25.

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—¿Reconoce al chico en la fotografía?

Estábamos en el despacho del detective que estaba a cargo del caso, Dann se llamaba. La caja que habían encontrado en mi habitación tenía una sola foto, en donde mi hermana salía con un chico y varias cartas de diferentes remitentes.

—No —respondió papá, estábamos sólo los tres—. Mis hijas no son de contarme muchas cosas. Soy un fracaso de padre.

El detective se hecho para atrás observando con atención la mirada perdida de mi papá en el mundo.

—Sé que perdió a una hija, he estado trabajando en esto por años pero su caso es diferente de todos los que he tenido señor Lewin, sé que es difícil asimilar este hecho pero es la realidad. Lara Lewin está muerta, y jamás regresará —Papá levantó la mirada observando al detective un poco molesto por lo que había dicho—. Pero aún tiene a una más, puede todavía hacer algo por ella.

Papá suspiró y tomó la foto de mi hermana con el chico, miraba con atención pero parecía no tener idea. Realmente ni yo, jamás lo había visto, ni siquiera sabía su nombre o algo.

—No —lanzó la foto hacia el detective y lo retó con la mirada—. ¡No sé quién sea! Deje de presionarme tanto. ¿Por qué no mejor regresa al caso de mi hija que aún está viva?

Era doloroso ver a mi padre así, pero se porque se comportaba de esta manera... y era que ya no podía con más.

—También trabajo en el caso, vamos avanzando pero, no tenemos pistas suficientes, en cambio —tomó la foto y la alzó en alto—, el caso de Lara está de igual manera en mis manos, tengo algo que me guiará a su asesino.

—No soy experto pero usted está muy empeñado en las pistas de Lara y...

—Puede que el asesino de Lara y el secuestrador de Alissa estén conectados; o en el peor de los casos —apreté los labios viendo como el detective juntaba sus manos—, que sean la misma persona.

—¿Entonces puede que si se resuelve el caso de Lara pueda llegar al miserable que dejó en coma a mi hija?

El detective asintió levemente.

Vi sonreír ligeramente a papá.

—Escuche señor Lewin, en su vida están pasando un sin fin de cosas, pero no debe dejar lo que todavía puede salvar.

Dann alzó la foto nuevamente y papá la tomó.

—... puede que si, aquel día... —balbuceó papá empeñándose por recordar—. Alissa peleaba con Lara, ambas discutieron sobre... ropa tal vez, el celular de Lara estaba en la mesa, donde yo me encontraba comiendo, la luz se prendió y vi que había recibido un mensaje de un tal Paul, no alcancé a ver su apellido porque Lara se lo llevó antes de tiempo, pero leí eso.

Si, ese día discutíamos porque ella se había puesto una blusa mía sin permiso, recuerdo que ella giró, vio a papá husmear por ahí y me ignoró yendo directo hacia su celular. Aquel día la apoyé, nos habíamos juntado en mi cuarto por la tarde para hablar y le había dicho que estaba bien por hacer respetar su privacidad.

Paul... teníamos un nombre.

El detective sonrió y soltó un suspiró de alivio tal vez.

—Eso es todo, gracias por venir, seguiré con la investigación, puede retirarse.

Papá se levantó y asintió alejándose de la habitación.

Me senté donde hace unos segundos había estado mi papá.

Lo vi alzar su teléfono y marcar un número.

—Jan... si hola, en la evidencia de Lara Lewin, ¿puedes traerme su celular? —fruncí el ceño cuando vi como sus labios se ponían en línea recta—. ¿Cómo que no está? —apretó en puño la mano que estaba libre—. ¿Y no le preguntaste al forense? Bien, gracias.

Colgó y se pasó una mano por la cara.

—Esa familia es muy complicada —dijo para sí mismo.

Rodé los ojos mirando hacia otro lado.

—Esa chica debe despertar, sabe algo de su hermana —volvió a decir.

Me levanté y atravesé paredes y escaleras llegando al estacionamiento, el carro de papá aún estaba estacionado. Me subí sentándome adelante, me restregué la cara y al girar a ver a mi papá se me partió el corazón.

Tenía su cara pegada al volante, sus sollozos se hacían cada vez más notorios y las venas de sus manos parecían marcarse más.

—Soy el peor Lara. La fallé a tu hermana y te fallé a ti —dijo levantando la mirada hacia arriba—. Espero estés descansando en paz mi niña. Fui un padre terrible pero enmendaré mi error, encontraré a tu asesino y me aseguraré de que pagué por lo que te hizo.

Dejó caer su cabeza al volante llorando aún más.

—Te lo prometo... por ti y por Alissa —musitó apenas audiblemente.

Toqué su brazo viéndolo destrozado.

—... se los prometo...

En el comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora