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Grace

Ella iba siempre al instituto en autobús, tenía dieciocho años y estaba en último año. Pasaba la mayoría de las tardes haciendo deberes al lado de sus primos. Sus padres llegaban después de las ocho, salvo los domingos.

Su familia era adinerada porque su honorable bisabuelo dejó una cantidad de dinero a cada uno en su testamento. Y la finca quedó a nombre de su hijo, el abuelo Francesco.

Tiene ascendencia italiana, por parte de padre. Y sus cuatro primos también, si no contamos al pequeño de seis años.

Ella sabe italiano y un poco de español.

Van todos los meses al menos una vez a la Finca de la familia Russo, su familia. Ahí hay una gran casa, montones de árboles de varias frutas, cultivos, animales y, lo más especial según ella, caballos.

Era tímida, callada, siempre se sentaba en medio del aula. Tenía buenas notas, no le gustaban los deportes y mucho menos los feos uniformes que los hacían llevar todos los días. Un uniforme normal, uno de invierno, y otro de gimnasia. Para ella eran ridículos. Camisa blanca con el logo del instituto, chaleco rojo, falda roja cuadriculada, medias blancas y zapatos feos negros. El de invierno era básicamente lo mismo, pero con la falda más larga y un saco/suéter también rojo. Y el de gimnasia era una camiseta blanca también con el logo, unos pantaloncillos poco más arriba de la rodilla y zapatillas blancas por obligación.

Los maestros eran muy estrictos y exigentes. Si haces algo mal, detención. Si te saltas una clase, detención. Si haces escándalo en la cafetería, detención. Si no trabajas cuando te dicen, detención. Si llegas tarde, detención. Si no entregas aunque sea una pequeña tarea, detención. Era absurdo, desperdicias una hora después de que todos salen en un aula totalmente gris, con la maestra más aburrida del instituto, que para más, es el último salón de todo el recinto.

Por lo menos en Literatura todos podían descansar un poco de las tantas reglas que había ahí. El profesor Nicholas Harrison era el más joven, y atractivo para algunas chicas del instituto. Sus clases eran simples pero te enseñaba. Hacía dinámicas y ponía a leer libros no tan aburridos, para después hacer un pequeño debate, en el cual, Grace no participaba. Y Nicholas tampoco la presionaba por eso.

Solía dejar la tarea más sencilla para hacerla por la mañana, al llegar al instituto se iba a la biblioteca para concentrarse. Llegaba siempre unos cuarenta minutos antes porque el último autobús que paraba cerca no llegaba hasta cerca de las diez, y luego a la una, y por último a las tres.

En la cafetería se sentaba en un rincón, sola. No tenía un amigo o amiga. No porque no quisiera, sino porque no sabía cómo hacerlo.

Y sus primos no contaban como amigos.

Grayson

Puedes preguntarle a cualquiera qué piensa de él, siempre te dirán que es un gran tipo, extrovertido y de buen genio. Y las chicas tal vez también te dirán lo guapísimo que es.

Él siempre estaba rodeado de gente, era un integrante del equipo de baloncesto del instituto. Amaba los deportes, tenía dieciocho años e iba también a último año.

Sus padres le regalaron un lindo coche negro, por lo tanto no va en autobús, aunque tampoco le gustaría la idea.

Vivía en una linda casa de tres habitaciones, una sala, cocina y baño grande, patio trasero y garaje.

Sólo eran él y sus padres. Ningún hermano, familia de más o mascota. Y las hormigas no cuentan.

Él quiere estudiar Arquitectura después de salir «del infierno», como habían apodado todos al instituto Morrison, uno de los "mejores" de la ciudad, y sí, lo es, pero para los que estudian ahí desearían estar en cualquier otro lugar. Aunque teniendo en cuenta que prácticas un deporte, o eres animadora en el caso de ciertas chicas, y te permiten faltar a clases siempre y cuando estés "entrenando" probablemente sea lo mejor.

Se sentaba atrás siempre, ya saben, eso de que de último están los que hacen más bullicio tal vez sea cierto, pero sólo en Arte, pocas veces, y en Literatura.

Se pasaba la tarde jugando cualquier cosa, luego hacía deberes, y luego jugaba otra vez. En la noche, cerca de las siete, llegaban sus padres y su madre hacía la cena, para luego comer en familia. Después cada quien a lo suyo.

Los uniformes de los chicos eran el mismo que el de las chicas, pero con pantalón. Y sin medias, sino calcetines blancos.

En el instituto Morrison no habían "clases sociales", puesto que básicamente todos eran iguales. Nadie le hacía a nadie bullying, y si de casualidad un profesor encontraba a un alumno molestando a otro más allá del tipo de molestia de amigos, iba a detención y tenía una linda charla con el alumno en cuestión y sus padres, y/o encargados.

Lo bueno es que eso era algo que nunca pasaba.

Y Grayson aprendió una "técnica" para burlar a los profesores, años de practica valió la pena cuando logra que éstos no se den cuenta de su falta a clases y de acompañantes implicados.

Él no tiene alguna descendencia de la que habría de destacar, nació en Estados Unidos normal, tuvo una infancia normal, creció normal y sigue normal. Nada fuera de lo común, salvo que ahora hay más vello y mucho más sudor.

Estuvo en detención pocas veces, unas cuatro, y usualmente lo dejaban ir al ver que él era el único castigado.

Vaya suerte.

En la cafetería ocupaba una mesa, a veces dos, porque muchos y muchas quieren sentarse al lado de él. Mayoritariamente chicas. O, como diría su buena amiga Rachel, novia de su mejor amigo, chicas con calentura leve.

Su grupo de siempre constituía por Ryan, su mejor amigo antes mencionado, Rachel, su amiga antes mencionada novia de Ryan, Joseph y Louisa. Todos de último año.

Aunque si tuviéramos que decir quién es el más popular del instituto, un buen duelo se llevaría a cabo entre Grayson y Zac, uno de los jugadores de soccer, el mejor delantero si especificamos. Aunque ambos se llevan bien y no perece importarles quién de los dos es el que tiene mayor escala social.

¿Raro, no?

Pues así era la estadía en ese instituto. Podías tomarla, o irte. Y Grace y Grayson se quedaron, y más aún cuando se conocieron.

Grace & GraysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora