|Escuchen la canción de la multimedia por favor, es referencia al título|
Había pasado un año desde que habíamos regresado. Jamás me había imaginado acabar en un hospital por culpa de él.
— ¡Sacame de aquí! —grite, la enfermera se sobresalto y me miro mal.
— Tranquila, El. Esto se pasara muy rápido lo prometo.
— ¡Cállate! Si estuvieras en mi lugar no dirías lo mismo.
— No entiendo que hace un chico como él con una chica como esta ¿Lo ves? Esta loca —le susurro una enfermera a otra pero pude escucharla.
— Solo hagamos esto otro día ¿Si Charlie? — acaricie su mejilla para hacerlo ceder.
— Cariño, esto se tiene que hacer ahora lo sabes, ojalá tu madre viniera contigo para yo no soportar tus quejas — confeso, lo fulmine con la mirada.
— Muy bien, Eleanor —interrumpió la enfermera— Hagamos esto de una vez.
No podía creer lo que estaba apunto de hacer.
— Cuando salga de esto juro que voy a matarte Charlie.
— También te amo.
Todos dicen que no puede ser tan malo pero cuando le tienes temor a las agujas no piensas lo mismo, Charlie tenia un amigo que necesitaba de una donación de sangre lamentablemente sus familiares no coincidían ni tampoco Charlie, pero yo estaba de suerte (nótese el sarcasmo) y coincidí.
Cuando menos me di cuenta la aguja ya había entrado y salido, nunca me había sentido tan aliviada.
— ¿No estuvo tan malo o si?
— Cierra la boca y ya vámonos que tengo hambre.
— Uy pero que mandona.
— Pero así me quieres —le recordé.
No podía pedir nada más, quizás no iba a durar para siempre y no tendría porque ser así tan solo duraría lo que tuviera que durar. Todos esos momentos incluso los más duros y dificiles valieron la pena de alguna manera, si pudiera cambiar algo jamás lo haría.
— El ¿Quieres irte ya? —reaccioné, me había quedado parada en medio del estacionamiento.
— Ah, si.
—¿En qué pensabas?
— En lo mucho que te amo.
El se volvió a hacia mi y me tomo entre sus brazos.
— Yo también te amo.
— ¿Como es posible? —me miro confundido— Me refiero, ¿Como es posible que hayamos acabado de esta manera? Era tu fan y tu ni siquiera sabías que yo existía. ¿Cómo ocurrió?
— Els, esos mensajes tan pesados y graciosos que me mandabas al direct de Instagram, fueron lo mejor que me pudo pasar.
— Debes tener algún tipo de retraso mental por estar conmigo —bromee.
— ¿Piensas que estoy loco? Déjame decirte que es verdad, estoy loco por ti.
— ¡Eres patético!
El rió y negó con la cabeza, tomo mi cintura y me beso, ahí en medio del estacionamiento de un hospital.
— Els, no me dejes ir nunca.
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Don't Let Me Go
FanfictionEleanor Brenns es una universitaria de 20 años, que además es fangirl. Charlie Puth es un famoso cantante de 24 años, que ama interactuar con sus fans. Todo comienza con un mensaje ¿podrán estos dos ser lo suficientemente fuertes para superar sus...