3.

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Dolió mucho cuando vi a Jackson, era mi novio antes del secuestro, ahora no sabía si aún continuábamos en una relación.

Se acercó a mí con una mirada extraña, nadie mas se encontraba en la habitación, solo el y yo.

—Espero que no despiertes.

Sus palabras me llegaron comp un balde de agua fría, lo miré a los ojos en busca de alguna broma, pero no era así.

—Britney era mi amante cuando estaba contigo, de ti solo quería conseguir sexo, jamas me lo diste, y ahora... —Me miró con repugnancia—, estas mas que usada.

—¡Cobarde! —Le grité aún sabiendo que no me escuchaba.

—Hasta pronto, amor. —Se acercó a mi para darme un beso en la mejilla.

Salió por la puerta con una sonrisa de oreja a oreja. Tenía ganas de vomitar, el y mi secuestrador bien pudieron ser amigos.

El vacío en mi corazón se hizo presente, me llevé una mano al pecho mientras lloraba sin poder parar.

Lo único que escuchaba eran ruidos extraños.

Vi como dos enfermeras entraron corriendo a la habitación, vieron el monitor y se alertaron.

El doctor entró corriendo también.

—Esta teniendo un paro cardiorrespiratorio, pásame el desfibrilador.

Vi como saltaba un poco de la cama debido a los choques producidos a mi corazón.

—Vamos, vamos —murmuró el doctor—. ¿No quieres ver a tu familia?

Empecé a recordar a mi madre, a mi padre y a mi hermana, un recuerdo de los cuatro en navidad me hizo sonreír.

—Frecuencia cardiaca estable —anunció una enfermera.

—Eso es... —susurró el doctor mientras acariciaba mi cabello—, vamos linda, despierta, todo estará bien.

Apreté mi pecho respirando mejor, me concentré en mi familia y los recuerdos que tenía.

Esa era la razón por la cual no quería irme.

No todavía...

En el comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora