|Epílogo|

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Felices Fiestas

Karol Pov.

Todos nos agrupamos en un deforme círculo. Amaba estar con las personas más importantes para mí.

Era noche buena, un momento para celebrar en familia, todos juntos.

-¿Quién falta? –Cuestionó Valentina, quien estaba sentada en su lugar con su amado y su hija a su lado.

-¿Creo que falta Margarett? –El timbre sonó –. Sí, es ella –Agustín fue hacía la entrada de la puerta.

Segundos después entró Margarett por la puerta, con algunas bolsas en las manos.

-¡Feliz noche buena! –Saludó.

-Feliz noche buena –Respondimos todos al unísono.

-Aquí está la cena –Mi mamá salió por el umbral de la cocina sosteniendo un gran pavo en sus manos.

-Se ve delicioso, señora Lorena –Dijo Lionel aferrado a una chica llamada Ana. Ella es muy linda y sé ve que se quieren mucho. Estoy feliz por él.

-Lorena, esto es una obra de arte –Intervino Margarett, fascinada.

-Gracias –Sonrió cálidamente.

-¿No falta más nadie? –Cuestionó Ruggero.

-¿Es que pensais dejarme por fuera? –Reprochó Richard entrando al comedor principal.

-Ay, Richard, no seas dramático, aquí quedan puestos de sobra –Dijo mi padre.

Richard carcajeó y se sentó.

-Hola, abuelo –Lo saludó Ruggero.

-Hola, hijo mío –Lo abrazó.

-Hey Richard ¿No quieres contarnos tus travesías cuando batallabas en la guerra? –Bromeó Michael.

-No querrás saber dónde terminó una bala perdida que me atribuyeron ¿Quereis ver dónde? –Cuestionó desabrochando su cinturón

-No, gracias –Richard rió junto a todos en la mesa.

Ruggero tomó una copa y la hizo sonar con una cucharilla golpeando sobre el frágil cristal.

-Atención todos –Se les quedaron expectantes –. Karol y yo tenemos una noticia muy importante para ustedes –Reparó –. La noticia que les vamos a revelar nos tomó por sorpresa a los dos y no creímos posible el he...

-¡Ya di que es! –Exclamó Michael exasperado.

-Estamos esperando un bebé –Repliqué yo esta vez con una sonrisa en mis labios.

Todos quedaron sorprendidos.

-¡No puede ser! –Mi amiga carolina saltó a abrazarme.

Carolina y Agustín siguen felizmente juntos y a la espera de un tercer inquilino en la familia. Sí, Carolina está embarazada. Quién lo diría, las mejores amigas compartiendo secretos y embarazos...

-Felicitaciones a los dos –Nos dijo.

-Hermano, te deseo lo mejor –Profirió Agustín con una sonrisa de oreja a oreja.

-Esperen un momento... -Interrumpió Richard –¿Me estáis diciendo que tendréis un bebé? ¿Qué seréis padres? –Cuestionó sin terminar de asimilarlo.

-Así es –Le sonreí –, y necesito tu apoyo; mi hijo o hija necesitará la imagen de un abuelo en su vida –Continué.

-Siempre estaré para ti, cuenten conmigo para lo que sea –Repuso.

-Gracias abuelo –Ruggero lo abrazó fuertemente.

-Esto lo debemos celebrar –Intervino Margarett –. ¡Traigan el champagne! –Exclamó y todos, incluyendo a la pequeña Valeria, reímos.

-Ahora podremos ir juntas a comprarle algunos atuendos a nuestros bebés –Comentó Carolina.

-Ni se olviden de mí, yo querré ver esos atuendos también –Replicó Valentina sonriendo.

-Pues, entonces, bienvenida al club de las pancitas –Bromeé.

-Bueno, ahora todos a comer –Dijo mi padre.

Asentimos sin reprochar y enseguida la deliciosa comida preparada por mi madre nos hizo agua la boca.

-Esto está buenísimo –Dijo Lionel –. Ya sé a quién contrataré como chef personal.

-Muchas gracias por los cumplidos –Dijo mi mamá.

Cuando todos terminamos de cenar, llegó el momento de abrir los regalos; todo fue un disparatado capitulo, lleno de risas y divertidos presentes. El momento más incómodo fue cuando llegó mi turno de abrir mi regalo, pues este era un conjunto de lencería, hecho de encaje negro.

Finalmente, todos estábamos haciendo lo nuestro, mientras esperábamos que se hiciese 25 de diciembre. Ruggero no lo había visto desde la última vez que nos encontramos. Debía ir a buscarlo.

Lo busqué por varios lugares sin encontrarlo, después decidí ir por él a la terraza pues algo me decía que se encontraba ahí, y efectivamente, ahí estaba.

-¿Amor? ¿Estás bien? –Cuestioné acercándome a él cautelosamente.

-Si –Me sonrió.

-Algo te pasa. Lo sé porque jamás subes aquí si no es porque algo te molesta ¿Es nuestro bebé?

-No, amor, jamás me molestaría nuestro bebé... es sólo que... –Bajó la mirada – tengo miedo de hacer las cosas mal.

-¿Por qué harías las cosas mal? –Me apoyé contra su pecho y me abracé a él.

-Es que la posibilidad de que cometa los mismos errores que mi padre cometió no me dejan en paz –Repuso –. No quiero llegar a ser un mal padre para mi hijo –Musitó.

-No serás un mal padre. Serás el mejor –Aseguré –¿Sabes por qué? Ninguno sabe pelear más por lo que quiere. Muy pronto seremos una familia y juntos lucharemos por nuestro hijo –Lo besé.

-Te amo –Me sonrió –. Tu serás la madre más sexy del mundo –Bromeó.

-Lo sé, lo sé –Canturreé.

Me abracé a él con firmeza, la suave brisa combinada con los sonidos de la noche me brindaban un poco de calma junto a él.

-¿Todo está bien? –Cuestionó.

-Es sólo que estaba pensando en el gigantesco paso que hemos dado, mi amor –Comenté –. Muy pronto seremos padres –Repuse con mis pupilas brillantes sobre la asolada noche.

-Significa que todavía nos queda mucha más por recorrer juntos –Agregó.

-Eso es seguro –Musité mirando la luna –porque somos eternos como la luna.

Nos miramos a los ojos por unos segundos y después él me besó.

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A todos los que estuvieron acompañando esta historia, quiero agradecerles desde lo más profundo de mi corazón. Sin ustedes, esta historia no es nada. Gracias por sus votos y comentarios. Lamentablemente, como toda novela, está ya llegó a su fin :( pero muy pronto volveré con más historias Ruggarol ;) y algunas Lutteo...

Hasta Pronto, LouX (x_x)

Viviendo con el Enemigo ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora