Grace
—Eso es simple —señaló—. Se enojó porque según dice, no le presto atención o ya no lo tomo en cuenta por... —arrugó la nariz—, pues por ti.
— ¿Por yo? —caí en mi error—. ¿Se pelearon por mí? —mejor.
—Sí, bueno no, no es como si fueras un tipo de estorbo, para nada, lo que ocurre es que mi supuesto amigo está medio celoso porque literalmente me la paso pensando en ti toooodo el día, y a veces por eso no escucho lo que él me comenta. Eso es todo —ah, sí, nada más.
Luego te quejas de los que son sarcásticos.
—Vaya, al parecer no le caigo tan bien —elevo ambas cejas.
—Sí le caes bien, si no, no se hubiera esmerado tanto en hacerme sufrir con sus bromas de que me gustas. Es un idiota.
—Pero lo quieres.
—Claro, después de todo somos, o éramos, casi hermanos. Es un idiota al que amo como si fuera parte de mi familia de sangre —concluyó sonriente.
— ¿Sabes? —comenté con rapidez—. Algo de lo que dijo me llamó la atención, eh...
—No, Grace; eso de que tengas cuidado conmigo por las chicas del instituto y de mi vecindario es mentira —suspiré de alivio—. Osea, sí, ellas me aman y todo, porque soy guapísimo y deportista, pero yo sólo tengo mente para una —eso sí me alivió por completo. Oh, espera, ¿habla de mí? —. Hablo de ti.
Y ahora lee mentes.
—Gracias —sonreí ampliamente.
[...]
—No sé si sea yo, pero estos dos últimos días te he notado muy feliz —dejé de masticar como cerdo la hamburguesa que me traje por almuerzo. Ya saben, dejo de lado lo saludable por la rica comida rápida. Ah, pero no soy la única, porque Mel también tiene sus trozos de pizza.
Hace exactamente dos días que pasó... eso, con Grayson. Sí, él sigue sin aparecerse en la cafetería; pero la otra vez, anteayer, me di cuenta que él se iba a la biblioteca a comer a escondidas. O bueno, eso pienso yo porque noté un bulto en su mochila y algo nervioso antes de entrar a mi lugar preferido en todo el instituto.
Ayer logré escaparme de las garras de mi mejor amiga y mi primo e ir a acompañarlo. Mi sorpresa fue encontrarlo con un libro, leyendo muy concentrado. No supe qué libro era, pero debe ser alguno muy interesante para que ni mi presencia notara.
—Eres tú, yo me siento normal —me encogí de hombros. Volví a darle una enorme mordida a mi almuerzo, conllevando miradas de desaprobación de parte de algunas chicas. No las critico, yo haría lo mismo si me estuviera viendo ahora mismo.
—Oh, querida, no sabes lo diferente que te ves —se acomodó en la banca roja del jardín.
Les cuento. El jueves hemos decidido, o más bien yo, que comieramos fuera de la cafetería. ¿Por qué? Pues no me sentía muy cómoda con la presencia de Ryan. Yo sé que hay una contienda entre nosotros, a pesar de que yo no me lo haya buscado. Lo saben todos, lo sabe él, Mel, Sean, el presidente y tu mascota. Sí... Así de notable es nuestra rivalidad.
El problema es que yo no quería pelea con nadie. Na-die. ¿Y qué pasó? El mejor amigo del que me gusta, y que yo también le gusto, tuvo un ataque de celos. Pff. ¡Yo no tengo culpa!
Y es por eso que prácticamente obligué a Mel a venirse conmigo. Además, me lo debía.
— ¿No deberías estar contenta por mi felicidad?

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Grace & Grayson
Fiksi RemajaGrace era tímida. Grayson le hablaba a todo el mundo. Grace pasaba desapercibida. Grayson llamaba la atención. Grace tenía dinero. Su padre era empresario y su madre psicóloga. Grayson también tenía dinero. Su padre era un buen arquitecto y su mad...