Grayson
Días después de mi reconciliación con mi mejor amigo y hermano, nos encontrábamos charlando como comúnmente lo haríamos. Resulta que han ocurrido gran cantidad de cosas de las que, sin la persona más chismosa que conozco, no me hubiese enterado de nada.
Mis ánimos por la vida se vieron rehabilitados, y gracias al hecho de que Grace prácticamente me obligó a hacer las pases con Ryan, aún sabiendo las diferencias que él tiene en su contra.
El castaño con complejo de loro, aceptó mi consejo diciéndole que tiene que arreglarse con Grace. No me sentiría a gusto teniendo que estar entre la espada y la pared viendo la clara tensión existente entre mi mejor amigo y la chica que ronda en mi cabeza incluso en sueños.
Eso pasó el lunes. No la reconciliación, sino nuestra charla llena de consejos para tener una vida fácil y sencilla, sin enemigos o personas que de alguna manera desean hacerte daño. Suena a esos libros de ayuda que casi nadie compra al ir a una librería.
Más un punto por el sentido del humor, Alexander.
Aparte, nuestros pases se hicieron un día jueves, quitando la carga que tenía en mi espalda. Eso contribuyó a mi rendimiento en el juego de baloncesto el viernes pasado. Que, por cierto, ganamos.
El día miércoles transcurrió como usualmente. A pesar que ya me había acostumbrado a la soledad en mis almuerzos en el jardín del colegio, hasta que llegara Grace minutos antes de que tocaran timbre para entrar, por supuesto. No me di cuenta de la falta que me hacían los chicos. Incluso Cody, el que hace mucho no veía.
¿Saben qué otra tensión se logra apreciar muy aparte de la de ya saben quiénes? La de Cody y yo. Si no me creen, pregúntenle a Melissa, puesto que parece que fue la única en darse cuenta de la cara de repudio de parte del chico con lentes hacia mi persona y hacia la ojiazul, quien por cierto, estaba más allá que para acá.
—Cody —trata ella de sacarme de problemas—. ¿Cómo te va en Matemáticas? Tengo entendido que es de tus asignaturas favoritas. La verdad es que nunca podré comprender tu amor hacia esa cosa del demonio.
La mejor amiga de Grace es muy ingeniosa.
El chico deja de lado su odio hacia mí, y presta atención a las bromas que la chica lanza para aligerar un poco la mesa.
—Van bien por el momento —indica sonriendo con amabilidad fingida. Vaya hipócrita—. Eso de ser inteligente debe ser de familia, ya sabes.
Todos escuchamos aquello. Bueno, no todos; Grace seguía en su mundo recostada en la mesa. O a lo mejor está durmiendo y yo ando hablando de lo distraída que puede ser.
— ¿Te jactas de ser muy inteligente? —dice Sean con sarcasmo.
El chico se da cuenta de su error al expresar eso. Empieza a tartamudear tratando de defenderse de una u otra forma. Pero ya es en vano.
Nunca pensé que él tuviera esa imagen de sus supuestos amigos. ¿O lo estoy exagerando todo?
Guardo silencio esperando ver todo arder. Sin embargo, todos parecen calmarse cuando notan los movimientos y quejidos de Grace Russo. La pequeña chica alza la cabeza. Color rojo y sudor es lo que logro apreciar antes de que empiece a hablar y gritar diciendo que nos callaramos porque hacemos mucho ruido.
Sean, totalmente preocupado por la repentina actitud que su prima había tomado —todos estábamos consternados por cómo Grace actuó, porque no es así—, le preguntó de la mejor manera posible que qué le ocurría.

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Grace & Grayson
Teen FictionGrace era tímida. Grayson le hablaba a todo el mundo. Grace pasaba desapercibida. Grayson llamaba la atención. Grace tenía dinero. Su padre era empresario y su madre psicóloga. Grayson también tenía dinero. Su padre era un buen arquitecto y su mad...