|Capítulo I|

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Tú, yo y La Lluvia

Ruggero Pov.

Me quedé viendo en la dirección en la que Karol y su amiga se habían ido. Una falsa esperanza punzaba en mi interior de que ella vendría y me besaría como yo quería hacerlo, mas sé que eso es imposible. Ella no siente nada por mí.

Agustín y yo nos quedamos conversando sobre lo sucedido. Me dijo que sus labios y los de carolina a penas se rosaban. Yo sin embargo, ni eso pude lograr.

Después de que Karol se fuera, un vacío invadió mi alma, algo que pensé que nunca volvería a sentir. Tal vez solo estoy exagerando mucho las cosas. Tal vez solo tenga que olvidarme de ella y mi vida volverá a la normalidad. Pero, ¡demonios! Es imposible. Desde la primera vez que la vi sentí que algo en ella era especial, Que no era como las demás. No sé qué hacer. Todo lo que he hecho para que me note no ha servido de nada.

Al terminar el día, el timbre sonó indicando que las clases habían culminado. Eso significaba el inicio de las vacaciones. Todos gritaban y exclamaban de emoción. A pesar de eso, yo no me sentía tan feliz que digamos.

Al salir, me despedí de mi mejor amigo y él de mí. La lluvia había comenzado a caer fuertemente y los relámpagos destellaban sobre la poca luz de la tarde. Me apresuré corriendo en dirección a mi coche que se encontraba en el aparcamiento de la secundaria. Abrí la puerta del piloto y me introduje en él. No pasa un largo tiempo cuando ya diviso levemente la pequeña silueta de una castaña despidiéndose de su amiga de gafas. Una sonrisa se dibuja en mi rostro al mismo tiempo que encendía mi auto.

Ella comenzó a caminar bajo la lluvia cubriéndose los brazos para conservar calor. Este era mi momento. Debo dar el paso ganador.

-¿Alguien necesita que la lleven? -le pregunté mientras aparcaba justo a su lado. Ella en cambio rodó los ojos y se encogió.

-¿yo ahí? No gracias. Yo puedo caminar.

-Creo que ahora no es una buena opción- dije divertidamente cuando veía como la lluvia se intensificaba.

-ni que me parta un rayo me subo a ese... (Suena un relámpago) auto –su cara comenzó a palidecer.

-¿Qué tiene de malo? ¡Es un Ferrari!- dije con acento italiano- además, parece que tu hipérbole sí puede que se cumpla.

-Déjame en paz -rodó los ojos y siguió caminado.

-espera... -me reí.

Apresuradamente, me bajé del auto y la tomé sobre mis hombros. En verdad, casi ni pesaba. Ella se sobresaltó y comenzó a resistirse. Sus esfuerzos por escapar fueron desde patalear, rogar y golpearme la espalda. Sin embargo, estos fueron en vano. Un minuto después y ya estaba dentro del auto.

Karol Pov.

Estaba en el auto de Ruggero en contra de mi voluntad. Él me había ofrecido llevar pero yo me negué ¿de qué sirvió? De nada.

-muy bien ¿Dónde vives hermosa? -me pregunta "amablemente" el secuestrador.

-¿por qué? ¿Quieres llevarle una nota a mis padres diciendo que estoy secuestrada y que nunca me volverán a ver? -le dije fríamente.

-Em... Algo así, Digamos que te llevaré a tu casa -me responde divertido.

Aplacando mi enojo, ciertamente la situación era un poco graciosa pero no quiero que eso sea una justificación para lo que hizo. Secuestrar a las personas está muy mal.

(Pero, si solo te ofreció llevarte a tu casa -me reprocha mi mente)

bueno... eso es cierto, pero no voy a cambiar mi estado ni bajaré mis defensas.

Viviendo con el Enemigo ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora