CAPITULO 30 El inicio del tormento.

714 46 6
                                    


---Shinobu---

-Pero que dices Shinobu, ¿Cómo que es tu novio? –pregunto mi hermano.
-Pues, -murmure mordiéndome un labio- me di cuenta que no amaba a Satoshi y…
-Como yo le dije que me gustaba le pedí una oportunidad y aquí estamos cognato. –sonrió Francesco.
-¿Qué dijo? –pregunto Nowaki.
-Me acaba de decir cuñado. –se le resaltaba una vena de enojo a mi hermano.
-Hermano por favor entiéndeme. –suspire.
-No puedo entenderte, -miro a Francesco- y tu es mejor que te vayas, tengo que hablar con mi hermano.
-Está bien, -sonrió Francesco de una forma que daba miedo verlo- nos vemos mañana amore mío.

Me tomo del mentón y me beso, yo cerré los ojos, esa sensación me provocaba nauseas. Se despidió de mí y se fue del departamento.

-Shinobu, siéntate. –comento Hiroki serio.
-¿Qué pasa hermano? –trate de controlar mi voz.
-¿Por qué andas con ese italiano?
-Ya te dije, yo no siento nada por Satoshi y decidí intentarlo con Francesco, a lo mejor él es indicado para mí.
-No te creo y te exijo que me digas la verdad. –me miro fijamente.
-Es la verdad. –desvié mi mirada.
-TAKATSUKI SHINOBU NO ME MIENTAS. –se altero.
-Hiro-san, tranquilo, estás asustando a Shinobu.
-Yo… lo siento. –solloce y salí corriendo del departamento.

---Con los terroristas---

Un castaño se dejaba caer en el sofá mientras sus manos se colocaban en su cara.

-No quería hacerlo llorar.
-Te entiendo Hiro-san, pero a lo mejor paso algo para que él decidiera tomar esa decisión. –lo abrazo Nowaki.
-De seguro ahora me odia. –suspiro.
-No digas eso Hiro-san, él te quiere y lo entenderá, solo hay que darle su espacio. –lo tomo del mentón.
-Gracias por aguantarme Nowaki. –lo beso.

---Shinobu---

Caminaba por la calle tratando de olvidar por un momento lo que pasaba, pensando en que encontraría a Satoshi y todo volvería a ser como antes, pero no era así y lo sé perfectamente, no veré a Satoshi hasta dentro de una semana y peor aún, no podré estar a su lado...

-Shinobu-chin. –susurro.
-M-Miyagi. –lo mire y trate de contener las lágrimas.
-¿Que tienes mi niño? –pregunto al acercarse a mí.

No pude aguantar más y lo abrace fuertemente, me sentía tan desesperado en este momento, no sé cómo podré aguantar tanto dolor, no sé cómo aguantare este tormento, pero tengo que ser fuerte, no quiero que le hagan algo a Satoshi...

-Mi niño por favor que es lo que te pasa. -me miro.
-Yo… -mis lágrimas empezaban a caer por mis mejillas.

¿Debería decirle?

¿Debería pedirle ayuda?

No puedo hacerlo, no puedo meter a otra persona en este asunto, no quiero poner a alguien más en peligro…

-Shinobu-chin, ¿Qué sucede? –me miro.
-No puedo decirlo, -me aferre a él- en verdad quisiera pero no puedo.
-Mi pequeño terrorista. –me estrecho entre sus brazos.

---Miyagi---

Me partía el corazón de ver a mi amado niño llorar de esa manera, mis pensamientos vagaban en que tal vez es Satoshi el culpable de sus lágrimas, no puedo dejarlo así, no quiero alejarlo de mí.

Lo lleve a mi departamento, aunque se negaba termino aceptando, al llegar lo recosté en el sofá hasta que se quedo dormido.

-¿Qué te hizo ese maestro de quinta? –murmure mientras acariciaba su cabello.

No puedo permitir que te hagan daño, ya no más…

Tome mi teléfono y le marque a Kamijou para que supiera que Shinobu se quedaría en mi departamento.

-¿Quién habla?
-Hola Kamijou soy yo Miyagi, -suspire.
-¿Qué pasa profesor?
-Solo quería avisarte que Shinobu-chin se quedará en mi departamento, lo encontré hace rato en la calle y estaba muy decaído.
-Fue mi culpa, -se escuchaba triste- le grité sin motivo alguno.
-¿Por qué?
-Es que Shinobu empezó una relación con ese italiano.
-¿Qué?
-Yo también estoy sorprendido, no sé que motivo lo orillo a tomar esa decisión.
-Tratare de hablar con él, haber si consigo que me diga algo.
-Muchas gracias profesor.
-No hay de que, mañana lo llevo a tu casa. –suspire.

Colgué el teléfono y me dirigí donde estaba dormido mi terrorista, lo tome entre mis brazos y lo lleve hacia mi cama, lo acomode y lo tape. Me senté a un lado de la cama y empecé a acariciar su cabello.

¿Qué te ha pasado?

¿Por qué tu rostro luce triste?

¿Por qué tus lágrimas aun no cesan?

-S-Satoshi. –murmuro entre sueños mientras una lágrima caía por su mejilla.

Me recosté a su lado y lo abrace a mi pecho.

-Te voy a cuidar mi lindo terrorista, así que por favor no llores más.

---Satoshi---

En todo el día he intentado quitarme estas ataduras sin éxito, afortunadamente la herida que tengo en el costado no es tan grave, y a decir verdad alguien me coloco una venda, cosa que agradezco sino se me hubiera infectado.

No puedo creer que estos dementes quieran hacerle daño a Shinobu, él no se lo merece, no quiero que se sacrifique, lo único que deseo es ver a mi niño sonriendo como siempre, lo amo tanto, que estaría dispuesto a morir por él.

La puerta se volvió a escuchar, y por lo que veía ya era de noche.

-Veo que no te la estas pasando bien, -rio- me alegro.
-Maldito Francesco, así que eras tú.
-Quién más podría ser, te dije que me vengaría.
-Deja en paz a Shinobu.
-Lo siento pero él me pertenece y así será siempre.
-¿Por qué le haces esto? Déjalo ser feliz.
-Él será feliz cuando tú desaparezcas, y es por eso que te vengo a decir que en cuanto seas libre te vayas del país. –me miro.
-No lo haré, jamás me iría.
-No me provoques matarte de una vez, -se acerco a mí y me pateo donde se encontraba la herida. -Eres lo peor, espero y te mueras.

Pateo varias veces el mismo lugar hasta que sentí como algo se escurría.

-Maldición, me estresas. –gruño y salió por la puerta.

“Voy a salir de este lugar y te salvaré de estos dementes… Mi amado Shinobu”

La Barrera de Nuestro Amor (Miyagi x Shinobu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora