Capítulo 9

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— Y llegamos —Charlie se desabrocho el cinturón y se apresuro a salir, lo
mismo hice.

Me quede observando todo el lugar ¿Como describirlo? Nunca había estado en un lugar así todo parecía desierto, no más casas solo una.
Y si por fuera ya parecía enorme no me imaginaba por dentro.

— ¿Te vas a quedar ahí? — él ya estaba en la entrada y yo seguía admirando todo.

Entramos y ¡vaya! jamás había estado en un lugar tan bonito, había visto la casa por fotos pero jamás me imagine que llegaría a entrar.
Tan solo afuera era mas grande que mi casa y no sabia que me esperaba adentro.

Pasamos y enseguida reconocí donde estaba: La sala de estar con piano incluido ¿Como no?, la cocina perfectamente organizada como la recordaba. Eran los dos primeros lugares que se ven de ahí en mas son puertas que supongo que van a habitaciones entre otras cosas.

— Bienvenida a tu casa, Ele.

— Mejor ni me digas que si te  tomo la palabra.

— Hablo en serio.

— Yo igual.

— ¿Te gusta Friends? Es lo que veo todos los días pero si tu quieres ver otra cosa da lo mismo

— Nunca lo he visto así que ¿Porque no?

— ¿Aquí o en la sala de cine?

— Aquí —dije, aunque tenía curiosidad de conocer el cine.

Me senté en el sofá de la sala y el se sentó a lado mío y vimos la serie.

Charlie había ido por algunas botanas que casi de verlas ya había subido 10 kilos.
Papas, Palomitas, Pepinillos (Selena.. Selena), Coca Cola y no podía faltar el Guacamole, su favorito.

Escuche que abrían la puerta y vi que venía su Madre; Debra. Me volteé inmediatamente. Charlie puso pausa y me indico que me levantará.

— Hola Mamá ¿Como va todo?

Ella se venía acercando a nosotros.

— Hola Charlie, todo bien algo agotador eso de ir por cada tienda y buscar algo indicado para tu Padre no es lo mío.

— Mira ella es Eleanor.

— ¡Ay! La chica de la que tanto me hablabas. Pero mira que linda que es.

Me limite a sonreír.

— Hola Señora Puth — dije casi en un susurro.

— ¡Ay aun soy joven! mira que puedes llamarme Debra.

— Lo siento...

— Es algo tímida al principio Mamá, pero ya después que va a tener confianza.

— Pues yo los dejo solos que vengo que me muero, un gusto en conocerte Eleanor.

— Igualmente, Debra.

Me sentía una igualada hablándole así.

Su Mamá se fue alejando hasta que desapareció en uno de los pasillos.

Don't Let Me GoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora