CAPITULO 32 Eventos afortunados y desafortunados.

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---En el hospital---

Se encontraban dos paramédicos entrando rápidamente en el hospital, llevando a un pelirrojo en una camilla dirigiéndose a urgencias.

-¿Qué fue lo que ocurrió?
-Tal parece que alguien lo ha golpeado brutalmente y tiene una herida profunda en el costado. –comento un paramédico mientras entraban en la sala.
-Démonos prisa antes de perder al paciente. –comento un Doctor.

Al entrar el doctor se dio cuenta que contaba con poco personal, así que corrió por los pasillos para que alguien pudiera ayudarlo en la operación.

---Shinobu---

Me fui a recostar a mi cama ya que no quería saber nada, quería idear un plan en el que pudiera rescatar a Satoshi lo más rápido posible, en verdad lo extraño, me he dado cuenta que realmente lo quiero, lo amo, lo necesito…

Otra vez mis lágrimas me traicionan y empiezan a deslizarse por mis mejillas, que fue lo que hice para que esto me pase a mí…

Solo unos días más y podré ver a Satoshi, en verdad espero que este bien y tranquilo, porque me moriría si le pasara algo…

---En una mansión---

Un hombre medio canoso bajaba por un sótano que tenia aquella casa, tenía una amplia sonrisa sádica ya que recordaba una plática que tuvo con su hijo.

***Horas antes***

-Padre en verdad ese imbécil me fastidia. –se quejaba.
-Tranquilo Francesco, él tendrá su merecido. –se relamió los labios.
-No me digas que te gusta. –puso una cara de disgusto.
-Se me hace un hombre atractivo, tal vez le termine gustando cuando le dé por atrás. –rio.
-¿Es enserio?
-Sí, supongamos que es de mi gusto, siempre se me han dado los castaños y pelirrojos.
-A veces no sé cómo eres mi padre.
-No te puedes quejar, sin mí no hubieras conseguido a ese niño.
-Tienes mucha razón pero, -se quejo- puag me dejaste una imagen mental horrible.
-¿Sobre qué? –preguntaba aunque sabia la respuesta.
-Sobre ti y Satoshi teniendo, puag que asco. –se estremeció.
-No deberías pensar en esas cosas.
-Pero bueno con que lo hagas sentir la peor basura me conformo, así que has lo que quieras.
-No pensaba preguntarte Francesco, mejor ve a visitar a tu niño.
-Hai. –rio.

***El presente***

Quito las cadenas que tenia aquella puerta de meta y entro al sótano.

-Hoy te daré un gran regalo. –se carcajeo mientras frotaba su entrepierna.

El silencio reinaba en la habitación, el hombre camino hasta el lugar donde tenía a Satoshi, solo para darse cuenta que el pelirrojo no se encontraba.

-Demonios. –grito.

Camino por toda la habitación, solo encontró las sogas botadas en una esquina, reviso minuciosamente la habitación hasta encontrarse con una pequeña puerta.

-Hijo de… -maldijo mientras salía de la casa para recorrer alrededor para buscarlo.

Chasqueo la lengua y camino hacia sus hombres.

-ENCUENTREN AL PELIRROJO Y NO REGRESEN HASTA TRAERLO DE VUELTA.

---En el hospital---

Un peliazul iba de salida ya que su turno había acabado, camino hasta la salida pero un doctor lo detuvo.

-Kusama me gustaría que nos ayudarás con una operación, no hay muchos doctores para apoyarnos.
-Claro lo sigo.

Los dos doctores caminaron hasta la sala de cirugías donde un pelirrojo luchaba por su vida con todo.

Al entrar el peliazul quedo en shock al ver a la persona que estaba en la camilla.

-¡Satoshi!
-¿Lo conoce? –pregunto el doctor.
-Sí es un amigo, -lo miro- ¿Qué fue lo que paso?
-No sabemos con exactitud, solo una señora nos dijo que le pidió ayuda y se desmayo, tiene algunas fracturas y debemos coser su costado tal parece que lo apuñalaron y por múltiples golpes la herida se profundizo.
-Maldición.
-Por favor doctor Kusama concéntrese.
-Sí lo siento.

Ambos doctores empezaron la cirugía.

“Por favor Satoshi lucha, Shinobu te necesita porque sé que hay gato encerrado en lo que ha pasado, así que se fuerte y prometo traerte a Shinobu.”

---Shinobu---

Francesco llego luego de un par de horas, lo recibí y él me llevo a pasear a un festival cerca de la plaza.

-Shinobu. –susurro.
-¿Qué quieres?
-Al menos puedes aparentar que estas feliz. –me miro molesto.
-Es muy difícil porque no lo estoy.
-Ahhhhh, -suspiro- en fin yo vine a decirte algo.
-¿Qué cosa?
-Dentro de un mes nos casaremos.
-¿Qué? –me sorprendí.
-Lo que oíste.
-Yo no me casare con alguien como tú, ¿Qué estás loco?
-Shinobu, compórtate. –me acorralo en la pared.
-Te odio. –gruñí.
-Aunque me odies más, nos casaremos. –se carcajeo.

Me tomo del mentón y me beso bruscamente.

“No quiero, no quiero esto yo solo quiero estar con mi verdadero amor… POR FAVOR QUE ALGUIEN ME SALVE”

La Barrera de Nuestro Amor (Miyagi x Shinobu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora