|Capítulo IV|

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¿Problemas?

Karol Pov.

Caminaba de un lado al otro tratando de procesar todo lo que había sucedido últimamente, y que me llevaba al borde de la locura. Hace algunas horas, mis padres me pidieron que empacara todo antes del viernes, que era el día en donde nos quitarían la casa. Hoy era jueves y aun no tenía nada preparado.

Hace unos minutos, Le escribí a Ruggero que lo quería. No fue mi culpa, solo que el autocorrector jugó en mi contra

(Si, el autocorrector- dijo sarcásticamente mi subconsciente)

Bueno, ya... Olvidando lo ocurrido. Aun no puedo creer el hecho de que tenga que irme tan lejos. Aunque estoy muy emocionada por ello, no dejo de pensar en todo lo que he vivido en esta ciudad; en esta casa; los amigos que hice. Aunque es por un periodo de tiempo corto, sé que cuando vuelva ya nada será igual.

Si es que vuelvo.

Intento poner mi mente en blanco para no seguir con mis lamentaciones sin fin, antes de que comience a deprimirme.

Guardo lo necesario en dos maletas grandes y algunos recuerdos en otra más pequeña; tomo la caja en donde conservaba mis tesoros personales desde muy pequeña, cuando la abro, me quedo perpleja con todos y cada uno de los artefactos que tenía.

Cogí una pequeña muñeca de trapo que se encontraba al costado de la caja y casi de forma inmediata recordé a una Karol cumpliendo 5 años cuyos padres le regalan esta muñeca. También había un pequeño diario con un corazón en la portada, Se veía gastado y parecía haber sobrevivido una inundación, cuando lo abrí la imperfecta caligrafía de cuando tenía 7 era lo que podía apreciar.

Casi no entendía mi propia letra, más lo que había escrito no se me había olvidado. Decía:

"querido diario, cuando cunpla 17 añitos mi prinsipe asul me llebará a su castillo a la siudad del amor, en un caballo blanco y seremos felises por sienpre"

Me reí en bajo; uno: por la mala ortografía, y dos: por lo tonta que era de pequeña. Justo ahora tengo 17 años y ningún "príncipe Azul" me ha venido a buscar.

Antes de poder terminar, logro escuchar la puerta principal sonar, pero nadie atiende.

-la puerta –grito para que alguien atienda, pero al parecer nadie estaba en casa.

Miro mi teléfono y me informa que un mensaje no leído estaba en el buzón. Lo abro y leo.

Mamá. 8:16am

Hija, tu padre y yo hemos salido a buscar los boletos que tu tía nos hizo el favor de comprar. Por favor, pórtate bien, y no le atiendas a nadie extraño.

Qué conveniente ¿no?, justo en la puerta hay alguien tocando y no sé quién es.

Me decido a atender sin dudar, pero la advertencia de mi mamá y el hecho de que estoy completamente sola hacen que comience a arrepentirme en cada paso que doy a la puerta principal. ¿Y si es un violador? O ¿Un pervertido? O ¿Un pedófilo? O ¿Un asesino?...

-calma, Karol, no creas en paranoias –me reprochaba a mí misma.

Tomé la perilla de la puerta con nerviosismo, pero al abrir todo mi cuerpo se relajó en un instante al ver que quién estaba detrás de la puerta era Carolina. ¿Quién más podría ser que mi mejor amiga?

-¡Caro...! –exclamé entusiasta.

Ella se lanza en un abrazo a mi dirección y yo correspondo.

-¡no puedo creer que te veas tan bien! –le digo cuando puedo examinarla mejor- ¡estas hermosa!

-Gracias... mi mamá me ayudó un poco –baja la mirada sonrojada.

Viviendo con el Enemigo ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora