La molesta luz que entraba por la ventana hizo que me levantara. Mire alrededor y no estaba en mi habitación, tan estupida era que no me acordaba en donde había dormido la noche anterior.
Charlie no se encontraba a mi lado así que supuse que estaba abajo. Entre al baño que estaba en su habitación me lave la cara y me cepille los dientes.
Baje esperando encontrármelo cerca mientras me desenredaba el cabello con los dedos. Divise en todos lados y ninguna señal de el, pudo haber salido, pensé pero era ilógico. Brady, su perrito apareció en la sala.— Hola —me incline para acariciar a este y luego me senté en el suelo.
Minutos después apareció Charlie.
— Hola Ele —Charlie estaba detrás de mi— Estaba afuera buscando a Brady pero aquí esta.
— Creo que voy a robármelo —advertí.
— Y yo voy a robarte a ti —se acerco a mi y me dio un pequeño beso en los labios— He preparado el desayuno.
— ¿Y usted cocina, Señor Puth?
— No precisamente pero hice el intento, ven vamos —me ayudó a levantarme y caminamos hasta la cocina.
— Huele bien.
— Esperemos que sepa igual a lo que huele.
Le ayude a acomodar los platos entre otras cosas. Desayunamos, vimos algunas películas y era hora de regresar a casa, tenia una pijamada pendiente con Sarah y otras chicas.
— Voy a entrar — había dicho eso tantas veces que ni yo sabia que tan cierto era — Nos vemos después ¿Si? Tengo que prepararme para en la tarde.
— Cuando será nuestra pijamada? —pregunto.
— Pronto —nos dimos un beso de despedida.
•••
Las chicas cancelaron el plan por una u otra razón. Eran las ocho, no había visto a Mamá ni a Jeremy en todo el día. Subí a mi habitación y me puse una pijama un short y una blusa de cuadros de Charlie que tenía aún desconocía la razón de como había llegado ahí.
Tocaron la puerta supuse que era Jeremy siempre olvidaba sus llaves. Baje corriendo las escaleras para abrir la puerta, Nathan.
— ¿No que muy enojado? —pregunté molesta.
— Yo... Lo siento ¿si? actúe como un idiota la última vez y lo peor de todo es que fue por una tontería. No quiero estar contigo así, no hemos hablado desde hace dos meses y te extraño —confeso, parecía sincero.
No podía negarlo de verdad que yo también lo extrañaba, pero no de la misma manera en la que lo hubiera hecho antes.
— Puedes pasar.
— Han pasado muchas cosas ¿sabes? He terminado con ella yo... Bueno no era lo correcto y escucho de ti en todos lados por ese estupido rumor de qué sales con Charlie Puth me alegra de sean buenos amigos.
¿Acaso no lo sabia ya?
— Me alegra escuchar que ya no sales con ella —estaba siendo honesta, ninguno de los dos era bueno para el otro.
— Estuve pensando todo y creo que podríamos darnos una oportunidad.
— ¿Disculpa?
— Ya no tengo miedo a intentarlo.
— Nath... Estoy con alguien a quién no le dio miedo intentarlo desde el principio.
— ¿Que? —me miro confundido, analizando cada una de mis palabras— Tu sabes que yo te queria! —ahora estaba gritando.
— No, no. Si me hubieras querido la hubieras dejado a ella y no solo se hubiera quedado en promesas vacías ¿Sabes cuánto sufrí por ti? Tu mismo me decías que te superará y ahora que lo hice ¿No es suficiente ya? ¡No soy tu maldita segunda opción!
— Vete a la mierda —azotó la puerta de mi casa y yo estaba llorando.
Esto no era justo.
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Don't Let Me Go
FanfictionEleanor Brenns es una universitaria de 20 años, que además es fangirl. Charlie Puth es un famoso cantante de 24 años, que ama interactuar con sus fans. Todo comienza con un mensaje ¿podrán estos dos ser lo suficientemente fuertes para superar sus...