PUPPET| Parte 22

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»—» Lía «—«

Inesperadamente después de concluir mi ciclo de gestación, puedo tener a mi bebé entre entre mis btazos, admirando sus pequeñas y suaves manitas enrollarse en mi dedo anular. Es tan frágil que me invade un sentimiento de terror pensar que podría pasarle algo, o el sólo hecho de que con un sólo roce de mí podría lastimarla. Es niña y es mi hija, mi luz.

—¡Es hermosa! — anuncia mi madre a un lado de la camilla de la clínica. Sus ojos color avellana vuelven a tener ese característico matiz de amor mezclado con alegría, sus arrugadas pero bien tratadas manos alcanzan uno de los pequeños piecesitos de la bebé y juguetes con el, con mucho cuidado mientras sonríe al percatarse de la reacción que causa en la pequeña.

Jackson como se acerca a la camilla haciendo una entrada teiunfal con un ramo de rosas y un oso gigante que apenas y dejan ver sus pies moverse.

—¡Es idéntica a ti!.—  enuncia enternecido Vernon, quien a estado pendiente de mi en todo este tiempo al igual que Jackson y mi madre. Me observa con sus ojos brillantes y luego  desliza sus ojos hacia mi pequeña.

Sí, es idéntica a mi. Pero eso no quitaba que algunas de sus pequeñas y suaves facciones sean heredadas de Taehyung, como por ejemplo sus cabellos: son de ese característico color castaño, y ese lunar en el labio que a él lo hace tan único, luz lo lleva en su mejilla derecha y como fuese obra del destino, ella, poseía en sus ojos las misma largas y afinadas pestañas de su padre. Esto sólo para concluir un poco de las tantas similitudes que a lo que su genética conlleva.

—Alguien...alguien podría ayudarme por favor.— pide Jackson tras el oso mientras da pasos torpes por la habitación. Jimin llega justo a tiempo y ayuda a el chico a colocar el peluche en algún lugar estable.

—Y es tan pequeñita— reitera Jimin acercándose a mi madre y tomando una de las mejillas de luz. 

Tener un hijo es simplemente maravilloso, maravilloso el hecho de tenerlo al fin en tus brazos después de nueve meses de larga espera. Después de todo, en ti resurge un sentimiento que sobrepasa lo natural. Deseas tanto poder protegerla que una mezcla de emociones te invade inevitablemente, te das cuenta que lo tienes todo y tienes lo mejor del mundo en miniatura y que salió se ti. 

—Se lo dirás a...—las palabras de mi madre quedan plasmadas en el aire sin poder terminar la oración y sus ojos analizan la tes pálida de luz. Sé a lo que se refiere, sé que debería pero también sé que nada de esto le importa. —ya sabes, el padre.—concluye.

Vernon y los demás chicos deslizan sus ojos sobre mí esperando una respuesta de mi parte, de la misma manera miré a vernon, quien asistió con cuidado y me brindo una sonrisa de apoyo al hablar de Taehyung.

—No lo sé. —me dedico a observar a lo único que me importa en este momento, a mi hija.

Meses atrás me encontraba tan afectada que creía que no podría más con nada, ni conmigo misma. La noticia de que Taehyung se había ido lejos de aquí para contraer nupcias con otra persona me habia devastado, dejando en mi una sensación de vacío y tristeza. Pero luego de todo eso, llegó el día en que mi pequeña hizo cambiar mi perspectiva de ver el mundo; sus fuertes patadas no cesaban y las contracciones empezaban a hacerse frecuentes.

Para mi suerte mi  madre se encontraba cerca de mí y llegamos con el tiempo encima a la clínica, donde con mucho dolor invadiendo mi cuerpo entre en labor de parto sin nadie a mi lado, sin él viendo la llegada de su primera primogénita.  

Las lágrimas de arremolinan en mis ojos al remover los pesados recuerdos en mi mente, pero no son lágrimas de tristeza ni melancolía, al contrario. Están llenas de alegría y felicidad al saber que fui y soy la primera persona más importante en las breves horas de vida que lleva conmigo mi luz.

—Debes pensarlo, y lo que sea que haya hecho, es su padre y merece saberlo.— manifiesta levantandose de su silla y entregando a la bebé en brazos de vernon, para luego tomar su bolso e ir a firmar los papeles del alta que la doctora había pedido ya hace algunas horas.

Vernon se acerca a mí y la deposita con cuidado sobre mi regado  la vez que se abre un espacio en la camilla y se sienta junto a mí.

—Lo sé, pero...—mis palabras se esfuman en la punta mis labios de tan solo pensar en la posibilidad de que Taehyung no quiera saber nada al respecto sobre su hija. Mis manos tiemblan debajo de mi pequeña a la cual cabe recalcar que sostengo en mi regazo, mi ojos se pierden en los de mi madre y sé que ella persive el miedo que se forma en mi interior. Se acerca a mi y pasa su mano sobre mi cabello en un gesto de consolación.

—La aceptará.— manifiesta por ultima vez antes de depositar un tenue beso en la frente de luz y retirarse en dirección a la recepción.

Mis manos se llenan de calor bajo las mantas que envuelven a mi pequeña y una vez más me dedico a observarla y a sentir ese profundo amor que jamás había sentido porque éste era diferente, era distinto, algo fuera de lo normal. Sus pequeños ojitos se mantienen cerrados aún, permitiendo que sus mejillas se deleiten del rose de su pestañas. Mi corazón se expande de emoción en cuanto la veo sonreír mientras duerme formandos en sus mejillas dos majestuosos hoyuelos.

Luz.

Repito una y otra vez su nombre en mis labios sintiendo el corazón palpitarme aún mas fuerte de lo que debería, deposito un corto beso en la punta de su nariz y luego acaricio la suave piel de sus piernitas «es simplemente hermosa» pienso.

Mi madre entra nuevamente en la habitación y toma a la niña mientras los chicos nos dejan a solas para permitirme cambiar esta bata por una de mis prendas que ha traido de casa la noche anterior, escucho a la niña llorar y de inmediato me encuentro junto a ella sin terminar de cambiarme aún.

—¿No estás un poco paranoica, Lía?.— cuestiona mi madre con la única intención de burlarse de mí. Pero sí,
eso es lo que provoca convertirse en madre: te llenas de miedos e inseguridades y no por ti si no por ella o él. Miro a mi madre de reojo con incredulidad y diversión mientras ella aún ríe de mí.

—A puesto que eras igual o peor que yo cuando me tuviste en tus brazos.—acoto antes de volver a retomar el cambio de ropa de hace un momento.

—Claro que no.— replica reprimiendo una evidente sonrisa en sus labios.—¡Lia, ella sonrió!.— grita para llamar mi atención cuando estoy terminando de colocarme la blusa que he cambiado.

—Lo hizo hace un rato, fui la primera en verlo.—apuntó. Mi madre hace un gesto cargado de sorpresa y empiezo a reclamarme el hecho de que no me llamo lo suficientemente rapido para verlo, ya que según ella las primeras veces son muy importantes y especiales, tanto que consigo lleva su cámara instantánea para empezar a capturar los mejores momentos de luz.

Tomo a mi pequeña en mis brazos y en cuestión de minutos nos encontramos en el auto junto a los chicos quienes nos ayudan hasta llegar a casa, para empezar de cero y permitirme vivir esa dicha que me hace la mujer más feliz del mundo en estos momento.

La observo nuevamente sin poder evitarlo al igual que vernon, Jimin y Jackson,  y es ahí cuando sé que en medio de la tormenta y oscuridad que me inundaba, una pequeña parte de mi, un pequeño fragmento de mí se encendió y dio vida a lo que por siempre seria mi amor eterno.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora