DAÑARTE |C.D|™

19

J  A  N E

Yo y él estuvimos un rato ahí, hechados en la arena sin decir ni una palabra, era reconfortante la tranquilidad que se trasmitía, me daban ganas de quedarme ahí con el y olvidarme de todo. Como había mencionado muchas veces...  el era una buena persona, tan buena persona que yo no merecía su cariño, de hecho no merecía el de nadie.

— Sabes es abrumadora la sensación que te invade cuando de un momento a otro tu vida se pone de cabeza, no se que haría sin ti.

— Yo tampoco sé qué haría sin ti, eres un muy buen amigo... te quiero mucho  — lo vi sonreír con incomodidad ¿Había dicho algo malo?

— Si, eso... aunque yo te creo que te am.. — lo escuche susurrar en un tono muy bajo, ¿Que había querido decir? En fin decidí hacer de cuenta que no había escuchado nada.

— Yo creo que ya es hora de irnos ¿no? — dije mientras miraba el atardecer, ya se estaba haciendo tarde y conducir por la carretera a oscuras no me gustaba.

Le tenía cierto vértigo.

— Un rato más ¿si? — suplico — Solo no quiero volver a la realidad — susurró con la mirada gacha  comprendí al instante.

En el fondo de mi corazón deseaba poder hacer algo por el, pero sabía que con solo desear no hacía nada.

— Te entiendo — recosté mi cabeza en sus piernas, sentí sus mando acariciar mi cabello suavemente, esto era tan relajante.

Cerré los ojos por unos instantes pero los abrí al sentir sus húmedos labios en mi frente depositando un fugaz beso.

¿Acaso este hombre podría ser más tierno?

— ¿Puedo decirte algo ...— me preguntó con serenidad.

— Por supuesto — respondí.

— Creo que le gustas a Cameron, bueno no lo creo... de hecho estoy seguro.

¡Alto!, ¿había escuchado bien?

— Antes de todo tienes que saber que el es muy porfiado y muy necio... sobre todo terco, si tú quieres tener algo serio con el lamentablemente tienes que arriesgarte — dijo tenso — Ya sabes a lo que me refiero, dar el primer paso — completo, todo lo que me decía era tan complejo.

— ¿Estas diciendo que debo pedirle que el y yo seamos...— no me dejo terminar.

— No, claro que no... digo que deberías hablar con el — concluyó, suspiraré de alivio.

Ni en mis peores pesadillas me hubiese imaginado pidiéndola a el que fuese mi novio, ¡Joder eso no!

— No sabes cuánto me has aliviado — espete suspirando, cerré los ojos tratando de descansar.

[...]

Solte un gran bostezo abriendo mis ojos.

Cuando los abrí me di cuenta de que me había dormido, rápidamente mire a mi costado. Matthew se encontraba hechado a mi lado, mire el pequeño reloj que tenía en muñeca este marcaba las seis y media de la tarde, ya era hora ya debíamos irnos.

Era demasiado tarde.

— Vámonos ya se nos hace tarde — dije y le tome su mano haciendo que se parase, el medio adormilado asintió.

Tome mis sandalias y las sacudí, ambos caminamos hasta la carretera, cuando llegamos al auto subimos y el fue en el asiento del copiloto. Encendí el carro y no tarde en arrancar haciendo rugir el motor recibiendo una risa por parte de Matthew realmente me entusiasmaba conducir tremendo carro, este viajaba tan rápido y a la vez tan suave que casi parecía que estuviese flotando.