Capitulo XXVIII

2.4K 177 99
                                    

Capítulo dedicado a @-ZoyUnaZubnormal-, @KarlaRamirez575 y a @madoka18. Gracias por comentar hermosas ^^

El cuarto para Gala había quedado listo hace ya una semana. Los muebles habían llegado y tras tontas discusiones de dónde ponerlos y cómo acomodarlo, habían logrado llegar al acuerdo. El cuarto había quedado hecho una maravilla después de todo. La alfombra color salmón abarcaba casi todo el piso de la enorme habitación, la cuna estaba bien a la mitad del cuarto, y la veías en diagonal según entrabas. Las tres repisas que habían comprado las pusieron todas a la misma altura en la pared a mano derecha del ventanal, mientras que el cambiador lo habían puesto junto a la pared a mano izquierda. Decía "Gala" escrito con pintura blanca justo sobre el cambiador. Habían tenido que descargar una plantilla de letras y comprar pintura en aerosol para hacer aquello. No tenían la manualidad suficiente. Las tres repisas quedaron llenas de peluches que le regalaron a Guillermo para el pasado seis de enero, día de reyes, y el armario –que había quedado de frente al ventanal– estaba ya con la ropa que habían comprado en los Ángeles más otras cositas que les habían regalado. Todo estaba perfecto, ahora solo quedaba esperar a que Gala quisiese nacer.

Guillermo caminó hacia la habitación que compartía con su pareja, vestido en un pantalón de chandal extremadamente grande color gris y una camiseta que también lo era, solo que negra y con un estampado que siendo sinceros, desconocía completamente su significado. Estaba cómodo. Acariciaba su vientre por sobre la tela, buscando que la bebé dejase de moverse.

¿Afuera? Se desataba una fuerte tormenta en la que si bien no había viento, había lluvia y truenos junto con relámpagos. Es el típico clima que te invita a quedarte en casa, sentado al lado de la ventana, tomando un café y solo viendo la lluvia caer.

Una vez llego a la minimalista habitación, se quitó sus pantuflas blancas y se metió a la cama –con algo de dificultad cabe aclarar–arropándose hasta la mitad del vientre. No era que fuese hora de dormir, no, solo que simplemente querían tomar una siesta. ¿Una siesta a las seis de la tarde? ¡Si! ¿Por que no? Ya habían dejado todos los vídeos del día grabados, editados y en la cola para ser subidos, merecían un descanso.

Guillermo sonrió anchamente cuando vio a su prometido entrar en su lado de la cama, el izquierdo, vistiendo nada más que unos pantalones de chandal, que al igual que a él, le quedaban algo grandes. ¿Más arriba que eso? Nada. El mayor entró en la cama, ofreciendo inmediatamente un cómodo abrazo que Guillermo aceptó sin dudar, apoyando su cabeza en el pecho desnudo del contrario, y sintiendo los tranquilos latidos de su corazón. Se sentía como en casa, porque lo estaba, Samuel era su hogar.

El castaño apoyó una mano en el vientre del más chico, juntándose un poco más en aquel cálido abrazo. Amaban la cercanía del otro, ciertamente aquel era uno de lo mejores placeres de la vida.

En aquel momento, un fuerte trueno sonó, y el más chico rio, aunque no por eso. Gala se había asustado con semejante ruido, y juró sentirla poco menos que saltar dentro suyo. Luego se quedo moviéndose algo inquieta.

- ¡Se ha asustado! - le exclamó a Samuel, quien no era para nada ajeno a todo lo que pasaba dentro del vientre del más chico. Sintió en su mano el fuerte movimiento y su risa se contagió de la de su pequeño. - Macho, que no sabía que los bebés se asustaban aún dentro del embarazo. - comentó, acariciando su vientre inquieto.

- Claro que se asustan. ¿Nunca la has sentido mover fuerte cuando paso la aspiradora? - le preguntó el mayor, con su barbilla con vellos incipientes apoyada sobre la cabeza del más chico.

- Ahora que lo dices, es cierto. - le dio la razón a su novio, concentrado en hacer que su pequeña se calmase un poco.

- Está pateando fuerte. - susurró Samuel ante un adormecido Guillermo. Ambos se dormían muy tarde por la noche y se levantaban muy temprano por la mañana, se merecían aunque sea una siesta, para recuperar las horas de sueño que no tenían. Guillermo dormía menos si es que era posible, ya que las horas de más actividad de Gala eran por la madrugada y a veces lo despertaba con fuertes patadas dolorosas que él luego tenía que calmar en silencio. No le gustaba despertar a Samuel por "Estupideces" como aquellas.

Historia de Vida - Wigetta MPREGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora