46. FINAL

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Un año después.

Alissa miró por su ventana. Tenía mucha tarea pendiente y la lluvia no la dejaba concentrarse. Le gustaba aquel olor.

Prendió una vela para relajarse, estaba algo estresada.

Una vez más, sintió la necesidad de sacar un papel periódico que había guardado desde hace cinco meses. En el, venía la noticia de la muerte de un asesino y violador.

"Aníbal Stayner. Muere tras persecución por herida de bala en el cráneo."

Definitivamente ella necesitaba leer eso una y otra vez para asegurarse de que si estuviera muerto. Porque después de todo lo que hizo, de todo lo que destruyó, él merecía pagar las consecuencias de ello.

Se metió a sus redes. Ya no publicaba nada, ni siquiera subía historias. Siempre todos la miraban como un extraña, y ella ya estaba harta de esas miradas de pena y lástima.

Le llamó la atención una foto de Britney, la misma chica que había secuestrando Aníbal. La habían encontrado sana y salva, ahora estaba reunida con su familia. En la publicación que había hecho, salía con su nuevo novio, porque si, se había olvidado por completo de Jackson.

Nathan se había encargado de hacerle compañía todas las noches, además, procuraba siempre preguntarle cómo se sintió en el día, o cuántas veces volvió a leer el mismo periódico. Después del intento de suicidio, él se prometió no permitirle sentirse sola.

Él si que era un buen hombre, había dejado sus estudios en Francia para regresarse a Atlanta y estar más cerca de ella.

Pero, aún así, ella sentía la soledad profundamente. Su madre ya no vivía con ella, vino a verla cuando salió y lloraron todo el día abrazadas. Sin duda alguna, lo que más le partió el alma, fue haber perdido a su hermana y haber despertado sin haberle dicho algún adiós.

Tocaron la puerta.

—¿Se puede?

Nathan pasó a la habitación asegurándose de que Alissa estuviera bien.

—Bruno hizo macarrones con queso para la cena —Alissa asintió en respuesta.

—Si, en un momento bajo —respondió ella.

Pero ahí, Nathan se quedó en el marco de la puerta, admirándola. Porque era bella a pesar de todas las cicatrices que tenía, a pesar del pasado. Porque ella era una guerrera y prueba de un milagro que hizo girar al mundo.

—Sabes que te quiero, ¿no es así?

Eso a Alissa la tomó desprevenida. Él le había dado espacio para todo, nunca había intentado nada, pero con eso ella entendió un poco sus sentimientos, eso y el que siempre estuvo ahí para ella. Incluso para descubrir quién fue su captor.

—Gracias por todo, Nathan —le dijo ella y él le sonrió. Dio media vuelta para retirarse y ahí, ella decidió abrir su corazón—. También te quiero.

Nathan se quedó estático. Sonrió dándole la espalda.

—Hay qué pasar página —dijo y con eso se fue.

Ella se quedó con una sonrisa en su rostro, y es que solo él y su familia la hacían sentir así.

Giró a su escritorio nuevamente y agarró una foto de ella y su hermana.

—Si estuvieras aquí todo sería tan sencillo de olvidar —musitó ella.

La ventana se abrió, dejando entrar un poco de la lluvia del exterior. No tuvo de otra más que pararse y cerrarla.

Algo llamó su atención, la vela aún seguía prendida, incluso después de todo el aire y el agua que entró hasta hace un rato. Estaba quieta.

Sonaba loco, pero ella tenía alguna esperanza; una corazonada.

—¿L-Lara? —preguntó.

Y la vela comenzó a moverse de un lado a otro.

—Lara... —dijo con lágrimas, porque sabía que era ella, sabía que estaba aquí.

Inhaló profundo y se preparó para decirle lo que debió pronunciar para despedirla.

—Te amo —dijo ella y la vela se movió dos veces a los costados. Ella entendió que era un yo también—. Adiós, y gracias por todo, hermana.

Eso era su despedida, Alissa se sentía aliviada de que Lara pudiera escucharla, porque no quería sentir ese dolor en su pecho de nunca haberlo hecho. De nunca haberle demostrado o dicho lo que ella sentía por ella.

La vela se apagó.

Y por primera vez ella se sintió aliviada y tan feliz en su vida, porque ya no tenía asuntos o pendientes en ella. Todo estaba arreglado. Todo estaba en paz.

Agarró el periódico y lo rompió para después tirarlo a la basura.

No necesitaba sentirse sola, ni mucho menos hacerle caso a los comentarios de varias personas negativas.

Porque era su vida, y, ahora, iba a vivirla como ninguno otro.

Porque iniciaría una vida junto a Nathan, enorgullecería a su padre graduándose de la universidad, y les iba a demostrar a todos, que incluso hundida por mucho tiempo en la soledad y tristeza, con pocos latidos y postrada en una cama sin esperanza de vida, pudo salir a flote.

Pudo salir del coma.

FIN.
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Es el final de esta corta historia, en verdad pude desahogarme con cada capítulo, enserio.

Ahora si chicos, aquí voy:

Se me ocurrió hacer esta historia por los temas de hoy, secuestros, violaciones... porque no solo las mujeres sufrimos de ello, sino también los hombres. Somos un mundo muy grande, hacer una guerra de sexos no nos hace ser el género más fuerte.

Somos iguales, por más diferencias que tengamos. Y si, escribí la historia porque me deprime y me hace enojar cada persona que sale afectada por esto. Pero ¿qué podemos hacer cuando pasa? Luchar.

Porque quedarse estancado ahí es fácil, enfrentar la realidad es lo difícil. Este tema es delicado, porque si, más que una historia corta fue un tema para razonar.

Vives leyendo la historia que te cuenta de cómo las cosas empiezan a desmoronarse, la familia, la vida misma... y cómo hay personas que nunca te dejarían solo o sola.

Vivan su vida al máximo, quizá no con viajes extra caros, porque siendo realistas no muchos pueden darse algún lujo (@yo), conozcan a más personas, convivan con toda su familia. Vivir tu vida tampoco significa quedar bien con alguien.

Eres tú, y cada persona es extraordinaria, con todo y defectos.

Mi mensaje final en esta historia para cualquiera que esté pasando por una mala situación o dilema existencial, es el siguiente:

"Sigue adelante, lucha, demuestra quién eres. Eres fuerte, eres valiente. Tienes mucha vida por delante, los problemas siempre estarán, y solo tú mismo puedes enfrentarlos. Porque aunque ni tú mismo confíes en ti, hay muchas personas que lo harán, alguien siempre te estará acompañando, aunque no logres verlo. No se trata de cuanto perderás o crees perdido, siempre hay algo que estará ahí por más que intenten arrebatártelo. Eres tremendamente especial, eres sencilla y maravillosamente tú."

Gracias por el apoyo a la historia, muchos debieron sentir (como yo) todas las emociones escritas. Y, realmente, muchas gracias por tooooda su paciencia, necesitaba un momento en el que las palabras salieran por completo desde el fondo de mi corazón.

Mil gracias, nuevamente, por acompañarme una vez más en uno de mis libros, los quiero a todos.

Se despide (por el momento) Jazive.

En el comaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora