36. Después de esto ni creas que somos solo amigos.

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36. Después de esto ni creas que somos sólo amigos.

Lo único de lo que estoy segura es que Noel se encargó de traerme a casa. De cómo logré cruzar el campus, subir las escaleras y llegar a mi dormitorio, ni idea.

Ni siquiera podía filtrar mis pensamientos así que no respondo ni por mis palabras ni por mis actos en este momento.

Y lo otro claro que tenía en mente era ver a Jack.

La luz apagada al entrar me descolocó unos segundos por lo que debí apoyarme en la pared para mantener el equilibrio hasta que logré volver a caminar con seguridad.

Creo que hice brindis como para una década entera.

Caminé hasta la cama de Jack y me sorprendí al encontrarlo completamente despierto.

Mi corazón se contrajo.

-¿Kylie? - se sentó en la cama y se pasó la mano por el rostro. -¿Estás ebr...?

Mi mano chocó con su mejilla en un sonoro ruido. Demonios, claro que se lo merecía.

Jack se sostuvo instantáneamente el área adolorida y me miró con los labios entreabiertos. Y antes de que ninguno pudiera reaccionar a lo que sucedía, agarré el cuello de su camiseta de pijamas y lo atraje hacia mi para juntar nuestros labios.

Me derretí en los brazos de Jack cuando me devolvió el beso con intensidad. O creo que fue porque ya ni sentía las piernas de los tantos vasos que bebí.

Oh, Dios.

Coloqué mis manos sobre sus hombros para acariciarlos y un segundo después de hacerlo Jack cortó el beso y se levantó de un brinco de la cama, quedando solo yo en esta.

-Kylie. - masculló Jack con la voz ronca.

Sexy. Muy sexy.

Me reí como una estúpida.

-¿Y si somos amigos con derecho a roce? - propuse mientras me revolvía entre sus sábanas.

-No voy a responder a eso contigo estando en esas condiciones.

Lo miré detenidamente. Su mandíbula apretada sólo me hacía pensar en que lo único que quería era aceptar mi oferta.

Mordí mi labio inferior.

Se removió de un lado a otro y evitó mirar cualquier parte de mi cuerpo.

-Vamos, Jack. - ronronee mientras comenzaba a desabrochar mi blusa lentamente.

Jack en un segundo se encontraba sobre mi sosteniendo mis manos a la altura de mi cabeza, dejando a la vista mi, para nada sensual, sujetador.

Mi corazón, al igual que el suyo, se aceleró.

-No...me hagas esto, Blaine- dijo de una manera dolorosa, colocando su cabeza entre mi cuello.

Intenté manejar lo mejor que pude mi respiración y miré al techo en busca de ayuda.

-Acepta - le susurré.

Jack levantó el rostro y me miró detenidamente.

-No.

Mi corazón bajó.

-Acepta- insistí de forma brusca.

Jack me regaló su sonrisa ladeada y movió su cabeza de un lado a otro.

Bueno, ese era un claro "no".

Mi rostro se volvió rojo. Qué suerte que el dormitorio estaba completamente a oscuras, excepto por la ventana pero su luz era casi inexistente.

My DeliriumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora