CAPITULO 40 Triste encuentro.

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---Miyagi---

Al llegar al aeropuerto de Japón tome mi teléfono y le marque a Satoshi, pero lamentablemente no me contesto. También intente llamarle a Nowaki pero sonaba ocupado. Mi terrorista se veía decaído y a punto de perder lo que le quedaba de paciencia en cualquier momento.

Mi celular comenzó a sonar y me di cuenta que era un número desconocido, sin pensarlo conteste.

-¿Diga?
-Profesor Miyagi.
-KAMIJOU-exclame- ¿Cómo estás?
-No hay tiempo para eso, -suspiro- ¿siguen en el extranjero?
-Acabamos de llegar a Japón.
-¿Qué? ¿Por qué?
-Digamos que tanto Shinobu como yo tuvimos un presentimiento.
-¿Ah?
-Es largo de contar, luego te lo explicare, ¿dónde estás?
-En la avenida Sakura.
-Eso es a 5 minutos del aeropuerto, te vemos en un momento. –comente.
-Espera no… -comento pero ya había colgado.

---En el sótano---

Dos hombres forcejeaban un arma hasta que se disparo, uno de ellos cayó de rodillas al piso mientras el otro lo miraba y una sonrisa se dibujaba en su rostro.

-Nadie se mete en mi camino y sale ileso para contarlo. –se carcajeaba aquel canoso y le dio una gran patada a Satoshi tirándolo por completo.
-M-maldito. –se quejaba.

El pelirrojo tenía un disparo en su costado derecho, Bardo le volvió a apuntar con el arma en el otro costado y disparo.

-Aggg, -dio un grito desgarrador- aunque me matas e-estas acabado.

Satoshi a pesar de estar herido no parecía dispuesto a complacer a Bardo, no mostraría su debilidad, no le permitiría lastimar a lo que el más quería…

-Mmm, entonces, -apunto a su cabeza- tendré que tomar medidas drásticas.

Aquel pelirrojo cerró los ojos esperando su fin…
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Pero no llego porque se empezaron a escuchar varias sirenas.

-Tsss, -chasqueo la lengua- supongo que será para la otra.

Bardo subió de nuevo a la sala dejando solo a Satoshi tirado.

-Sh-shinobu. –murmuro casi inconsciente.

---Con los egoístas---

Hiroki luego de llamar a Miyagi, le marco a Nowaki, haciendo que el peliazul se alegrara y le volviera la vida, le dio la dirección del lugar, esperándolo en una parte segura, lejos del operativo que se realizaría en unos momentos.

El castaño estaba recargado en un árbol hasta que visualizó a su amante.

-¡HIRO-SAN! –grito el peliazul y estrecho al castaño entre sus brazos.
-Nowaki, -sollozo- te extrañe.
-Yo más Hiro-san, perdóname por no haberte protegido, en verdad lo lamento. –comenzó a llorar.
-No digas eso Nowaki, tu no tuviste la culpa. –lo miro a los ojos.
-Pero…
-Estamos juntos ¿no?
-Hiro-san. –lo beso tiernamente.
-Baka, -se sonrojo y murmuro- te amo…
-Te amo tanto Hiro-san, así que quédate siempre conmigo…

---Francesco---

Entre a mi casa y cerré con seguro, todos nuestros hombres estaba muy alertas, aunque algunos huyeron como viles maricas.
Mi padre subió del sótano y me abofeteo.

-Por tu maldita obsesión con ese niño nos has llevado a la ruina. –gruñó.
-Lo hizo tu trabajo.
-Eso jamás.

Cuando estaba a punto de pegarme la puerta se escucho.

-SABEMOS QUE ESTAN AHÍ DENTRO, BARDO Y FRANCESCO, MAS LES VALE SALIR CON LAS MANOS EN ALTO…
-Maldición.

Caminamos hacia la salida trasera y abrimos la puerta encontrándonos con un par de policías que mi padre elimino fácilmente.

-Vámonos.

Estábamos a punto de subirnos al carro hasta que unos policías nos rodearon. Saque mi arma y le dispare a uno, quería matar a todos hasta que mire a mi pequeño tesoro…

---Shinobu---

Llegamos hasta la avenida Sakura y observe a mi hermano y a Nowaki besándose, sonreí un poco de saber que estaban tranquilos. Íbamos a acercarnos hasta ellos pero escuchamos un disparo.

-Shinobu. –grito.
-¿Francesco? –lo mire disparar a un policía y sentí mucho miedo.
-Maldición Francesco, basta con tu maldita obsesión. –gruño Bardo y me apunto con el arma.
-No lo hagas padre. –grito Francesco y un policía lo esposaba.
-Adiós niño idiota…

Se escucho un disparo y cerré mis ojos fuertemente, al abrirlos me di cuenta que el sonido no provenía del arma de Bardo.

Bardo cayó al piso y por su espalda comenzaba a salir sangre.

-N-no permitiré que l-lo lastimes. –comento Satoshi abrazando su abdomen donde escurría mucha sangre.
-SATOSHI.- grite.
-M-me alegro pod-er verte. –sonrió y cayó al piso.

Corrí hasta Satoshi y lo abrace.

-SATOSHI, por favor mírame, Satoshi…
-Shinobu… -respiro con dificultad.
-Estúpido, cómo pudiste matar a mi padre, eres un bastardo… -grito Francesco.
-Guarda silencio o tu sentencia puede aumentar. –comento otro policía.
-Satoshi, por favor háblame…
-Lo mejor es llevarlo al hospital… -comento Miyagi y coloco su mano en mi hombro…

La Barrera de Nuestro Amor (Miyagi x Shinobu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora