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Cuando termine de bañarme salí, Cameron aun seguía en la cama ¡Que productiva era su vida!.

— ¿Con que soy tu novia no? — pregunté mientras me secaba el cabello con la toalla, el volteo de golpe al escuchar mis palabras.

Reí ligeramente y agarre la ropa que estaba en la cama y me volví a adentrar en el baño, cuando termine de cambiarme y arreglarme salí.

— Te ves hermosa...— sonreí inconscientemente ante su palabras, era lindo escuchar eso de alguien más.

— No me respondiste — solté refiriéndome a la pregunta que le había hecho minutos antes, su rostro se tensó por unos segundos pero después se relajo.

—Puede que si... si es que tú quieres — susurró mirándome iba a responderle, pero la puerta se abrió de golpe.

Dejándome ver a Matthew enfrente, sentí una punzada en el pecho cuando se me pasó por la mente la ligera idea de qué camino por pasillo el solo.

¡Dios el iba a matarme de puro susto y preocupación!

— ¿Jane estás aquí? — preguntó al ver que nadie decía nada.

— Si — afirme acercándome a el, Cameron rodó los ojos bufando.

De ante mano sabía que el aún seguía fastidiado por lo que había pasado en la cocina, par de orgullosos.

— Vámonos... — dije tomando la mano de Matthew sin despedirme de Cameron, se lo tenía bien merecido, odiaba cuando se ponían en ese plan.

Bajamos las escaleras y llegamos a la puerta principal, Aaron no estaba en ningún lado... seguro ya había salido a aquella cita.
Subimos a su carro, mire la dirección en el papel que tenía en mi bolsillo, era la dirección en la cual se encontraba la clínica, no quedaba muy lejos.

Encendí el carro, rugió levemente el motor, prendí la radio para romper el silencio que había y me dispuse a conducir a una velocidad moderada. Cuando llegamos aparque en la acera de enfrente, apague el motor y salí, rodee el carro y le abrí la puerta a Matthew, tome su mano y empezamos a caminar hasta la entrada.

Me vista se fijó en la secretaria que había a la entrada, aparentaba tener entre unos veinte años no era nada mayor.

— ¿Necesita algo señorita? — preguntó amable mientras me miraba sonriendo.

— Viene por una cita — dije, neutral.

— ¿Para ti? — preguntó, negué.

-— Para mi amigo...— respondí señalando, el se hallaba sentado en un mueble a pocos metros de nosotras.

— Bueno.. ¿A nombre de quien está?.

— Matthew Wells — respondí, ella asintió y predio la laptop que tenía enfrente, supongo para chequear algo.

— Puedes pasar... el Doctor los está esperando — dijo señalando la puerta que había enfrente, seguro era el consultorio del doctor.

Me acerqué a Matthew y volví a sujetar su mano, la secretaria no aparto su mirada de él ¿Que se le hacía raro?, resoplé y decidí ignorarla... abriendo la puerta.

— Buenas tardes — salude al doctor amablemente, Matthew se mantuvo callado supongo que se sentía incómodo estando en esta situación ¿Quien no?.

El señor fijó su vista en un portafolio que tenía en su escritorio, lo empezó a ojear y después de unos minutos, hizo que Matthew se echase en la camilla que tenía al otro lado de la habitación.

Empezó a hacerle un montón de exámenes, haciéndole un cuestionario inmenso de preguntas, podía notar que a Matthew no le agradaba en nada la situación, me puse en su lugar yo de hecho me sentiría igual.

Cuando terminó, se acercó a hablar conmigo.

— El daño que el tiene es grave, el nervio óptico le los dos ojos sufrió una fuerte inflamación...— sentí una punzada en el pecho, no quería seguir escuchando — La perdida de su vista fue indolora, brusca y unilateral, gracias al golpe que sufrió, pero es curable con una operación.

Sentí un inmenso alivio.

— ¿De verdad? — pregunté casi estallando de alegría al escucharlo, él asintió.

— El diagnóstico que le dieron en el hospital fue muy apresurado y estuvo mal, si el daño hubiese sido menos severo él hubiese recuperado la vista después de un tiempo, si la necesidad de ninguna intervención, pero no fue así — solto, Matthew podía volver a ver.

— Aunque la operación presenta algunos riesgos y complicaciones, no puedo asegurarle que el podrá recuperar la vista por completo, pero tomándolo por el lado positivo si las cosas salen bien, el recuperaría toda su capacidad visual — era demasiado información para siquiera procesarla.

— ¿Cuando podría ser la operación? — escuche la voz de Matthew por primera vez, al otro lado de la habitación, se encontraba sentado al borde la camilla mientras miraba el piso, sin ningún rasgo de emoción.

— Posiblemente en uno o dos días, aunque déjeme decirle que esta operación es muy cara —dijo, Matthew río ligeramente sin ánimos.

— Eso no importa, el dinero es lo que me sobra... mientras más antes mejor — admitió con arrogancia, sin mostrar ninguna emoción.

Me removi con incomodidad.

— Entonces iré preparando todo, le informaré a mi secretaria que lo llame cuando todo este listo — el asintió y se paro de la camilla, me acerque a él.

— Que tenga un buen día — soltó en doctor.

Si más salimos del consultorio y del edificio.

Subimos al coche y cerré la puerta de golpe, estaba enojada, muy enojado con el y con migo misma por no haber intervenido cuando pude.

¿Acaso estaba demente o le importaba tan poco su vida?

Ni siquiera había considerado los daños que esta operación podían causarle.

— ¿Estas loco? ¿Siquiera has considerado al riesgo al que te expones? — solté de golpe, mientras apretaba el volante con enojo.

— Es eso o nada Jane, ponte en mi lugar ¿Si?... yo no pienso quedarme ciego toda la vida pudiendo haber hecho algo al respecto — dijo — ¡No lo vas a hacer! — solté firme, aun sabiendo que eso había sonado muy egoísta de mi parte, pero no quería que el saliese lastimado.

— No eres quién para mandarme, es mi vida... son mis desiciones — dijo el con un seriedad indescriptible.

— Soy tú amiga, yo no quiero que te pase algo, sinceramente no me lo perdonaría ¿Entiendes? — dije mientras me reprimía las ganas de llorar.

— ¡No eres mi amiga!, si lo fueses me apoyarías y no te pusieses en ese plan — dijo ofuscado.

— ¡Yo te quiero! ¿Que acaso no lo comprendes? — solté sin más, estallando en un mar de emociones.

— Pues yo siento más que eso... —dijo de golpe, ¿Que era lo que quería decirme?

— ¿A que te refieres con eso? — pregunté aún sabiendo, si quería o no escuchar la respuesta.

— ¡Maldita sea!. Yo-o te amo Jane, yo estoy perdidamente enamorado de ti — exclamó, se veía realmente alterado.

Se me fue el aire, todo pasa en milésimas de segundos no pude siquiera reaccionar, hasta que sentí sus labios pegados a los míos.

— Lo hago por ti, lo hago por qué quiero tener un futuro contigo y estando ciego.... no sería nada más que un estorbo a tu lado, lo hago por qué te amo Jane — tomó mi rostro entre sus manos, una lágrima se resbaló por su mejilla, me dolía verlo así.

Pero lo quería tanto que no quería decir algo que pudiese lastimarlo más de lo que ya estaba. Lo abrace y llore como hace mucho tiempo no lo hacía.

Muy en el fondo sabía, que yo no lo amaba, no como el lo hacía conmigo, no de esa manera.

DAÑARTE |C.D|™Donde viven las historias. Descúbrelo ahora