Grace
El sábado llegó más pronto de lo previsto. Los últimos días yo andaba mucho más distraída de lo normal, y es que no podía parar de pensar en que algo saldría mal en mi salida con Grayson. Aquí es donde entra la ley de Murphy; "Si algo puede salir mal, saldrá mal". Hay millones de probabilidades de que algo terrible ocurra ese día. ¿Cuántas opciones tengo? Cientas, miles. Mi lado negativo carcome de a poco mi ser, y no son las doce del mediodía aún. Increíble. Fantástico. Faltan dos horas y yo ya estoy sobre explotando mi mente con pensamientos incoherentes. Oh, esperen, ¡sí tienen coherencia!
Puede arruinarse mi vestido. La comida puede estar helada. Los meseros atenderán mal (tal vez les reclame). Mi cabello se puede estropear. Y no sólo yo puedo acabar horrible este día. Grayson, el chico; su ropa puede no combinar (cosa que dudo, porque él tiene un exquisito sentido de la moda), se puede quemar la lengua con la comida (esa sensación es horrible). Y si tengo que decir algo que nos perjudique a ambos; puede llover. El clima en esta ciudad es como una mujer cuando anda en sus días, como yo cuando ando en mis días. Un día podemos estar deshidratando a más no poder, y al siguiente podemos estar tiritando del frío.
Lleno de aire mis pulmones, expulsando todo rastro de éste cinco segundos después. Observo detenidamente el desorden sobre mi cama y luego el reloj. Pasé cinco minutos pensando y pensando en las posibilidades de arruinar todo.
— ¿Grace? —la cabeza de mamá se asoma en mi puerta, dejando a simple vista la expresión de molestia y a la vez sorpresa—. ¡Señorita! ¿Qué cosas son estas de desordenar tu habitación? ¡Y lo peor es que es ropa!
Mamá siempre ha sido de exagerar mucho. Por eso a la abuela no le cae del todo, y por eso siempre me dan a mí la razón.
Grace - 1
Mamá - 0—No pasa nada, ma. Sólo... quería organizar el armario.
—Mentira. Estás roja, ¿tienes una cita? -no me gusta para nada ese tono de voz. Fuera de eso, ¿cómo lo adivinó?
—N-no. E-es una salida a-amigable, ¿bien? —paso de largo a su lado dirigiéndome a la cocina. Estando allí me encuentro la figura de papá haciendo no-sé-qué y a mamá detrás mía con una sonrisa de punta a punta.
—Mark —otra vez el tonito desesperante—. Nuestra pequeña tendrá una cita con alguien.
Inmediatamente, el señor Russo deja de lado su labor fijando su concentración entre mamá y yo. Esto era justo lo que no quería que pasara, pero soy yo, así que era obvio que tendría que ocurrir. Me maldigo mentalmente.
—No, pa, no es cierto —mentirosa—. Sólo saldré con alguien a pasar el rato y tal.
Eres la nueva Miss Excusas.
— ¿Es un chico?
— ¿Crees acaso que estaría tan nerviosa si no? ¡Por Dios! Pareces un tomate.
—No niña, tienes estrictamente prohibido salir con alguien del sexo masculino. Excepto si es de tu familia.
— ¡Papá!
— ¡Mark!
Ambas alzamos las manos desesperadas por la actitud que el señor ha tomado de repente. Él sólo sonríe ampliamente volviendo a hacer el sándwich que preparaba antes de la interrupción de las mujeres de su vida —cito sus palabras—.
— ¡No puedes prohibirle ver muchachos! ¿No que tú deseabas nietos? Así como vas, lo único que tendrás será un calcetín de regalo en el día del padre de parte de tu hija. Y no, no será el par, será uno solo, del color que menos te gusta.

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Grace & Grayson
Fiksi RemajaGrace era tímida. Grayson le hablaba a todo el mundo. Grace pasaba desapercibida. Grayson llamaba la atención. Grace tenía dinero. Su padre era empresario y su madre psicóloga. Grayson también tenía dinero. Su padre era un buen arquitecto y su mad...