9.

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Tal vez estaba perdiendo la cordura.

No estaba para nada estable.

Mi padre no me había visitado en seis meses.

Y eso me dolía en el alma.

Porque sabía, que él y mi madre se habían separado debido a las peleas por mi estado.

No había visto a Nathan desde hace dos meses, siendo que antes me visitaba por lo menos una vez a la semana.

Reí como histérica cuando vi el calendario que habían puesto en mi habitación de hospital.

Esto tenía que ser una broma.

Mi risa, aquel día se fue apagando cuando escuché lo más duro que es para una madre decir en toda su vida:

—Hay que desconectarla.

En el comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora