25

340 33 6
                                    

Grayson

¿No han sentido algo como que... te estás cayendo de a poco? O como si estuvieras en arenas movedizas, sientes una desesperación enorme, porque tienes la certeza de que te hundes, y entre más forcejeas por salir, peor te irá. Es como si te hubieras caído en un precipicio, sientes la adrenalina correr por tus venas, mientras la gravedad hace de las suyas.

Pues, básicamente, así me sentía.

¿Recuerdan todos aquellos problemas en mi familia que mencioné un par de veces? Desde que tengo memoria han habido problemas con toda mi familia; no, no me refiero a mis padres y yo, sino a toda la familia en general. Quizá ser rubio ha sido algo no tanto bueno —en parte sí lo es porque, obviamente, me hace ver más guapo de lo que soy—, ya que al parecer nadie en la familia de mi padre y mi madre tiene ese color de cabello. Sí, algo totalmente estúpido, pero digamos que lo de ser dramático y exagerado ya es de sangre. El punto aquí es que la familia Cooper piensa que mi madre engañó a mi padre, luego de que después de muchos intentos no lograran tener un hijo, ¡hasta que salió la perfección! Osea yo.

Claro, mi padre confía plenamente, o eso dice él, en la mujer que me tuvo. Y bien, los problemas son prácticamente porque el señor Cooper suele ser un tanto machista al punto de gritarle a la mujer que “ama” porque no le tiene comida hecha al llegar a casa. Ese es una de las varias razones por las que los vecinos dicen “Oh, pobre muchacho, sufre mucho con padres como los suyos”. No me quejo, es decir; tengo claro que hay personas con peores problemas que los míos, y también sé que esto es sólo un obstáculo y que ya pasará.

Pero justamente hoy, en mi habitación con la puerta sellada y los gritos tan fuertes que ni la música en su volumen más alto alcanza para desconectarme de todo, siento que me voy hundiendo lentamente.

Quiero salir de aquí, necesito salir de aquí.

¿Pero a dónde iría? No tengo lugar en donde quedarme. Aparte de mi tío drogadicto, nadie más de mi familia queda cerca. ¿Amigos? ¿Cuáles?

No se lo tomen a mal, ¿pero tengo yo realmente verdaderos amigos? No lo sé. Digo, Ryan está molesto porque “no le presto atención”; ¿Rachel? La único conexión entre ambos es Ryan; Louisa, la tomaría en cuenta de no ser porque vive al otro lado de la ciudad; no creo que Cody tenga la paciencia suficiente como para dejarme dormir en su casa —además, el tema de Grace....—; Sean... La verdad no sé, ¿él es mi amigo? Tampoco sé dónde vive Melissa. Y por último; Grace. No me habla, me ignora y es una de las razones por las cuales siento que me derrumbo a cada instante.

Diablos, no puede ser que no tenga amigos. ¡Ya sé! Me iré donde el capitán... Pero sólo hablo con él por el equipo, sonaría muy interesado. Luego están mis compañeros que, bueno, son mis compañeros. Y después nada.

Ningún maldito ser humano para recurrir.

Es el ruido de algo rompiéndose lo que me hace salir a la realidad de mis pensamientos. Dejo de halar mi cabello, levanto mi cuerpo para cerrar la puerta con llave, me recuesto en mi cama y duermo.

Grace

¿Qué tan mal te puedes sentir al “descartar” a alguien? Mucho, pero mucho. El adjetivo «pésima persona» es el que me describe ahora. No, no estoy exagerando.

¿Quién sabe todo lo que él esté pasando? Porque es claro que algo ocurre para que tenga ojeras perceptibles ante cualquier persona, y el hecho de no llegar a la mesa en los almuerzos es más preocupante para mí.

Creo ser yo la que hasta este momento se ha asustado lo suficiente como para querer hablar con él, pero... Simplemente no lo hacía. La cobardía y el temor al rechazo completo de Grayson hacia mí me provoca el juego en mi cabeza. ¿Voy con él o no? Y por ahora, el «no» va ganando por mil puntos.

Grace & GraysonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora