PUPPET| Parte 10

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»—» Lía «—«

Después de todo la mentira sobre el viaje que le habia inventado a Vernon, había acabado por convertirse en plena verdad. Mamá se iría, pero no por cuestiones de trabajo, mas bien era familiar.

—Lia, pequeña. Tendré que irme por un tiempo con tu tía lucy, al parecer se encuentra enferma. ¿lo entiendes verdad?— indagó arreglándose el  cabello frente al espejo.

—Lo entiendo mamá, no tienes que decírmelo — repliqué dándole a entender que ya no era más una pequeña, y no tenía que repetirme las cosas una y otra vez como lo hacía siempre.

Aunque para mi madre siempre seré su pequeña.

—Te quiero nena — Besó mi frente y acarició mi mejilla unas cuantas veces antes de tomar sus maletas y salir por la puerta después de haberse puesto mas guapa aún.

No entendía por qué se tomaba tanto tiempo frente al espejo maquillándose y peinando su cabello, era naturalmente hermosa. Sus ojos eran grandes y almendrados, su cabello lacio con finas ondulaciones en las puntas, y ni que decir de su rostro. Parecía un ángel. Sus labios eran tan rojos que a veces podía confundirlos con labial y en sus mejillas se pintaba un rubor envidiablemente natural.

Deseaba ser tan bella como mi madre.

Me tomé un largo tiempo observándola y percatándome de la gran elección que había hecho mi padre al casarse con ella, claramente la amaba demasiado hasta el día en que murió debido a un accidente aéreo cuando regresaba a casa.

Fue devastador para mi madre y para mí, pero aún así, su belleza seguía intacta a pesar de los días amargos que pasamos.

—¿Necesitas ayuda? — Indagué al cabo de unos minutos al reparar de todo el esfuerzo que hacía al querer llevar sus maletas hasta el baúl del auto.

—Me encantaría.— trató de gesticular las palabras con gran dificultad y formando gestos en su rostro, evidencia de lo mucho que estaba esforzándose.

—La llevaré por ti— reprimi una sonrisa mientras tomaba del otro extremo de la maleta para subirla en la cajuela del auto.

Tiramos de la maleta y finamente logramos subirla a la cajuela.

—Me quedaré sola.— murmuré tratando de no poner a mi madre melancólica, no quería arruinar su viaje y a más de eso la tía lucy  necesitaba más de ella que yo.

—Oh mi cielo, un helado te pondrá feliz, ahora me tengo que ir.— anunció sin más y subió a su auto arrancando él motor.

Sí, a veces mi madre podía ser un poco cruel.

—¡Yo también te extrañaré!— vocifere al divisar la parte trasera del auto casi desaparecer en la pista.

Entré a casa cerrando la puerta tras de mí y arrastré mis pequeños pies hasta la cocina en busca del tan esperado helado, pero en cuanto abrí las puertas de la alacena, no había ningún helado que pudiese consolarme.

Nobme quedaría con las ganas, así que iría a por uno ahora mismo.

Tomé la bufanda, la enrrosque en mi cuello y puse mis zapatos. Al salir de casa caminé hasta el minimarket más cercano pero para mi mala suerte las horas de atención habían concluido.
Y sin otra opción ne eché a andar cinco cuadras más hasta llegar a una pequeña gasolinera vieja, entré y fui directo al figorifrico, tomé uno de los tantos helados que habían, me dirigí a cancelar en la caja y salir de ahí.

En cuanto quise dirigirme a casa, me percaté de la oscuridad en la que se habían sumido el atardecer durante el trayecto, uno de los faros de luz había dejado de funcionar y en el fondo se encontraba una camioneta con un hombre hechado de espaldas  fumando uno de sus cigarrillos.

PUPPET  [ T#1 TERMINADA ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora