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Grace

Mi nerviosismo desde levantarme esta mañana de domingo fue muy notorio. Mis padres sabían desde hace mucho tiempo que no los iba a acompañar en la cena, así que no debían porqué preocuparse. Mamá llegaba a cada rato a mi habitación con la intención de saber cómo estaba, o qué tan ansiosa andaba.

Y mi padre... pues de él no hay mucho que decir. Mi conocimiento sobre sus pensamientos en estas cosas a veces eran acertados y en ocasiones no tanto. Por lo tanto, con su cara seria cuando hablo sobre Grayson, no sé si le cae mal o bien. Pese a que mi progenitora dijo que lo acepta, yo deseo con fuerza que su "relación" prospere y no me quede entre ambos. O mi papá, o el chico que me tiene duramente perdida.

Mis manos temblaban, mis piernas también, y yo lo único que podía hacer era ver el reloj y esperar a que dieran las seis de la tarde. Hacían falta exactamente cuarenta minutos, y con el vestido arreglado y mis zapatillas igual, sencillamente es paciencia.

Mi teléfono sonó, declarando que un nuevo mensaje había caído. Y lo vi. Grayson.

«Holaaaaaaaaaaaaaanda»

«Voy a llegar a recogerte a las seis y diez, te quiero lista y hermosa»

«Espera, lo de hermosa lo tienes siempre, no nos alteremos por eso»

Tonto. Pensé. Sin tiempo a reaccionar, una sonrisa ya estaba dibujada en mi pálido rostro.

«Lo que digas. Igual te quiero puntual, aunque... ¿Exactamente a las 6:10? ¿No puede ser luego?:(»

En cinco segundos había una respuesta.

«De hecho, será antes. No aguanto las ganas de verte, estaré a las afueras de tu casa diez a las seis»

Arrugué mi frente, pero eso no quitaba lo tierno que en mi cabeza sonó el mensaje.

«Te odio:(»

«Me adoras, cielo»

Tonto e idiota. Pensé una vez más. Dejé el móvil en la cama.

Llegué a la conclusión de que, en lo personal, me tomo demasiado tiempo en alistarme para cosas importantes; no me tardo porque me maquille o porque me arregle mucho, sino porque agarro descansos cortos por cada prenda que me ponga. Así que, para estar lista cuando Grayson esté aquí, empecé a ponerme mi vestido. Azul oscuro, resaltando mi espantosa piel excesivamente blanca para mi gusto. A lo mejor debería ir más a la playa.

El vestido que ni siquiera recuerdo cuándo o dónde me fue comprado, es por lejos el mejor para la ocasión. Igual que las zapatillas negras, tal vez no son las mejores o mis favoritas, pero son preciosas y me gustan.

Agarré mi teléfono y lo llevé en mano y me fui a sentar en el sillón de mi sala en la dulce espera del chico rubio. Entonces papá entró en escena.

Se quedó parado en la división de la sala y la cocina, posteriormente puso cara de confusión y dijo un suave «¿Qué iba a hacer?». Por estas cosas es que opino que mis padres son tal para cual. Me observó con sorpresa y se retiró.

Raro. Dije en mi mente.

Un poco de tiempo transcurrió cuando sonó el timbre de mi residencia. Volteo a ver el reloj del cuarto y comprobar que incluso vino tres minutos antes de lo acordado. Tal vez no debería precipitarme y decir que el que está fuera de mi casa es Grayson, pero no me importa mucho, hace días no lo veo y lo extraño. Llámenme intensa, tampoco me importa.

Grace & GraysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora