|Capítulo XXIX| Maratón 1/3

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Boloñese

Karol Pov.

Tomé mi celular y lo miré; eran las 7:22pm. Terminé de arreglar mi maquillaje y tomé mi bolso de la mesilla de noche que se encontraba al costado de la cama. Me chequeé por completo, así me aseguraba de no olvidar nada.

Me miré por última vez en el espejo, mi aspecto era sencillo; llevaba un vestido negro ajustado que me llegaba hasta la mitad de los muslos, resaltando mis curvas; unos sensuales tacones de aguja a la par y unos accesorios que finiquitaban todo el look. Eso sumado a mi cabello alisado, me daba un aspecto más maduro y ¿sexy?

El sonido de la puerta me haló de mi autocontemplación y caminé hacía ella. Delante de mí estaba Ruggero que, una vez que me inspeccionó de pies a cabeza, su mirada se intensificó.

Llevaba puesto una camisa branca por debajo de un saco azul perla, y unos pantalones azulinos en sus piernas; su cinturón de cuero café combinaba perfectamente con sus zapatos. Se veía muy bien, demasiado diría yo.

-Estás... wow –Masculló.

-Gracias, amor –Me sonrojé.

-No enserio, ¡luces hermosísima! –Profirió con sus ojos recorriendo cada centímetro de mi cuerpo.

-¡No me mires así! A las mujeres nos incomoda –Me quejé cruzándome de brazos.

Él profirió un sonido burlón ahogado, y me cubrió en sus brazos; de esta forma, el embriagante y masculino aroma de su perfume me invadió de lleno las fosas nasales.

-Bebé, es inevitable –Dijo –, me siento el hombre más afortunado del mundo por tener la novia más hermosa de todas.

Me separé unos centímetros para poder mirarle a los ojos y con una mano en su pecho dije:

-Todavía no somos novios –Canturreé.

-Oh, vamos, no me digas que nos abstenemos a formalidades.

-Pues, si me quieres como dices vas a tener que pedírmelo formalmente –Indiqué.

-Está bien, ¿Quieres ser mi novia?

-No

-¿No?

-Si... -Repliqué.

-¿No si? –Su rostro se contrajo a una mueca de 'no me jodas Karol'

-Digo, no pero sí.

-Ya me perdiste.

-Digo que no pero que sí quiero –Repuse, él seguía sin comprender –, tal vez te suene cursi e infantil pero siempre soñé con este momento ¿sabes? –Pausé –, y creo que sería lindo si me lo pides en un lugar especial.

-Entonces seré quien cumpla todos tus deseos –Sonrió.

-¿Ya nos vamos?

-Sí, ya tenemos que irnos.

-Bien, ahora vamos –Cerré la puerta despacio y procedí a caminar por el pasillo y él siguiéndome a mis espaldas.

-Lindo culo.

-¡Ruggero!

-Está bien, está bien –Elevó sus manos inocentemente con una sonrisa en sus labios.

-Te advierto, una más y...

-De acuerdo –Repuso –. Sabes que te encanta.

No dije nada, sólo dejé que mi silencio y mi sonrisita juguetona hablaran por sí solos.

Viviendo con el Enemigo ||Ruggarol||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora