Había pasado una semana, él y yo no habíamos hablado, ni siquiera por mensaje tampoco nos habíamos visto.
En el transcurso de los días había comenzado a pensar que se arrepintió de haber hecho tal cosa y no lo culpo.Esto me hacia desconcentrarme, estaba leyendo y tenia que releer las páginas una y otra vez.
Era sábado lo que significaba que Mamá no trabajaba y estábamos juntos los tres.Sonó el timbre pero no baje por qué Mamá esta abajo.
— ¡Eleanor! Te buscan —gritó mi mamá.
Perezosamente baje las escaleras.
— ¿Ahora quien es? —pregunte fastidiada y puse los ojos en blanco.
Ya era una costumbre.
—Hola.
Levante la vista y estaba Charlie situado en la puerta.
— Lo siento, no sabía que eras tu. Hola, adelante.
— Bueno es que no hemos hablado en una semana y quería saber si estabas bien.
— Lo estoy —sonreí— ¿Y que hay de ti?
— Bien, he estado en el estudio esta semana y bueno acabe la canción, me sirvió mucho tu ayuda.
No sabia como tomar eso.
— Me alegro.
— También venia para ver si querías ya sabes. Bueno una mini fiesta en alberca tu y yo. No hay nadie en casa —esto último lo dijo casi en un susurro.
— Suena tentador.
— Podría serlo.
¿Estábamos hablando en doble sentido?
— Solo tengo que pedir permiso, no puedo salirme nada mas así, tu entiendes.
— Claro.
— Ahora vuelvo.
Me dirigí a la cocina donde estaba mi Madre.
— Mamá ¿Podría ir a la casa de Charlie?
— Por supuesto. Oye ¿En que ayudaste para que el pudiera acabar su canción?
Nunca en mi vida habia sido tan fácil conseguir un permiso, estaba escuchando nuestra conversación.
— ¡Deja de escuchar nuestra conversación! ¿No vas a preguntarme a que?
— Para nada hija, tienes veinte años ya no pidas permiso solo avísame ¿Si? No tardes mucho nada de embarazos, Eleanor.
— ¡Mamá!
— Solo bromeó ahora anda, ya vete.
Volví hacia la sala donde estaba Charlie.
— Ven —señale para que me siguiera y subimos las escaleras a mi habitación.
— Que lindo todo, muy adulta — rió divertido cuándo entramos a mi habitación.
— Cállate.
Mi habitación era color azul agua, mi cama tenía cobertor lila, dos estanterías de libros, una cajita con discos y mi escritorio donde había un peluche de Bob Esponja.
Abrí mi closet y saque todo lo que me llevaría, olvidando por completo que en la puerta de este había muchas fotos de él.
— Y ahí estoy yo ¿Que hago en un closet?
— No hagas preguntas.
Termine de acomodar mis cosas y nos fuimos. Conducio hasta su casa veníamos cantando algunas canciones que pasaban en el radio.
— We don't talk anymore like we used to do.
— We don't love anymore...
— What was all it for?
Después de unos treinta minutos llegamos.
— Puedes cambiarte en mi habitación.
Asentí y subí, me puse el traje de baño y un short. Cuando baje al jardín el estaba parado de espaldas con un short negro y sin camisa. Inevitablemente mordí mi labio inferior.
— Toma —me extendió una cerveza.
— ¿Coronita? —pregunte— Esta es buena.
— De México.
Se tiró a la alberca y me miro esperando a que yo hiciera lo mismo.
Me quite el short y lo deje en una silla y me tiré al agua, estaba tibia lo cual hizo que comenzará a temblar, no aguantaba las temperaturas frías ni medias.
Me pegué a un rincón de ahí mirando todas las tonterías que el estaba haciendo. Se acerco a mi.— ¿Quieres que suba la temperatura? —se refería al agua pero lo dijo con cierto tono de doble sentido.
— Por favor.
— ¿Sabías que cada que uso la alberca con agua caliente la cuenta de esta es muy alta?
— No te vayas a quedar pobre —dije burlona.
El rió, pero ignoro mi comentario.
— He estado pensando en lo que paso hace una semana —se acerco mas a mi— y sabes, no sé.
Me gustas, Eleanor. Y sé que yo a ti por que si no jamás me habrías permitido que te besará.Lo mire incrédula, a este punto el estaba lo suficientemente cerca de mi. Y aquí íbamos otra vez tenía que dejar de hacer eso o me iba a terminar dando algo.
Estaba pegada en la pared de la alberca, el estaba pegado a mi, no había espacio entre los dos, mis pechos pegados a su pecho, era incómodo estar así pero al mismo tiempo se sentía muy bien.
Rodee mis piernas en su cintura, él tomo mi cintura y comenzó a bajar sus manos, acariciando mis piernas. Dejamos de besarnos.— Podría arrancarte la poca ropa que traes ahora mismo —dijo con dificultad.
Era la primera vez que me sentía así, un pequeño cosquilleo recorría mi cuerpo.
Nos miramos unos segundos y volvimos a besarnos.Sus manos subían lentamente, su tacto me causaba escalofríos, llego a la parte donde se sujeta el sostén, listo para quitarlo.
Antes que eso pudiera pasar lo aleje de mi y salí de la alberca.
Me miro confundido y pude ver cierto enojo en su mirada.
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Don't Let Me Go
FanfictionEleanor Brenns es una universitaria de 20 años, que además es fangirl. Charlie Puth es un famoso cantante de 24 años, que ama interactuar con sus fans. Todo comienza con un mensaje ¿podrán estos dos ser lo suficientemente fuertes para superar sus...