44.

491 74 10
                                    

Siempre me había preguntado qué sentías al morir. En si dolía, en si lastimaba pero... aquí estaba, de la peor manera manera posible: sola.

Vi una luz blanca al fondo. Intentaba llegar a ella pero parecía alejarse más. Sé que ahí estaba el reino prometido, allá es a donde debía ir.

Y, antes de siquiera pensar en algo, fue girada para darle la espalda a esa luz por algo.

Por alguien...

—Lara... —murmuré.

—Por fin puedo hablar contigo —susurró ella admirándome—. Por fin estás aquí.

Tomé su rostro con mis manos.

—¿Cómo...?

—Estás muerta, al igual que yo. Te he estado esperando aquí, entre el límite de vida y muerte.

—¿Por qué?

—Porque quería verte una última vez —empezó a derramar lágrimas—. Y disculparme por lo que te hice.

Fruncí el ceño y ella quitó mis manos de su cara.

—Aníbal no hubiera estado en nuestras vidas si no hubiera sido tan tonta. Te torturó, te violó e hizo de ti esto. Destruyó tu vida. Destruyó la mía...

—¿Cómo sabes todo eso?

—Porque también los he mirado desde aquí.

Suspiré libremente.

—No te culpo Lara, ahora estamos ambas aquí, juntas. Aníbal será detenido, es cosa del pasado, por otro lado papá y mamá estarán bien con el tiempo, dolerá, si, pero...

—¿Estás feliz de verme? —me interrumpió.

—Claro, eres mi hermana menor, siempre estaré feliz de verte. Además, ahora tendremos tiempo de contarnos más cosas, ¿no? Cuéntame, ¿si tuviste novio en la secundaria verdad? Siempre tuve mis sospechas...

Apretó mis manos y sonrió con los ojos llorosos.

—No tenemos mucho tiempo, he estado tanto aquí esperándote que estoy agotada —dijo y antes de que abriese la boca me cayó—. Quiero aprovechar para decirte... te amo hermana. Discutimos, te robé mucha ropa, vaya, te tenía envidia por todo lo que estabas logrando, pero... eres con quien compartí los mejores momentos de mi corta vida. En quien pude confiar en todo momento, una hermana es sagrada, ahora entiendo porque me lo decían.

Reí.

—¿Por qué te despides tonta? Vamos al mismo lugar.

—No finjas que no te duele.

Entrelazó nuestros dedos y no pude evitar sentirme rara.

—No finjas que dejar a papá solo, o a Nathan no te lastima.

—Claro que duele pero...

—No perteneces aquí, aún no es tu momento —susurró—. Por eso me estoy despidiendo.

—No te entiendo... —murmuré.

—Regresarás al lugar al que perteneces. Tienes otros planes a futuro.

Sin darme tiempo de algo, me envolvió en un abrazo repentino, uno que llegó a mi alma haciéndome sentir como si esta fuese la primera vez que moría mi hermana, aquel dolor que no salía de mi.

—Despertarás sin recordar nada después del coma, no sabrás que estuviste mirando todo, mi muerte será nuevo para ti, no sabrás de lo de mis papás y no confiarás en nadie —dijo aun abrazándome. Mi corazón latía a mil por minuto—. El dolor vendrá a ti como algo nuevo cuando despiertes, lo superarás —comenzó a sollozar y no pude evitar hacer lo mismo—. En un mes intentarás suicidarte por sentir que estás sola y que no tienes nada, vivirás, Nathan te encontrará a tiempo.

Apreté a mi hermana con fuerza no queriéndola soltar.

—No quiero irme... —apreté mis labios—. ¡No quiero más dolor!

—Éstas batallas solo son concedidas a personas que podrán superarlas —se separó—. Y tú eres una de ellas.

No quería olvidarla, no quería olvidar este momento, no iba a recordar nada.

—Perdóname tu a mi por todo, no fui la hermana del año pero Lara yo... enserio perdóname —contuve mis lágrimas viendo hacia abajo—. Es que no quiero dejarte...

Puso su mano en mi hombro derecho, la observé fijamente tratando de recordar todas sus facciones.

—En dos meses Aníbal te buscará de nuevo para acabar lo que no termino —susurró y negué—. Después de eso acabará muerto por una bala en el cráneo. Te enfrentarás a muchas pruebas, y será doloroso pero sé que podrás hacerlo.

—Solo voy a sufrir de nuevo —murmuré, negándome internamente.

—No —susurró sonriéndome. Se acercó y tocó mi frente con su dedo índice—. Solo vas a vivir de nuevo.

Me hizo para atrás con su dedo expulsándome de repente de donde estábamos, como si algo me succionara. Solo lograba verla a lo lejos, como algo borroso pero real.

—Y en un año... estaré ahí, y lograrás sentirme.

Todo se estaba volviendo negro, tal cual en un inicio.

—Y tú dolor acabará.

________________________________________

Antepenúltimo capítulo, esperen los últimos, gracias por la paciencia y el apoyo dado❤️

Los quiero.

En el comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora