My Delirium

39. Gracias, Jack.

[SE RECOMIENDA LEER ALGUNOS CAPÍTULOS ANTERIORES PARA RECORDAR LA HISTORIA]

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Kylie

Esperé en la entrada del campus el auto de Noel.

Era viernes por la noche y ya le había dicho a Jack que tenía planes para este fin de semana por lo que no podría cobrar su apuesta sobre pasar un fin de semana con él hasta la próxima.

La próxima de la próxima de la próxima semana.

Me crucé de brazos cuando una brisa helada me caló hasta los huesos.

Apresúrate, Noel.

Fijé mi vista en el horizonte hasta ver a una persona acercándose a mi.

Mi piel se erizó al instante y mi cuerpo se tensó.

No ahora.

-Hola, Blaine- dijo con su tono chillón.

Simplemente moví la cabeza, dando a entender que le devolvía el saludo.

-¿Qué pasa? - dijo de forma burlona mientras se colocaba una mano sobre su perfectamente plano vientre. Como si no supiera que lo hace a propósito.

Rodé los ojos.

-Nada. - me obligué a responder.

Juro por mi madre que intenté no mirar su vientre, pero era inevitable.

Ambas lo sabíamos.

-Ya tengo 4 semanas- dijo sonriendo.

Pestañee un par de veces y maldije a Jack por ser tan estúpido como para haber dejado embarazada a esta cosa que se hace llamar mujer. Lo que sea que esté creciendo ahí dentro se debe estar alimentando más de los químicos del maquillaje de Brianna que de nutrientes.

Asco.

Borré ese pensamiento horrible de mi mente.

"Es el hijo de Jack" me repetí por lo menos 10 veces antes de continuar con Brianna.

Sonreí sin despegar mis labios y levanté las cejas en modo "me importa un carajo".

Brianna frunció el ceño y dio media vuelta.

-Jódete - bufó.

Abrí los ojos más de lo normal.

Maldita zorra.

-Jack me contó que quiere pedirte exámenes- mentí.

Pero sólo eso me bastó para ver su reacción. Se dió vuelta rápidamente con el cuerpo rígido.

Demasiado rígido para algo tan comprensible.

Me quedé quieta, examinando su reacción. Y, por supuesto, dudé de ella.

-Si Jack se atreve a pedirme un exámen, cualquier tipo de exámen, me llevaré lejos a su bebé. En donde no lo pueda encontrar jamás.

Sonrió.

Tragué saliva disimuladamente. O eso creo.

-Si es su hijo, lo mínimo que quiere hacer es asegurarse que está bien ahí dentro - señalé hacia su estómago, defendiendo la postura de Jack. Que no era de Jack porque yo había sido quien dijo la ligera mentira. ¿Ups?

Quería golpearme con el auto que acababa de aparcar a mi lado.

¡El auto!

¡Noel!