Grace
Hoy es el día —o almuerzo— en donde llevaré en contra de su voluntad a Grayson Cooper —si él se opone, claro— a la mesa en donde tiene a sus amigos, y a mí.
Es de las pocas veces en que tomo la iniciativa de ayudar a alguien y hacer un bien a la humanidad, u ocho personas. Se siente bien ser esa especie de mini-héroe que busca provocar una alegría, corta o larga, hacia la gente. Y todo por el chico rubio.
Como sea, volvamos al plan.
Ustedes se preguntarán: ¿Cómo una muchachita como Grace Russo será capaz de raptar a un lindo joven con el aspecto de Cooper?
La respuesta: no tengo la más mínima idea.
Sí, tal vez si hubiese analizado más las posibles opciones que se abrirían paso por lo que quiero hacer, no me hubiera atrevido ni siquiera a ir al lugar en el patio del instituto donde últimamente se había estado sentando el rubio.
— ¡Hola! —mucha alegría es sospechoso, sobretodo viniendo de mi parte.
—Hola, linda.
¡Fuera impulso! ¡Adiós sonrojo! ¡Hasta pron...!
Oh, ¿a quien engaño? Yo ya estaba más roja que las nalgas de un mono.
Suficiente. Sigue con el plan, tonta.
— ¿Cómo estás hoy? —me coloco frente a él. Se mira cómodo, ya saben, de ese tipo de comodidad al estar reposado tranquilamente en el tronco de un árbol, comiendo y mirando a los insectos pasar y pasar, y con suerte, ver a un pobre mosquito ser atrapado entre una telaraña.
Eso significa que hoy estoy de suerte, acabo de ver al mosquito caer en la telaraña y una mariquita está reposando sobre mi hombro.
—Ahora que estás aquí, bien —desplegó su mágica sonrisa haciendo temblar mis rodillas y subir mi ritmo cardíaco. Estúpidas mariposas.
— ¿Gracias? —dije con duda, nunca sé qué decir cuando él me dirige palabras bonitas y gestos bonitos.
—De nada, pequeña Taylor —dejó la envoltura de su sándwich en su mochila, y se hizo un poco más a la izquierda—. ¿Vas a sentarte?
—Mhmm, no —respondo—. De hecho, tú te vas a levantar. Así que, ¡arriba!
Él no parecía entender, así que, poniendo los ojos blancos, me acerqué más a su anatomía, cogí su mano derecha, y traté con todas mis fuerzas levantarlo de su puesto. Mas sin embargo, es imposible para una persona como yo —sin buena condición física— levantar toda la masa muscular que ha ido obteniendo gracias a todos esos deportes que practica y el gimnasio. Y me pregunto: ¿por qué no soy así de activa?
Por supuesto, después recuerdo lo vaga que puedo llegar a ser, y se me pasa.
—Oye... —él frunce el ceño—, ¿qué tratas de hacer?
—Ash, ¿no es obvio? Trato de que te muevas, pero lo único que consigo es ponerte incomodo y cansarme —dejo de intentar lo que nunca podría hacer, recupero oxígeno, y voy por el plan B.
Saco de la bolsa pequeña en mi saco un poco de miel que traje de casa.
—Te paras o te unto esto en tu hermoso rostro —ese adjetivo no tenía porqué salir de mi boca. Pero él no hizo caso a mi halago, puesto que estaba concentrado en el poder que ahora yo tengo.
—No sé qué extraña cosa pase por tu cabeza, pero te haré caso porque te miras muy decidida a echarme de eso y me asusta —sonrío con convicción mientras veo cómo empieza a levantarse del suelo para luego ponerse firme y frente a mí.

ESTÁS LEYENDO
Grace & Grayson
Fiksi RemajaGrace era tímida. Grayson le hablaba a todo el mundo. Grace pasaba desapercibida. Grayson llamaba la atención. Grace tenía dinero. Su padre era empresario y su madre psicóloga. Grayson también tenía dinero. Su padre era un buen arquitecto y su mad...