32

243 24 4
                                    

Grayson

Estar quieto no es lo mío. La actividad siempre ha sido algo que me gusta. No importa qué tan interesante sea el tema del que me estén hablando, es imposible para mí mantenerme allí por mucho tiempo. Es decir, sí, si es algo realmente importante para mí pues me quedo tieso como un animal muerto, pero estar sentado durante una hora entera mientras espero que pase el tiempo y que vos vayamos a casa es frustrante.

Peor aún si se trata de estar sentado, callado, esperando a irme mientras hago un examen.

¿Para qué esforzarme si de todos modos me iba a sacar un cero?

En mi prueba de Literatura lo único que había puesto era mi nombre y la fecha. Ya veinticuatro de noviembre, a menos cada vez de las tan esperadas vacaciones.

Ayer me la pasé toda la tarde de domingo jugando videojuegos con mi mejor amigo. Se me olvidó por completo estudiar para Literatura. Menos mal que no fui el único, porque Ryan se veía más preocupado que yo. Nada de copia. Teníamos al profesor Nicholas rondando como un felino en busca de su presa.

¿Por qué no nos ayuda yéndose a la dirección o algo? Vendría bien que la alarma contra incendios se active de nuevo como la vez pasada. O un simulacro, cualquier cosa.

Y mis plegarias no fueron escuchadas.

El tiempo acabó y yo sólo contesté una cuarta parte de todo.

Cody le dio el examen sonriendo. Maldito genio. ¿Por qué yo no soy así de rápido memorizando cosas?

Grace pasó a mi lado sonriendo igualmente. A mi mente se me vinieron todas las veces que me dijo que le gustaba esta asignatura y que siempre se le hacen fáciles los trabajos y las pruebas de conocimiento. No me sorprendió cuando entregó las hojas muy segura de sí misma.

Puse mi brazo derecho rodeando sus hombros.

—Me irá pésimo en Literatura —le dije en el oído—. Pero tú podrías hacer algo...

Me miró curiosa. Luego se le iluminó el foco.

—Tendría que hablar con Nick y luego convencerlo, eso no es para nada fácil.

—Me lo imagino, yo podría acompañarte para ver qué puedo hacer para levantar la nota. No pienses que te busco por interés, pero ya sabes... aprovechando su relación que no logro comprender del todo...

—Sí, sí —respondió riéndose—. No te preocupes demasiado, él ya ha ayudado a muchos de nuestros compañeros. Aunque ellos sí tienen buenas excusas.

— ¡Tenía que derrotar a Ryan! ¡Eso es importante!

—Lo que digas.

Se soltó de mi brazo y caminó rápido a la salida. Yo la seguí. Agarré su pequeña mano y jalé un poco para que no se escapara.

En menos de dos segundos estábamos muy juntos, podía sentir su tranquila respiración. Y como nada es perfecto en esta vida, los brazos del maestro Nicholas nos cortaron nuestro bello momento.

—Nada de esos gestos, jóvenes inexpertos. No necesito que se muestren cariño frente a todos sus compañeros.

Y se fue agarrando a Grace por los hombros, alejándola más de un metro de mí. Rodé los ojos acercándome una vez más a la anatomía de la ojiazul, mas fui interrumpido otra vez. El grito de Sean se escuchaba cerca, también los pasos rápidos.

— ¡Grace! ¡Taylor! ¡Tengo algo que contarte! ¡Primita!

La cara de Grace sufrió un tierno cambio. De blanco pálido cambió a un rojo vivo. Sean Russo llegó hasta nosotros, parándose frente a su prima. Melissa también venía corriendo

Grace & GraysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora