|Capítulo XXXVIII| Últimos Capítulos

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Visita

Karol Pov.

Tomé la sartén en donde cocinaba mis conocidos panqueques con miel. Terminé de hacer el último y lo coloqué en un plato llano. Le roseé miel encima y corté pequeñas fresas que después las esparcí por encima del plato. Todo estaba listo.

-Algo huele delicioso –Dijo Ruggero bajando por las escaleras de la mansión y entrando por el arqueado umbral de la cocina.

Él se sentó en la mesa y yo le tendí su plato.

-Es para ti, cielo –Lo besé.

-Buenos días –Me saludó sonriente.

-Vaya, veo que alguien se levantó muy bien hoy –Comenté –. Me alegro, mi vida. Buenos días ¿se puede saber por qué estás tan sonriente –Seguí.

-1: La magnífica noche que tuvimos, y 2: Es una sorpresa–Se encogió de hombros, tomando su desayuno.

-¿Qué es? –Cuestioné.

-Eh-Eh debes esperar un poco –Advirtió con diversión.

-Dime –Alargué –. No me gustan las sorpresas –Me quejé.

-Estoy seguro de que esta te encantará –Repuso.

-Está bien, confiaré en ti –Me rendí finalmente.

Después podré saber cuál es la misteriosa sorpresa. Por ahora sólo quiero pasar un grato momento con Ruggero.

-Amor, esto está delicioso –Dijo con su boca llena.

-Traga antes de hablar –Me reí.

-Sí, mami –Se quejó.

-Jamás cambias –Repliqué riendo.

-Pero así me amas –Sonrió.

Me quedé con los ojos puestos en él. Lo miré detenidamente, esos ojos tan profundos que te hipnotizan con un sólo pestañeo, esos cabellos enrulados que me enloquecen; enseguida mi mente imagina a mis manos ocultas y aferradas a su cabeza. Seguí bajando por su rostro hasta toparme con sus labios, tan rosados y finos, su sabor es veneno mismo, me embriagan, me poseen, es mi mayor debilidad de todo su cuerpo; Seguí recorriendo con mi mirada. Me detuve en su firme pecho, su camiseta en corte V me dejaba ver una parte de sus pectorales, y dejaban un poco más a la imaginación. Qué bueno que la mesa impide mi escaneo completo, pues juraría que hubieran seguido mis ojos por todo su cuerpo, evaluándolo por completo y sin ningún filtro.

-¿Qué me ves tanto? –Cuestionó con su ceño fruncido.

Volví a la realidad.

-A ti –Confesé. Me las arreglé como pude hasta estirar mi mano por completo sobre la mesa y tomé su mano –. Te amo –Dije.

-Yo te amo también, cielo –Tomó mi mano y la llevó hasta sus labios y depositó un beso en ella.

-Que lindos –Irrumpió Margarett, entrando en la cocina.

-Adiós al bello momento –Se quejó Ruggero.

-Lo siento, chicos, es que se me hace muy lindo verlos así, además las novelas románticas me encantan –Suspiró sentándose en una silla.

-¿No quieres desayunar con nosotros? –Intervine yo.

-No querida, ya desayuné en casa, gracias –Negó amablemente.

-¿Tienes alguna noticia para nosotros? –Cuestionó Ruggero con sus manos entrelazadas sobre la mesa.

-Así es –Sonrió Margarett.

Viviendo con el Enemigo ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora