Vendajes del Corazón
Karol Pov.
-Fue una locura lo que hiciste, no quiero que te vuelvas a hacer daño... –Me reprochó Ruggero –¿Estás mejor?
Estaba encima de la isla de la cocina, Ruggero vendando mis heridas en las manos, las cuales habían parado de sangrar. Después de que Mike se hubiera ido, Margarett –Alterada- llamó a Ruggero para que me viniera a socorrer.
-Si –Asentí, soltando un pequeño gemido de dolor.
-¿Por qué te hiciste eso?
-Sólo me tropecé –Me encogí de hombros.
Él no me creía, era obvio; ni yo misma podría siquiera hacerlo.
-Amor, no me mientas –Sentenció.
-Mike está en la mansión –Solté tajante.
-¿Mike? ¿Michael? ¿Él te hizo esto? ¿Dónde está...? –Ruggero había comenzado a alterarse.
-No, no, él no me hizo nada –Proseguí –, sólo habló conmigo –Indiqué, mi voz sonaba débil y caída.
-¿y qué te dijo?
-Me dijo que se sentía terrible por lo que me hizo –Repliqué –, es todo.
Ruggero me miró pausadamente, y a mí me costaba devolver la mirada. Me sentía extraña, no tenía ese sentimiento asesino que me gobernaba hace unos minutos; me sentía... en paz.
Él me descifró con sus ojos como si de una caja fuerte se tratase, esa caja que ocultaba a mi corazón y lo privaba de amar; él ha podido abrirla de nuevo. Me sujetó en sus brazos y me engulló en un cálido abrazo.
-¿Quieres que vaya a buscarlo y lo saqué de mi mansión? –Profirió besando los dorsos de mis manos lastimadas.
-No, déjalo, no vale la pena –Musité, me sentía capaz de correr una maratón, pero emocionalmente, me encontraba exhausta.
-Ruggero, necesito tu ayuda –Indicó un chico que no conocí, interrumpiéndonos.
-En un minuto –Replicó él –, ¿puedes quedarte aquí hasta que yo venga?
-No te preocupes, aquí estaré –Aseguré.
Él besó mi frente y se volvió en la dirección que el chico estaba.
Era la única persona en la cocina, y la soledad que me acompañaba me hacía sentir tranquila; la soledad es buena a veces, nos hace despejar nuestras mentes y encontrar respuestas que ninguna otra persona nos puede dar.
Me erguí sobre el acerado piso blanco, mis tacones resonaron en la loza. Los pedazos de vidrio roto ya no estaban en el piso, pero parte de mi sangre sí, así que tomé un trapeador y me dispuse a limpiar lo que de mí había emanado.
No me percaté antes, cuando una chica se adentró en la cocina y me miró detenidamente. Al levantar la vista, la chica me escaneó con su cabeza un poco inclinada, y de inmediato la reconocí, ni siquiera basto su voz, esos llamativos ojos celestes los podría recordar en cualquier lugar.
-¿Valentina?
-Karol, después de tanto tiempo –Ella se acercó hacía mí y me dio un casto abrazo, el cual correspondo algo extrañada.
-Sí, ha pasado mucho tiempo –Estaba algo ida, y no era un disparate lo que decía; de como la recuerdo, una muestra de afecto de parte de ella es casi tan imposible como ver a un pingüino volar.
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Viviendo con el Enemigo ||Ruggarol||
Fanfiction"Este zumbido me carcome el alma; Este dilema me duerme en un sueño moribundo. ¿Qué será el amor? ¿Qué será el orgullo? Porque entre el amor y el orgullo me hallo aprisionado. Sólo espero que un beso tuyo me saque de este hoyo de pena y dolor" Se...