PUPPET [ T#1 TERMINADA ]

PUPPET| Parte 47

»—» Lía «—«

Había pasado la noche abrazada al dorso desnudo de Vernon sobre la cama pero sin poder dormir, a diferencia de él, que permanecía tranquilamente relajado. Me levanté cuidadosamente y caminé por el oscuro pasillo de mi departamento para llegar hasta la cocina, divise mi movil sobre la encimera y lo tomé para encender la linterna dado que solo venía por un poco de agua y no quería encender las luces.

Me senté en uno de los taburetes en medio de la oscuridad mientras veía la pantalla de mi móvil —3 am— pensaba sin para en lo que había dicho momento después de haber concluido el acto sexual.

Casemonos en unos días

Me asusté en cuanto lo escuché, peor luego lo acepté y ahora me encuentro confundida. Estaba tan segura de que lo amaba, estaba tan segura de que él era todo para mí ahora pero, ¿por qué no podía estar segura de estar a su lado toda mi vida? La mortificación se apoderaba de mi cuerpo y mi mente solo se resumía a una pregunta.

¿Estas segura, Lía?

Tomé la laptop en la mesita de centro de la sala de estar y empecé a redactar mi carta de renuncia, era hora de hacerlo. Lo había planeado en algún momento pero era ahora que debía hacerlo. Preparé una tasa de café y me  senté nuevamente en el sofá de la Sala de estar con las luces apagadas y la luz de la pequeña laptop pegando en min rostro, como si fuera un cofre lleno de oro siendo abierto.

Tomé un sorbo y escribí las primeras letras en grande y en negrilla.

"Carta de renuncia"

Tomé otro sorbo y pensé por un momento en que escribir, pensé en él y en esto como si fuera la despedida definitiva y extrañamente un dolor punzante surco en el centro de mi corazón. Me llevé la mano al pecho y pude sentir como quemaba bajo mi piel, bajo la palma de mi mano. Era extraño, como si estuviera herida, pero en cuanto revisé bajo mi camisa, todo se encontraba bien.

Tomé otro sorbo de café con el ceño fruncido y empecé a teclear nuevas palabras esta vez ya no en negrilla.

"Por medio de la presente..."

Pero a medida que mis dedos oprimian una tecla, mi respiración era aún más densa, mi cuerpo más pesado y mi conciencia más nublada, pero todo aquello se lo atribui a que eran las tres de la mañana. Tan solo cuando terminé de redactar mi carta, me dejé caer sobre el sillón con las últimas fuerzas que me quedaban.

Sabía que no era sueño, puesto que mis ojos se volvieron pesados contra mi voluntad, las llamas de mis dedos permanecieron helados y la saliba en mi boca se secó, ya no respiraba, el pecho dolía como los mil demonios y entonces me perdí en un mar oscuro donde me convertí en la misma oscuridad.

...

Mis ojos lentamente pudieron abrirse y se acoplaron a la luz del día, me ví inmovilisada en la cama de un hospital y el fuerte olor a medicamentos permitió que un dolor de cabeza recurriera a mí. Levanté suavemente mi mano y divise el sueron que traía conmigo.

¿Como había llegado aquí? 

Sentí una inmesa sensación de sed y al querer tomar el vaso de agua sobre la mesita a un lateral de la camilla, una fuerte punzada llegó a mi caja torácica, más específicamente por debajo del corazón. Las posibilidades de respirar eran mínimas dado que era conciente del esfuerzo que hacia para alcanzar el oxígeno.