14. Buenos Días.

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-Señorita Blaine, llega tarde.

Me coloqué mejor la chaqueta caída y pidiendo disculpas caminé hacia mi asiento.

Era la tercera vez que llegaba tarde ya que mi despertador no funcionaba.

Al sentarme saludé con un gesto a mis compañeros de puesto y presté atención al maestro.

Sentí un toque en mi hombro y al dar vuelta el cuello me encontré con un brazo y una nota en su mano.

Indecisa la tomé con cuidado y la abrí.

"Buenos días"

Me dí la vuelta confundida y me encontré con la cara petulante de Jack.

-Por qué no me despertarte- exigí saber, molesta.

Jack se acercó aún más quedando a centímetros de mi cara.

-Buenos días.

Lo miré desconcertada e hice una mueca.

¿Qué?

-Blaine, Coleman- no llamó la atención el maestro.

-Lo siento- dije dándome la vuelta.

El profesor nos lanzó otra mirada y continuó su clase.

Diez minutos después sentí otro toque y me dí vuelta lentamente.

Otra nota apareció en mi cara.

La tomé y volví a mi posición.

"Buenos días"

Qué mierda.

Mi día estaba cada vez peor con sus notas.

-Qué mierda- le grité a Jack por lo bajo.

Sentí un tirón en mi cabello y me dí vuelta, emanando fuego.

-Buenos días- dijo sonriendo arrogante.

Lo miré y negué con la cabeza, me dí vuelta y presté atención al profesor.

Sentí otro toque que ignoré, hasta que dejó de molestarme.

¡Por fin! Pensé cuando de verdad pude entender lo que decía el profesor.

Hasta que sentí una gigantesca patada en mi asiento haciendo que todos se dieran vuelta a ver el espectáculo.

Mis nervios salieran de sus órbitas haciendo que me diera vuelta tan rápido que me dolió el cuello.

Hasta me levanté de mi asiento dirigiendome a él.

Jack estaba con una sonrisa de suficiencia a lo que se me acercó y me susurró.

-Buenos Días.

********

El profesor nos sacó del aula por el desorden que habíamos causado, traté de darle en la cara con mi puño a Jack. Los demás no dejaban de hablar del numerito que habíamos hecho en clase, por lo que supongo, nuestra hazaña no demoró menos de diez minutos en llegar a oído de todos sin que ningún otro del aula hubiera salido.

Jack caminaba como si nada mientras que yo estaba totalmente histérica.

-¡Qué estás haciendo!- grité para que me escuchara.

Jack estaba delante mío con su mochila colgada a un hombro.

-¡Oye, que te estoy hablando!- grité.

Se dio vuelta rápidamente quedando frente a mi, me agarró de los hombros y me zarandeó.

-¡¿Quieres dejar de gritar?!- dijo en un grito ahogado para no atraer más miradas.

My DeliriumDonde viven las historias. Descúbrelo ahora