mantener mis ojos fijos en los suyos. ¿Qué quería?, ¿A caso creía que podía venir y volver a romperme en mil pedazos cuantas veces quisiera como lo hacía cuando teníamos diecisiete?.

Si me encontraba bien, pero era cierto que él podía destruirlo todo de nuevo.

Aunque quisera negarlo mil veces.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora