PUPPET [ T#1 TERMINADA ]

PUPPET| Parte 9

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Gotas de sudor resbalaban por los laterales de mi frente y el cansancio era evidente.

Desde pequeña había experimentado este tipo de problemas, claustrofobia. Dado a eso, mi infancia se resumio en madre junto a mi acudiendo a un sin fin de especialistas y por último llevandome a un psicólogo, el cual argumentó que este tipo de mal era totalmente psicológico y que todo estaba en mi cabeza.

Que estupidez.

Con mis manos me aferré a los brazos de taehyung por si me desmayaba en cualquier momento, el espacio cada vez se hacia más nulo y dado al movimiento abteriror, mi rostro quedó impregnado en su pecho. Me permitió sorber por la nariz toda su varonil y exquisita fragancia.

Las misma de siempre.

—Debes quitarte la blusa— soltó derrepente. Mis ojos se abrieron de par en par mirándolo fijo —He visto que en situaciones como esta, es lo que se hace— replicó de inmediato como si hubiese adivinado lo que pasaba por mi mente en ese instante.

No me la quitaría jamás.

De cierta manera tenía algo de razón. el psicólogo al que mi madre me había llevado, mencionó algo sobre esto en casos de que el ataque sufría la persona llegaba a ser demasiado fuerte. Notablemente ese no era mi caso, mis ataques era mas controlables gracias a Dios.

Pero aún así me escandalizaba el hecho de que el oxígeno era cada vez menos respirable y mucho mas denso, pensar en quitarme alguna prenda para aligerar mi respiración no estaba entre mis opciones. No lo haría.

Mucho menos frente a Taehyung.

—No me la quitaré frente a ti— masculle desviando la mirada hacia un lado, sintiendo mis mejillas teñirse de rojo aún más.

—No quise decir... solo lo sugerí— contestó sin siquiera mirarme a los ojos, se mieaba un poco incómodo por lo que había dicho momentos atrás.

Al parecer las enfermeras que se encontraban parloteando en aquella estancia no tenían pensaban abandonar la estancia, tal vez permaneceríamos ahí todo las tarde hasta llegar la noche. Eran muy pocas la veces que en la enfermería habían enfermeras, y ésta era una de ellas.

Mala suerte.

Y al igual que él, pasé minutos y tal vez horas con mi rostro clavado en el suelo, sumida en la vergüenza que me carcomía por dentro. Sentía que el aire podía cortarme si me movía tan solo un poco, o si que mis piernas podrían fallar y no sostener mi cuerpo más.

Porque eso era lo que Taehyung provocaba estando cerca de mí.

Ya había pasado quizás media hora pero aquellas mujeres parlanchinas seguían ahí, todo mi cuerpo dolía por haber permanecido en la misma posición tanto tiempo. Siquiera podíamos movernos un poco y para colmo mi respiración seguía igual, lo único en lo que pensaba era mí y mi subconsciente jugándome una mala pasada.

La soga permanecía presionándome nuevamente.

—¿Segura que te encuentras bien?— volvió a indagar al cabo de unos interminables minutos.

—...si.— respondí suavemente.— deberían construir un baño mucho mas grande que ete ¿no crees?.—hablé tratando de romper el hielo iniciando un tema de conversación, ya que al parecer jamas saldríamos del pequeño cubículo.

—Yo lo encuentro perfecto así.—Sus pupilas buscaron los mios en una tenua oscuridad existente, un suspiro se escapo de mis labios de manera involuntaria y caí en cuenta de lo débil que podía pasar a ser cundo él me miraba de esa manera.