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J A N E

Me dirigí hacia la veterina con mucha emoción para pasar por Rex... según lo que me había dicho el encargado, era que hoy me iban a dar una lista de medicamentos que el necesitaba para el resto de su recuperación. Lo bueno era que ya me lo podía llevar a casa, el ya podía estar conmigo. Mire el pequeño reloj que tenía en mi muñeca y este me indicaba que ya era un poco tarde, todo por estar hablando con Adam, siempre tenía la mala costumbre de retrasarme a todos lados.

Resople.

Me puse el casco de la moto y me monte en ella arrancando a toda velocidad, sabia manejar muy bien es decir... casi a la perfección, de niña me encanta subir en la parte trasera de la moto y sentir el aire chocar contra mi rostro, mientras mi padre conducía, se sentía espléndido. Había aprendido de él, ya que antes también tenía una, el me enseñó todo lo que se, el era un buen piloto.

Ya no podía esperar ver a Rex de nuevo.

Ya estando cerca de la veterinaria, a mis oídos vino un sonido característico, escuche a lo lejos sirenas de una ambulancia.
Minutos después está pasó frente a mi, la mire extrañada ya que no muy a menudo ocurrían accidentes en la ciudad.

Atrás de esta ambulancia iba una camioneta remolcando a un auto, aquel auto se me hacía muy parecido al de Matthew, ya lo había visto antes por consecuencia lo seguí con la vista hasta que lamentablemente todo cobro sentido.

¡Joder vi la placa! ¡Diablos! ese era el carro de Matthew, ese era su jodido carro.

Sentí algo en el pecho, era desesperante... era una extraña sensación que decía que algo no iba bien, con cierta resignación y preocupación entre a la veterinaria ya que primero que nada tenía que ir por Rex.

[...]

- ¿Y eso es todo estará bien? - pregunté, tras ya llevar como diez minutos hablando con aquel señor, sin poder llevarmelo.

- Si, pero debes tenerlo en observación, no debes dejar que haga mucho esfuerzo o que corra, ya sabes tampoco olvides darles sus medicamentos - dijo con total seriedad en el asunto, asentí.

- ¡Eres un buen perro Rex! - comentó mientras acariciaba su cabeza y mi perro empezaba a lamer su mano por lo cual sonreí, realmente había mejorado.

- Ya puedes levártelo - soltó animado -Recuerda... cuídalo bien - dijo y no tardó en dejarme.

Baje mis brazos para cargarloya que no estaba muy segura si él podía caminar, era por qué lo conocía a la perfección, yo lo había criado desde cachorro y ya sabia que a la media vuelta seguro se pondría a correr o a jugar y eso no era bueno para su salud, por lo menos hasta que se mejorase por completo.

Me pesó un poco ya que realmente esta algo gordito y eso que había bajado de peso, reí al instante de sentir su legua lamer mi mejilla, visualice mi moto en la acera pero rápidamente caí en cuenta de que de ninguna manera yo podía llevarlo ahí.

Yo lo hacía cuando era cachorro pero en la mía y ahora que estaba grande mucho menos... Recuerdo aquella moto que tenia, la vendí por que en ese momento necesitabamos el dinero. Con fastidio saque mi celular y le marque a Adam ya que no tenía de otra, escuche tres timbrados y segundos después su voz... suspiré fuertemente al no saber qué decir.

- ¿Jane? - pregunto cómo si no estuviese seguro de que era yo - Si, soy yo... - respondí incómoda.

- Me puedes hacer un gran favor, pero enserio gran favor... ¿Puedes venir por Rex? - solté rápidamente.

DAÑARTE |C.D|™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora